MILES DE CAMPESINOS HAN PERDIDO SUS TRABAJOS POR RIGIDEZ EN LEYES MIGRATORIAS

Miles de trabajadores del campo han quedado desempleados en el sur de Texas y Nuevo México por el reforzamiento de las leyes que castigan al empleador por contratar a indocumentados.

“Hay una gran inestabilidad en la frontera, creada por la intensa vigilancia de agentes federales en la zona y a la amenaza de que las policías locales se sumen para realizar funciones migratorias”, dijo el director de la Unión de Trabajadores Agrícolas Fronterizos, Carlos Marentes.

El líder de los campesinos de Texas y Nuevo México señaló que el endurecimiento de las leyes migratorias y las lluvias que han azotado a la región han paralizado la contratación de trabajadores mexicanos en ambos estados fronterizos.

De acuerdo con cifras de la Unión de Trabajadores Fronterizos, unos 5 mil campesinos han quedado desempleados en el sur de Texas y en Nuevo México.

“Hay un gran miedo a las redadas”, sostuvo Marentes, quien agregó que aquellos trabajadores que no tienen permiso de trabajo en EEUU tienen miedo de ir a los campos en la frontera, donde se concentra la labor de vigilancia de los agentes de la Patrulla Fronteriza.

Es por esto, que más de 2 mil campesinos, que anteriormente se concentraban en los dos estados, han partido al interior de los Estados Unidos en busca de mejor suerte, según el líder sindical.

“La situación migratoria de muchos de estos inmigrantes, sumado a las inundaciones en los campos desde julio del año pasado, ha causado la baja en presencia de estos campesinos mexicanos”, expuso.

“Los trabajadores se esconden y hay una inestabilidad muy fuerte”, agregó.

Por otra parte, los productores están preocupados por no poder depender de una fuerza agrícola estable, ya que incluso los contratistas tienen problemas para conseguir a campesinos dispuestos a emplearse en la zona.

El año pasado, tan sólo en Texas, se registraron más de 2.500 millones de dólares en pérdidas de las cosechas, según el Departamento de Agricultura de ese estado.

Marentes indicó que un gran número de campesinos indocumentados que antes llegaba a la región fronteriza por Texas y Nuevo México se ha desviado a otras áreas debido a rumores de que paramilitares mexicanos están asaltando a indocumentados en el área de Chihuahua (México).

El dirigente mencionó que la inestabilidad en el campo es alimentada por la crisis que enfrenta actualmente el sistema migratorio del país, y a la falta de voluntad de los legisladores por corregir el problema.

Marentes no considera que un programa de trabajadores temporales sea la solución, ya que -a su juicio- las propuestas que se han presentado ante el Congreso de EEUU no contemplan previsiones para evitar la explotación similar a la sufrida por los trabajadores agrícolas en la época del programa Bracero, que concluyó en 1964.

EEUU creó dicho programa durante la Segunda Guerra Mundial para reemplazar con mexicanos la mano de obra estadounidense que había partido a la guerra, pero estos trabajadores nunca recibieron parte de las compensaciones que les correspondía.

“Lo que necesitamos es un programa de legalización que permita a estos campesinos trabajar libremente, para el empleador de su preferencia, y que se considere la unificación de sus familias en Estados Unidos”, manifestó.

Marentes anunció movilizaciones para el próximo 31 de marzo, en las que se pedirá un cese a las redadas.

“Los hijos de estos campesinos están en las escuelas, y ellos tienen miedo a que una redada afecte principalmente a su familia”, finalizó. VN

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