“NUESTROS PADRES ESTARÍAN ENCANTADOS, ORGULLOSOS DE ÉL, ES UNA GRAN BENDICIÓN”

“Soy sólo una bebé llorona”, dijo María Luisa Lobo en la Misa de Recepción, realizada el pasado 26 de mayo, para su único hermano menor el Arzobispo Coadjutor de Los Angeles, José Gomez.

María del Carmen “Maricarmen” Celaya, la tercera de las cuatro hermanas del Arzobispo también estuvo con lágrimas de emoción durante la liturgia de bienvenida multicultural.

Durante su discurso de clausura en la Catedral de Nuestra Señora de los Angeles, el Arzobispo Gomez no pudo contener sus lágrimas al agradecer a sus padres fallecidos por su educación. “Siempre es difícil cuando hablas de tus padres”, dijo después de controlar sus sentimientos.

También agradeció a su familia por estar allí. “Ellos se están portando bien”, bromeó. “Bien portaditos”.

Los Gomez son una familia muy unida, las cuatro hermanas viven con sus propias familias en el mismo barrio en Monterrey, México. Monseñor Gomez visita con frecuencia a sus hermanas y ha celebrado todos los bautizos de sus sobrinos, primeras comuniones, confirmaciones y bodas.

Isabel de la Fuente, una amiga de la familia en Monterrey, quien asistió a la celebración en Los Angeles, describió el Arzobispo Gomez como una persona de familia.

“Tiene preferencia por una vida familiar”, resaltó. “Encuentra cualquier ocasión para hablar de su propia familia, sus padres y sus hermanas, y como se sabe, la familia es la célula fundamental de la sociedad. Me encanta que siempre vuelva a sus raíces”.

Por su parte, Ricardo Saldívar, casado con María Eugenia, la menor de los hermanos Gomez, señaló que “esta es una familia que creció con la creencia en la generosidad, un valor que practica de forma extraordinaria”.

“Esto ha sido muy emocionante”, declaró María Eugenia después de la misa. “La asistencia masiva de la gente le dio una cálida y acogedora bienvenida para que él pueda sentirse cómodo trabajando aquí. Eso hace que nos sintamos orgullosos. Nos complace mucho que esté aquí.”.

Maricarmen fue sorprendida por la diversidad cultural en la histórica misa. “Me impresionó todas las vestimentas de las diferentes etnias”, indicó, visiblemente emocionada. “¡Fue hermoso! ¡Yo nunca había visto eso antes!”.

“Nuestros padres estarían encantados, orgullosos de él, es una gran bendición”, sostuvo María Luisa, la segunda de las hermanas.

María Eugenia agregó que “allá en el cielo deben estar saltando”.

FUNDAMENTOS: LA FAMILIA Y LA FE

El médico José Horacio Gomez Guerra y la ama de casa Esperanza Velasco de Gomez inculcaron en sus hijos el amor por la educación, por la Iglesia Católica y por todos los valores que derivan de ésta. Los cinco niños asistieron a escuelas privadas católicas en México.

Las hermanas recordaron que su padre asistía a misa todos los días temprano en la mañana antes de ir a trabajar, Su único hijo varón era como “la luz de sus ojos”, recordó Maricarmen.

Sin embargo, algunos problemas surgieron entre ellos cuando llegó el momento de que se decidiera sobre la futura carrera del joven José, relató Roque Celaya, el marido de Maricarmen, quien conoció al Arzobispo Gomez cuando todavía era un adolescente.

“A una edad muy joven (el Arzobispo Gomez) ya sabía lo que quería”, especificó Celaya. “El dijo ‘me voy por el camino de la Iglesia y con el tiempo llegaré a ser sacerdote. Voy para allá’. Y así dedicó su vida al sacerdocio”.

Su padre trataba de convencerlo de abandonar esa idea, al contarle la historia de uno de sus amigos que había abandonado el seminario antes de llegar a ser sacerdote y luego nunca pudo hacer nada en su vida.

“Mi padre quería que fuera médico y él lo hizo”, reflexionó Maricarmen. “Se convirtió en un médico de almas”.

José Junior se inscribió en la escuela de medicina, pero después de dos semestres se cambió a la de contabilidad, “porque necesitaba más tiempo para estudiar teología, y en la escuela de medicina le era imposible”, sentenció Maricarmen.

“Una vez graduado fue donde mi padre y le dijo: ‘He aquí mi carrera, así que ahora me voy para ser sacerdote’. Y mira dónde está ahora, ¡ha llegado tan lejos en tan poco tiempo!”

“Y mira hacia dónde se dirige”, subrayó Maricarmen. “Estoy segura de que mi padre y mi madre lo están cuidando desde el cielo porque recibió la noticia de que se convertiría en Obispo Auxiliar de Denver el mismo día en que mi madre falleció, pero un año más tarde. Eso fue muy significativo para él”.

Agregó que su madre también insistió en que él aprendiera inglés. “Yo no quiero, no me va a ayudar para nada” le decía a mi madre y nunca lo hizo, hasta ahora que tuvo que tomar clases intensivas de inglés en tres meses”, sonrió.

Sus hermanas comentaron que fue de su padre que él aprendió a escuchar. Y es algo que el Arzobispo Gomez ha mencionado en entrevistas recientes como una de sus principales tareas.

“Eso es algo que siempre ha hecho desde que tengo memoria”, rememoró María Luisa. “Él escucha antes de tomar el próximo paso”.

“Eso también denota humildad, porque él siempre reconoce que aún tiene mucho que aprender de los demás”, apuntó su cuñado Ricardo.

“Y su generosidad fue algo que mostró a una temprana edad. Creo que él siempre estaba destinado a convertirse en lo que ha llegado a ser ahora “, consideró María Luisa.

“También le gustaba jugar y correr por ahí como cualquier otro niño. Hubo momentos en que se metió en problemas, como la vez cuando se cayó de una cerca y se rompió un brazo”, recordó María Eugenia. “Todavía es juguetón con las generaciones más jóvenes”.

Por su parte, su sobrina Adriana Torres manifestó que “es una gran bendición tener a alguien tan bueno en nuestra familia”.

“Él es muy divertido y a la gente le encanta, él es un líder espiritual nato”, añadió Adriana.

Entretanto, José Torres expresó que su tío “es muy humilde y carismático”.

Fue una gran noticia para sus sobrinos y primos el saber que su tío se estaba mudando a Los Angeles “Podemos ir a visitar Los Angeles”, pensaron. “¡Y Hollywood!” Se rió entre dientes su sobrina Adriana.

Aparte de las bromas, su familia considera que este es otro evento que fortalece su vínculo familiar y saben que es un gran reto para su ser querido.

“Es una gran responsabilidad”, reconoció Maricarmen. “Los Angeles es una ciudad enorme, pero él se va a ganar al pueblo, ya lo verás”. VN

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