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NI POCO NI TANTO

Estudio relaciona escasez de alimentos en el hogar con obesidad entre niños latinos

Las madres que temen no contar con suficiente comida para el futuro y limitan los alimentos que consumen sus hijos podrían estar contribuyendo, sin saberlo, a la obesidad de los pequeños.

A esta conclusión llegó un estudio realizado por nutricionistas del Centro Dr. Robert C. y Verónica Atkins para el Estudio del Peso y la Salud en la Universidad de California en Berkeley, y especialistas de Extensión Cooperativa de la Universidad de California entre un grupo de 123 madres e hijos de origen latinos que dijeron haber experimentado inseguridad alimenticia o escasez de alimentos en el hogar en el pasado o presente. El grupo de madres participaba en el programa WIC (Nutrition Program for Women, Infants and Children), cuando se llevó a cabo el estudio.

El estudio, que toma como punto de partida reportes previos sobre el tema, concluyó que el hecho de que una madre haya experimentado en el pasado o en el presente problemas para llevar alimentos a la mesa podría determinar los hábitos alimenticios de sus hijos y su propensión a la obesidad.

Las madres que dijeron estar experimentando problemas de escasez de alimentos tendían a limitar las porciones que sus hijos comían, por temor a no poder proveer en el futuro, pero al mismo tiempo, a incrementarlas cuando abundaba la comida.

La relación entre la escasez de alimentos y el sobrepeso de los niños podría deberse, como lo explica un estudio previo citado en el reporte de la UC, a que “limitar la comida podría despertar en los niños el deseo de comer ciertos alimentos, causando un desequilibrio en el consumo de calorías, un comer excesivo y por ende, un incremento notable de peso.

Otros estudios sugieren que la privación de alimentos durante la niñez puede empujar a los niños a comer de más cuando hay suficientes alimentos. Algunos expertos en alimentación han señalado que comer de más cuando hay disponibilidad de alimentos es una práctica común entre los beneficiarios del Programa Ampliado de Educación sobre Alimentos y Nutrición (EFNEP) y del Programa de Educación sobre Nutrición para Quienes Reciben Estampillas para Comida (FSNE).

Por otra parte, un 42 por ciento de las madres que participaron en el estudio, que experimentaban carencia de alimentos en ese momento, se mostraron preocupadas de que sus hijos comían demasiado, comparado con un 18 por ciento de aquéllas que no tenían ese problema. Además, un 27 por ciento del primer grupo de madres reportó que el médico familiar les había informado que sus hijos presentaban sobrepeso, comparado con un 6 por ciento del segundo grupo. En el estudio, un 43 por ciento de los hijos de las madres que reportaron tener problemas para obtener alimentos estaban excedidos de peso, comparado con el 27 por ciento del grupo en general.

A ello podría agregarse que, según el estudio de la UC, las madres que reportaron escasez de alimentos en el presente mostraron menor tendencia a tener control de los productos dulces que consumían sus hijos y mayor tendencia a premiar su buena conducta con su comida favorita.

Asimismo, los expertos de la UC destacan que una de las cosas que reveló el estudio fue que más de dos tercios de las madres de niños obesos o con sobrepeso no reconocieron que sus hijos tenían este problema.

El estudio señala que “se ha observado en el pasado que algunas madres que reciben WIC tienden a estar en desacuerdo cuando algún consejero les indica que sus hijos están pasados de peso”.

“Es posible que en un ambiente en el que un alto porcentaje de niños presentan sobrepeso, las madres supongan que eso es lo normal”, indica el reporte de la UC citando otro estudio realizado en 2000.

“Hay estudios que muestran que las madres latinas asocian la delgadez con una mala salud y propensión a enfermarse”, continúa el estudio.

Mientras que el exceso de peso es algo que inquieta en casi todas las edades, en Estados Unidos, el surgimiento de la obesidad pediátrica a temprana edad es de particular preocupación debido a su asociación con la diabetes tipo 2 y el riesgo de sufrir enfermedades crónicas.

Entre los niños de 2 a 5 años, la incidencia de obesidad se incrementó de un 7 por ciento a un 10 por ciento durante la última década, siendo los de origen méxicoamericano (13 por ciento comparado con un 9 por ciento de los negros o blancos no hispanos) los más afectados en esta categoría de edad.

Las tasas de personas con sobrepeso u obesas son también altas entre las poblaciones de bajos recursos. Desafortunadamente es también este mismo grupo el más afectado por la pobreza e inseguridad alimentaria.

“La importancia de estudiar este grupo es inmensa, debido a la alta incidencia de problemas de sobrepeso y diabetes entre los niños latinos de familias de bajos ingresos”, señala el estudio, agregando que el objetivo de esta investigación es “ayudar a dilucidar estrategias de intervención apropiadas, estableciendo las bases para educar a los padres de preescolares acerca de la relación entre la obesidad infantil y los hábitos alimenticios”. VN

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