LA REFORMA MIGRATORIA ES CLAVE PARA RECUPERAR ECONOMÍA, SEGÚN LÍDERES LATINOS
La reforma de inmigración podría ser una “potente herramienta” para recuperar la maltrecha economía del país, según estimaciones del Consejo Nacional de La Raza (NCLR).
En caso de prosperar, una reforma migratoria justa introduciría nuevos trabajadores en el sistema de impuestos, con lo que proporcionaría una fuente adicional de ingresos para el gobierno, aseguró hoy Clarissa Martínez, directora de Inmigración del NCLR, en una conferencia telefónica.
“Estamos hablando de que uno de cada 20 trabajadores permanecen en las sombras, y están sujetos, por tanto, a explotación y abusos en los salarios”, dijo Martínez.
La legalización de los 12 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula residen en el país reduciría, según el NCLR, el margen de acción de la economía sumergida, y contribuiría, en último término, a aumentar los salarios y a prevenir la explotación laboral.
“No se trata sólo de un imperativo moral, se trata de hacer política inteligente”, opinó Martínez, que estima que la reforma migratoria “podría y debería” ser una realidad este otoño.
Para ello, la propuesta requerirá un total de 279 votos a favor: 218 de ellos en la Cámara de Representantes, 60 en el Senado y el del propio presidente Barack Obama.
Janet Murguía, presidenta del NCLR, destacó la importancia de que los más de 10 millones de latinos que votaron a favor de Obama en las elecciones de 2008 le exijan ahora “cumplir su promesa de ocuparse de la reforma de inmigración en su primer año de mandato”.
Para ello, la organización ha participado, junto a otras asociaciones civiles, en alrededor de 70 visitas locales a miembros del Congreso durante el periodo de receso, e impulsará, a finales de abril, una nueva campaña nacional para exigir acción a Obama cuando cumpla los primeros cien días al frente del gobierno.
Murguía subrayó que Obama tiene una “deuda” con los hispanos de decenas de estados que hicieron posible su victoria. “Hay estados que no destacan por su población latina, y en los que, sin embargo, el voto hispano fue decisivo en el resultado de la elección”, afirmó.
Es el caso de Carolina del Norte, un estado que no había elegido a un candidato demócrata en unas elecciones generales desde los años 70 y que “ha sufrido duramente los efectos de las redadas”, según indicó Irene Godínez, directora de abogacía de la asociación El Pueblo, que actúa en la zona.
La presión de las asociaciones civiles sobre los miembros del Congreso es fundamental para lograr los 218 votos necesarios, que “no se conseguirán si no hay más republicanos a favor”, advirtió César González, director del equipo legislativo del congresista republicano por Florida Lincoln Diaz-Balart. VN
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