MEXICANOS REZAN POR LA PAZ EN IRAK EN LA ANTIGUA BASÍLICA DE GUADALUPE
MÉXICO D.F., 10 Ago.(ACI/EWTN Noticias).- “Ya que hay un solo Dios, todos los hombres somos hermanos; por eso al rezar la oración que Jesús nos enseñó, decimos Padre ‘nuestro’, es decir, de toda la humanidad”, afirmó el Padre Ángel Luis Lorente Gutiérrez, quien celebró una misa por la paz en Irak y Oriente Medio, en el Templo Expiatorio de Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe en México D.F.
La Eucaristía se celebró luego de que el Papa Francisco exhortara a todos los fieles a rezar por la paz, y de que el Patriarca Caldeo (católico) Louis Rafael Sako junto con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS) o Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), convocaran a una Jornada Internacional de Oración que se realizó el 6 de agosto, en la fiesta litúrgica de la Transfiguración del Señor.
Durante la homilía, señala el SIAME, el Padre Lorente dijo que “todos nos debemos hacer la misma pregunta que Dios formuló a Caín: ¿Dónde está tu hermano? porque no somos ajenos a lo que ocurre con los cristianos en Irak o lo que pasa en Oriente Medio, o en el norte de África”.
Explicó luego que el cristianismo “llama por vocación a la fraternidad y que nuestra actitud responsable de cristianos debe ser la del buen Samaritano que ayudó a la persona sufriente, por lo cual, aseguró que todos debemos preguntarnos con insistencia ¿quién es nuestro prójimo? El prójimo es quien sufre, quien es perseguido. Jesús mismo, al compadecerse de nosotros, nos está reconociendo como prójimos”.
Luego recordó las palabras del Sumo Pontífice Emérito Benedicto XVI, en el sentido de que “’la fraternidad requiere de una paternidad trascendente’, por eso, los problemas de odios y guerras en el mundo se derivan de que nos olvidamos de la paternidad amorosa de Dios, es decir, de que todos nos debemos reconocer como hijos de Dios, y por lo tanto, como hermanos”.
Al referirse a AIS, el sacerdote encomendó esta noble causa a la Virgen y dijo que la antigua Basílica de Guadalupe es un templo significativo donde el pueblo de México hoy se une a la causa de la paz, porque la guerra afecta por igual a todos.
El sacerdote afirmó que esta Jornada Internacional por la Paz, convocada por AIS el 6 de agosto, también coincidió con la triste efeméride de la detonación de la primera bomba atómica sobre Hiroshima, en 1945, lo que fue sinónimo de destrucción y muerte, por lo cual es necesario meditar con mayor urgencia sobre los beneficios de la paz.
Finalmente, afirmó que la sangre derramada por muchos cristianos que hoy son perseguidos, sigue siendo fermento de la fe cristiana. “Pidamos por que la paz reine en el mundo y en nuestros corazones”, exhortó. VN
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