LAS LEGISLATURAS ESTATALES MARCARÁN EN 2011 LA PAUTA CON LEYES MIGRATORIAS

Washington.- Las legislaturas estatales irán marcando durante este año las pautas de las diferentes leyes migratorias con la intención de estrechar el cerco a los inmigrantes indocumentados.

En una rara excepción a la corriente anti-inmigrante, el gobernador demócrata de Maryland, Martin OMalley, ha apoyado una iniciativa que facilita el acceso universitario a estudiantes indocumentados.

La iniciativa de OMalley apunta a ser algo excepcional porque la tendencia en todo el país es bien distinta.

Randy Terrill, un legislador estatal republicano de Oklahoma, dijo recientemente que las carencias del Gobierno federal para la seguridad fronteriza han hecho que los gobiernos estatales “llenen ese vacío” y hagan lo propio para combatir a los indocumentados.

En los comicios legislativos del pasado 2 de noviembre, los republicanos se alzaron con más de 690 escaños en las legislaturas estatales en todo EEUU, su mejor récord a nivel estatal en más de 80 años, lo que les da alas para impulsar medidas de corte conservador.

En ese sentido el 2011 será, según observadores, una página más del mismo libreto en la lucha de grupos a favor y en contra de la reforma migratoria, con pocas posibilidades de lograr una solución consensuada al problema de la inmigración ilegal en Estados Unidos.

El presidente Barack Obama ha prometido continuar luchando por la reforma migratoria, en particular el “Dream Act” para la legalización de estudiantes indocumentados que completen al menos dos años de universidad o se inscriban en las Fuerzas Armadas.

Esa iniciativa fue bloqueada en el Senado y los republicanos, que mañana recuperarán el control de la Cámara de Representantes, han dejado en claro que para este se espera un posible aumento de medidas contra los indocumentados y más vigilancia fronteriza.

Algunos estados van camino de convertirse en un verdadero campo de batalla contra la inmigración ilegal, impulsando medidas similares a la SB1070 en Arizona, que criminaliza la presencia de indocumentados en el estado.

Aunque parte de la ley ha sido frenada en los tribunales, la SB1070 de Arizona ha servido de modelo para estados como Georgia, Misisipi, Nebraska, Oklahoma, Pensilvania y Carolina del Sur, que preven sopesar leyes similares o, incluso, más estrictas.

Al menos cinco estados preparan un esfuerzo concertado para eliminar la ciudadanía automática para niños nacidos en EEUU de padres indocumentados, un derecho consagrado en la 14 enmienda de la Constitución estadounidense.

Como en otros años, la idea de castigar a estos niños y a sus padres de esa manera -en aras de desalentar la inmigración ilegal- encuentra eco entre los conservadores pero, debido al complicado proceso político para enmendar la Constitución estadounidense, no pasa de ser retórica.

En Maryland, tras el fracaso del “Dream Act”, el senador estatal Víctor Ramírez promueve una medida, similar a una vetada por el entonces gobernador republicano Robert Ehrlich en 2003, que ayudaría a los jóvenes indocumentados en las escuelas secundarias públicas del estado.

La medida, de ser aprobada, permite que las universidades estatales cobren a los indocumentados la misma matrícula que pagan los residentes del estado.

El beneficio para los indocumentados sería irrefutable: la matrícula y otras cuotas en la Universidad de Maryland totalizan 8.416 para residentes del estado, y 24.831 para los clasificados como “no residentes”, que es el caso de quienes viven en Maryland pero no tienen “papeles”.

Ramírez, un demócrata del Condado Prince George, argumenta que el gobierno de Maryland ya ha invertido en la educación de estos jóvenes y “tiene sentido que les demos un trato equitativo en lo que se refiere a la matrícula universitaria”.

Si OMalley logra finalmente promulgar la iniciativa de Ramírez, sería una especie de oasis ante las medidas que se avecinan en decenas de estados contra la población clandestina.

Activistas de la comunidad inmigrante aseguran que no se quedarán de brazos cruzados ante los ataques contra los indocumentados y, al destacar el creciente poder político de los hispanos, prometen una gran ofensiva en las urnas en 2012 para quienes continúen bloqueando el camino de la reforma migratoria. VN

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