NIÑOS LATINOS VIAJAN A L.A. PARA APOYAR A HIJOS DE INMIGRANTES DEPORTADOS
Nueve menores de origen latino y ciudadanos estadounidenses se reunirán durante el fin de semana en Los Ángeles para apoyar a otros niños hijos de indocumentados, cuyos padres han sido deportados o enfrentan este riesgo.
Los niños -dos de los cuales ya se encuentran en L.A.- recibirán una capacitación especial sobre derechos humanos y el derecho legal a la auto-defensa como parte de la preparación que les brinda el programa “Adóptame”, con miras a su próxima presentación ante la Organización de las Naciones Unidas, ONU.
“Estos niños, que son ciudadanos estadounidenses, están viajando con autorización de sus padres desde varias ciudades del país y con el apoyo de la Coalición Latinoamericana Internacional (CLI) para dar su apoyo a los niños de Los Ángeles que forman parte del programa Adóptame”, explicó Osvaldo Cabrera, presidente de CLI.
Según el dirigente, los niños compartirán actividades con otros pequeños del sur de California, participantes en el programa Adóptame, mediante el cual un ciudadano estadounidense adopta simbólicamente a un inmigrante indocumentado que no tenga antecedentes legales y esté trabajando en el país
“Durante su permanencia en la ciudad, los pequeños ofrecerán su apoyo e intercambiarán actividades con niños latinos que están sufriendo el drama del rompimiento familiar causado por las deportaciones de sus padres”, afirmó el activista.
Dos de los menores provenientes de Nueva York Arley Alexis y Jacqueline Stephiny -ciudadanos estadounidenses hijos de inmigrantes ecuatorianos naturalizados- compartieron hoy varias actividades conjuntas con los niños angelinos y mostraron su solidaridad
“Hemos venido para apoyar a estos otros niños del programa y prepararnos para nuestra presentación ante la ONU”, explicó Arley, de 15 años, mientras preparaba algunas carteleras referentes al tema de la deportación.
El joven expresó que encontró a sus nuevos amigos del programa Adóptame en Los Ángeles, “tristes y preocupados por la situación de sus padres”, razón por la cual quiere prepararse muy bien para su presentación a finales del año ante Naciones Unidas.
Sobre el motivo de su viaje, Arley señaló que “vine a acompañarlos y a expresarles mi apoyo y a decirles que vamos a ayudarlos para que puedan vivir con su familia como vivo yo”.
El joven igualmente es consciente de que “se necesita buscar votos para que la comunidad latina haga sentir su importancia en noviembre”, y contó que ha estado conversando y tratando de animar “a estos niños que han sufrido por la deportación de alguno de sus padres”.
El mensaje que piensa llevar ante la ONU es muy claro: “Que todos los niños de Adóptame y todos los hijos de los inmigrantes puedan tener esperanza y que no sean separados de sus padres”, manifestó este estudiante que inicia décimo grado en agosto.
Durante el fin de semana según anotó Cabrera, se espera la llegada de siete niños más provenientes de Florida, Texas y Kansas.
“Hay que acabar con la tortura psicológica de los 5 millones de niños estadounidenses cuyos padres han sido deportados o corren el riesgo de serlo”, recalcó el dirigente de CLI.
Desde el lunes, los jóvenes participarán en un taller educativo dirigido por el abogado Cabrera, en el que “se les explicarán los derechos universales inalienables de todas las personas y se les hará énfasis en el derecho a la auto-defensa, una de las bases en que se apoya Adóptame”.
El programa, que ya ha obtenido resultados favorables al lograr la permanencia de algunos inmigrantes indocumentados en el país, en consideración a su situación familiar, tiene como símbolo a Dulce María, una niña estadounidense de dos años, cuya madre salvadoreña fue deportada por las autoridades de inmigración.
En Los Ángeles el programa cuenta además, con el apoyo de la cónsul general de Honduras, Vivian Panting, y del cónsul general del Ecuador, Eddie Bedón Orbe, quienes hoy dieron la bienvenida a los jóvenes viajeros. VN
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