“NUESTRA JUVENTUD EN CRISIS: ¿CUÁLES SON LAS SOLUCIONES?”.-Desayuno de Política Pública se enfoca sobre alianzas para promover educación y experiencias de trabajo
El desayuno, ofrecido por el Cardenal Rogelio Mahony y patrocinado por la Comisión arquidiocesana de Justicia y Paz, tuvo como tema “Nuestra Juventud en Crisis: ¿Cuáles son las soluciones?”. El desayuno se llevó a cabo en The Accelerated School, en Los Angeles, el 21 de septiembre, y asistieron 130 personas, incluyendo el Senador Gil Cedillo y el miembro de la Asamblea Mark Ridley-Thomas, entre los oficiales electos presentes.
Los jóvenes que no desarrollan habilidades de trabajo a los 19 años, enfrentan una vida de desempleo y empleos eventuales, dijo un oficial de policía durante el Desayuno Anual de Política Pública que la Arquidiócesis organiza por los últimos 11 años.
Uno de cada cinco jóvenes de Los Angeles, entre 16 y 24 años, no están en la escuela y tampoco están trabajando, lo que crea es ¨dinamita social¨, dijo David Crippens, presidente de UNITE LA y miembro del Comité de la Fuerza de Trabajo. La tasa de deserciones de la secundaria excedió el 30 por ciento en toda la nación y llegó al 50-70 por ciento en las escuelas secundarias públicas. Los Angeles tiene también el grado de afiliación más alto a las pandillas entre los jóvenes.
“Estamos perdiendo una buena parte de la fuerza de trabajo del futuro”, dijo Crippens.
Además de Crippens, estuvieron presentes Roderick Hickman, secretario del Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California; José Huizar del Comité de Educación del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles, y Christine Gutiérrez, maestra-becaria del Colectivo de Pequeñas Escuelas de Los Angeles y la Escuela Secundaria Civitas Compact.
El programa fue moderado por Robert L. Gutiérrez, director ejecutivo de los Servicios arquidiocesanos de Empleo para la Juventud, de Caridades Católicas de Los Angeles. La agencia proporcionó el año pasado unos 2,400 servicios de internado para los jóvenes.
Las iglesias y los parroquianos pueden jugar un papel importante en ayudar a cambiar esas estadísticas estremecedoras, adoptando un estudiante de secundaria y ofreciendo a los jóvenes oportunidades de servicio en sus áreas de estudio, en sus lugares de trabajo.
Los jóvenes deben aprender actitudes esenciales y prácticas sobre sus habilidades de trabajo, incluyendo llegar al trabajo puntualmente, resolver disputas de trabajo de manera pacífica y trabajar con gentes de diversos grupos, añadió Crippens.
Los panelistas dijeron que todos los sectores de la sociedad necesitarán colaborar y formar nuevas alianzas y asociaciones a fin de preparar a los jóvenes para participar y competir en la economía global.
Roderick Hickman señaló que la División de Justicia Juvenil, que encarcela a los jóvenes acusados de crímenes, gasta un promedio de $71,000 al año por los presos masculinos y $141,000 por las presas femeninas. En promedio, los jóvenes son encarcelados por 39 meses, y a pesar de los tremendos costos, “nosotros no hacemos un trabajo muy bueno cuando los preparamos para reintegrarse a la sociedad”.
Hickman dijo que la reforma en el sistema de justicia juvenil se centra en la colaboración entre las agencias de ayuda pública, privada y social. Las reformas propuestas incluyen tratamiento más efectivo sobre el abuso de substancias, servicios de salud mental, entrenamiento vocacional y educación básica, vivienda de transición para jóvenes que entran de nuevo en la sociedad, y garantizar que las víctimas del crimen y las preocupaciones de la policía sean escuchadas adecuadamente en tanto que se implementan nuevas reformas.
LAUSD está construyendo 160 nuevas escuelas en los próximos ocho años para reducir (a) una superpoblación crónica, (b) la necesidad para los niños que utilizan el servicio de autobús, de salir de sus comunidades locales y (c) el número de escuelas operando sobre múltiples vías y programas.
Huizar dijo que la mayoría de los adolescentes dicen que ellos han dejado la secundaria porque no sienten que pertenecen ahí y porque ellos no ven la relevancia de sus materias de estudio.
En respuesta, algunas escuelas públicas están tratando de crear pequeñas comunidades de aprendizaje dentro de las grandes escuelas secundarias para albergar un mayor sentido de pertenencia y para sostener el interés de los estudiantes en aprender.
Christine Gutiérrez expresó su fe en la juventud como una “asombrosa fuente de fortaleza y creatividad”. Ella señaló que la escuela secundaria es un tiempo en que los jóvenes necesitan “descubrir quiénes son y cuál es su lugar en este mundo”.
La escuela secundaria Civitas Compact, dijo, ofrece maestros “con una mayor libertad y flexibilidad para escuchar a los jóvenes y para comprenderlos tal como ellos son”.
“Piensen sobre cómo pueden escuchar más profundamente a sus jóvenes” aconsejó a los ahí reunidos.
El Cardenal Mahony señaló que las escuelas secundarias católicas tienen bajas tasas de deserción, en parte debido a que los campos son mucho más pequeños. También, algunas escuelas del interior de la ciudad están creando alianzas con compañías locales para ofrecer a los jóvenes experiencias de trabajo.
Los jesuitas, que tienen la escuela secundaria Verbum Dei en el Sur de Los Angeles, ofrecen a los estudiantes un programa de trabajo/estudio en el cual los estudiantes asisten a clases cuatro días a la semana y trabajan un día para obtener habilidades de trabajo práctico muy valiosas.
“Mantengan a los muchachos en la escuela y denles un trabajo, y ellos no tendrán interés en las pandillas” dijo el Cardenal.
La economía empresarial de Los Angeles se continuará desarrollando en proporción directa a los logros educativos de su población, añadió Crippens.
“Mientras mejor re-eduquemos, lograremos más trabajos”, dijo. VN
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