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MARCHA POR AMÉRICA: EL CAMBIO TIENE VALOR Y FE

A continuación publicamos parte del discurso que dio el Cardenal Rogelio Mahony el 21 de marzo en Washington D.C., en donde se estima que más de 200,00 personas participaron en la “Marcha por América.”

Estoy muy orgulloso de estar hoy aquí.

¡El presente sistema de inmigración NO ESTÁ TRABAJANDO!

¡Tenemos un sistema inmoral que toma ventaja de los inmigrantes y sus familias, un sistema que se beneficia de su trabajo sin la protección de nuestras leyes, y un sistema que manda a seres humanos a las manos de los coyotes y hasta la muerte!

Hoy estamos aquí -ciudadanos, residentes, inmigrantes- todos unidos para que nuestros líderes puedan escuchar claramente la voz de nuestro pueblo inmigrante y de los millones de americanos quienes apoyan una reforma migratoria.

Nosotros hemos visto el impacto de las leyes migratorias y las continuas redadas:

Nuestras comunidades inmigrantes viven con miedo…

Niños están siendo separados de sus padres…

Trabajadores están siendo explotados por un sistema que los mantiene como una permanente clase inferior que vive en las sombras de la sociedad.

Hoy compartimos con nuestros líderes y la nación esas historias que vemos todos los días.

Historias como la de María y Juan, quienes vinieron a este país cuando eran niños. Tienen hijos nacidos aquí, hablan inglés, trabajan duro, pagan impuestos, y contribuyen en su comunidad como voluntarios. Son ejemplos del sueño americano, pero viven cada día con el miedo que pueden ser separados de sus hijos.

Esa es una pesadilla que fue hecha realidad para la familia de Gabby, una niña de sólo catorce años. Ella y sus hermanos, todos ciudadanos, perdieron a su padre que fue deportado hace cinco años y ahora viven con el miedo que su mamá también será deportada dejando a los seis niños completamente solos.

Si bien la mayoría de los niños de 14 años de edad pasan su tiempo libre saliendo con sus amigos, Gabby pasa su tiempo libre cuidando a sus hermanos mientras su madre trabaja para mantenerlos, los niños tienen pesadillas que un día “La Migra” vendrá y tambien se llevará a su madre.

Pero a pesar de su dolor y sufrimiento la madre de Gabby mantiene la esperanza de que el Congreso y el Presidente apruebe una reforma migratoria, para que sus hijos, después de cinco años de separación, puedan volver a sentir el calor de los brazos de su padre y nunca volver a tener pesadillas de que quedarán solos.

Como estadounidenses, como una nación de inmigrantes, no podemos dar la espalda a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes. Podemos mejorar esta situación. Tenemos que aprobar una reforma integral de inmigración.

En nombre de los obispos católicos de EE.UU, quiero que sepan que la Iglesia Católica está de su lado y está en esta lucha hasta el final. Les aseguro que la Iglesia Católica seguirá luchando al lado de todos ustedes hasta que se realice una reforma. No vamos a parar de abogar por los inmigrantes y seguiremos defendiendo sus derechos como miembros de nuestras comunidades y esta Nación. ¡Vamos a seguir llamando a nuestros líderes que paren con la política antiinmigrante y que pasen leyes migratorias humanas!

Como una Nación de Inmigrantes, no podemos rechazar a nuestros hermanos inmigrantes. ¡La solución es una reforma migratoria ESTE AÑO!

Me despido con las palabras de Raúl, un estudiante universitario de Los Angeles con un futuro en el limbo por falta de documentos. Él me dio este mensaje para nuestros líderes y la Nación. Él quiere contribuir con todos sus talentos y habilidades a este país -el único hogar que ha conocido-. No por su culpa que no está documentado. Raúl me dio este mensaje para nuestros funcionarios electos y de nuestra nación:

“Véannos como seres humanos, véannos como sus hermanos y hermanas. Estamos aquí para trabajar duro y contribuir a la sociedad. No queremos hacerle daño a nadie. Queremos unirnos para un mejor futuro”.

A pesar de que nuestro actual sistema de inmigración no incluye a Raúl, que sueña con un futuro mejor no sólo para los inmigrantes, sino para todos nosotros.

Les pido que recuerden a Raúl, Juan, María, Gabby y los millones más que siguen sufriendo.

No se trata de política.

Se trata de seres humanos reales.

Todos están en mis oraciones, y Dios los bendiga a todos. VN

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