LA SEMANA SANTA NOS PREPARA PARA SER DISCÍPULOS MISIONEROS

Por DR. J. ANTONIO MEDINA

Mirando hacia todo lo que hemos celebrado en estos Días Santos podemos preguntarnos: ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Qué nos pide Dios en este momento?

Si ustedes pusieron atención a las narraciones especialmente el Domingo de la Resurrección, pudieron observar el entusiasmo con el que los primeros cristianos salieron a anunciar la noticia de que Jesús no estaba muerto, y especialmente como se esforzaron en construir comunidades cristianas en las casas (como en la casa de Cornelio).

Esa misma energía es la que se espera de nosotros hoy. Las acciones de Cristo vivo hoy son las acciones de los cristianos. El recuerdo de la Pasión nos mueve a luchar por la vida de todos los crucificados.

El lavatorio de los pies nos invita a ser servidores unos de los otros. Y la celebración de la Pascua nos empuja  a dar a conocer a Cristo vivo, con nuestra conducta y compromiso de fe.

Los retos son muy grandes, defender al débil, al inmigrante, al huérfano y a la viuda, y construir una sociedad fraternal donde todos nos sentemos en la misma mesa.

Esto implica una conversión muy profunda, pero eso es justamente el milagro de la Pascua, que nos ha vuelto a la vida, a la vida de Dios.

En el fondo este llamado es el mismo que el Papa Francisco y nuestros obispos nos hacen hoy: ser Discípulos Misioneros, testigos actuales del amor de Dios. VN