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LA FAMILIA LÓPEZ: UNA DINASTÍA ATLÉTICA

En las Olimpíadas de Beijing cuatro hermanos ya baten un récord al participar juntos

Desde 1904 no se veía algo así en los Estados Unidos: tres hijos de una misma familia integrando el mismo equipo deportivo enviado a competir a las Olimpíadas.

Pero en el caso de Beijing 2008, las características únicas no se terminan ahí. Estos tres hermanos seleccionados para representar al equipo de Taekwondo –una variante coreana del Karate–, tienen incluso a un cuarto hermano mayor dirigiendo al grupo como su director técnico.

Y si esto no fuera suficiente para resaltar este año a la singular selección norteamericana de Taekwondo, hay una sorpresa más que nos compleace destacar aquí: estos atletas provienen de un hogar latino: la familia López, emigrada de Nicaragua en 1972.

Mientras que nuestros lectores se preparan para disfrutar por televisión de las Olimpíadas de Beijing que comenzarán pronto, en esa fecha tan especial del 08/08/08, les presentamos aquí a los hermanos Steven (29), Mark (26), Diana (24) y Jean (34), cuatro atletas que viajaron a China con enormes posibilidades de traer las medallas de oro para Estados Unidos. Redondeando este equipo olímpico de Taekwondo, y la única atleta que no pertenece a la familia López, está Charlotte Craig (17).

Para Diana y Mark López, ésta será su primera participación en un evento de tanta categoría como las olimpíadas. Su hermano Steven, en cambio, se ha distinguido ya como el atleta de Taekwondo más condecorado de la historia: ganador de cuatro medallas de oro consecutivas como Campeón Mundial de Taekwondo en las previas olimpíadas de Sydney 2000 y Atenas 2004.

“Las olimpiadas fueron siempre un evento que juntaba a nuestra familia –recuerda Steven–. En 1988 nos sentamos en nuestro comedor a mirar por televisión las olimpíadas de Seúl, donde justo fue incluído el Taekwondo como disciplina deportiva. Con mis tiernos 9 años de edad, supe ahí que yo estaba destinado a ser deportista olímpico”.

Toda esta historia de éxitos deportivos empezó cuando el ingeniero estructural Julio López (65) y su esposa Ondina (56) abandonaron su Managua natal para establecerse en Sugar Land, Texas.

Pocos años después de su arribo a los Estados Unidos, e inspirado por las películas de Kung-fu que tanto le gustaban, Julio inscribió a su hijo primogénito, Jean, en una academia de Taekwondo cercana a su casa. Aunque le fascinaban las artes marciales, Julio nunca tuvo la oportunidad de niño de practicar ese deporte. Al emigrar a este país en busca de mejores oportunidades para su familia, Julio se aseguró de cambiar esa situación con sus propios hijos. Pero la razón más importante de involucrarlos en Taekwondo, explica Julio, es que buscaba una disciplina deportiva que ayudara –en medio de esta caótica sociedad estadounidense– a que sus hijos crecieran aprendiendo a confiar en sí mismos y a respetar a sus mayores.

Con sólo 12 años de edad, Jean se recibió de cinturón negro en artes marciales. A los 13, ya viajaba por el mundo compitiendo en torneos de Taekwondo. Pero a su vez, tenía la misión dentro del hogar de cuidar a sus hermanos menores: ayudarlos a vestirse, a vigilar que hicieran sus tareas escolares, a jugar con ellos.

Y naturalmente, sus hermanos menores crecieron admirando los numerosos trofeos que traía Jean a casa al volver de sus aventuras deportivas por países exóticos y lejanos, (Diana incluso se quebró un brazo cuando tenía 2 años, por tratar de imitar los ejercicios karatecas de este exitoso hermano mayor). De modo que apenas cumplieron los 5 y 6 años, los López más chicos consiguieron que sus padres los pusieran también a ellos a estudiar artes marciales con el mismo maestro coreano.

Pronto consiguieron no solamente sus propios cinturones negros, llegando al nivel más alto de su disciplina, sino que Diana comenzó a ser considerada la atleta más ferozmente competitiva del equipo. Según opina su padre, el hecho de haber crecido entrenando rudamente y sin pedir cuartel contra sus hermanos varones, hizo que cada vez que Diana entraba el ring a luchar con otra chica, se notara una gran diferencia en la agresividad con que buscaba el triunfo.

“El camino a las olimpíadas no fue sencillo –explica Steven– e hicimos muchos sacrificios para hacer cumplir nuestros sueños. Incluyendo ejercicios físicos que mis hermanos y yo iniciábamos diariamente a las 5:30 de la mañana en nuestro garaje. Hacía tanto frío durante el invierno, que nuestra madre prendía la secadora de ropa para calentar el lugar. Luego salíamos corriendo a la escuela, volvíamos a casa en la tarde, hacíamos las tareas, y nuevamente a practicar. Yo me perdí un montón de experiencias típicas adolescentes como bailes, fiestas o simplemente andar con amigos. Mi foco, mi vida, mi mundo ha sido mi familia y el Taekwondo. Además, mis padres hicieron también muchos sacrificios para ayudarnos a cumplir nuestros sueños: los viajes constantes a las competencias, los pagos de las inscripciones y de cuartos de hotel para todos los cuatro hijos fueron a veces muy duro”.

Pero, para satisfacción paternal de Julio y Ondina, tanto sacrificio, tanta sana competencia entre hermanos, no ha hecho más que volver a todos los López más unidos: sus hijos siguen entrenando juntos todos los días de la semana excepto el domingo, y en general son inseparables.

Ahora en agosto, allá en la villa olímpica de Beijing, ese lazo entre hermanos se siente más fuerte que nunca.

“Recuerdo haber hablado de este momento por tanto tiempo y finalmente llegó –dice Steven López– . Será para nosotros un momento histórico que podremos experimentar en familia. Ya en el 2005 habíamos hecho historia por primera vez en la competencia mundial de Taekwondo celebrada en Madrid, cuando todos, Mark, Diana y yo, ganamos los títulos mundiales. Fuimos los primeros hermanos en cualquier deporte que ganaron los títulos de campeón en el mismo evento y dirigidos técnicamente por nuestro hermano mayor, Jean. Esperamos repetir este triple triunfo ahora en Beijing”.

Toda la familia sigue viviendo hoy día en Sugar Land. Diana y Steven aún habitan la casa familiar, mientras que Mark vive a pocas cuadras junto con su pareja Dagmar Díaz (otra atleta también, miembra del equipo portorriqueño de Taekwondo). También cerca vive Jean con su esposa Tabetha y sus tres hijos: Andrés, de apenas 8 meses; Diego (4) y Alyxandra (9). Los dos hijos mayores de Jean, ya están entrenándose como incipientes atletas de artes marciales. La meta es continuar con la dinastía familiar e integrar el siguiente equipo olímpico en el 2017.

Sin duda, la familia López continuará haciendo historia en los deportes de Estados Unidos y del mundo. Pero el 8 de agosto, apostemos por los ganadores: prendamos la televisión y alentemos desde el cómodo sillón de nuestra sala a estos cuatro atléticos campeones latinos. VN

DIANA LÓPEZ

Deporte: Taekwondo

Clasificación: Peso pluma

Altura y peso: 5’10 /130 libras

Nacida: 7 de enero de 1984

JEAN LÓPEZ

Deporte: Taekwondo

Clasificación: Director Técnico

Altura: 6’2

Nacido: 31 de agosto de 1973

MARK LÓPEZ

Deporte: Taekwondo

Clasificación: Peso pluma

Altura y peso: 5’11 /134 libras

Nacido: 25 de abril de 1982

STEVEN LÓPEZ

Deporte: Taekwondo

Clasificación: Peso pluma

Altura y peso: 6’2 /170 libras

Nacido: 9 de noviembre de 1978

¿QUÉ ES EL TAEKWONDO?

El Taekwondo es un arte marcial parecido al Karate, de origen coreano. Se conoce mayormente por la espectacularidad de sus técnicas de patada, y es una de las artes marciales más practicadas hoy día. Es un arte marcial moderno, con poco más de 50 años de antigüedad.

En los Juegos Olímpicos de Seúl, Corea del Sur, 1988, hizo su primera aparición olímpica como un deporte de exhibición. En este evento participaron 183 atletas (120 hombres y 63 mujeres) de 34 países diferentes en 8 diferentes divisiones de peso tanto para hombres como para mujeres. En los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 volvió a tener presencia como deporte de exhibición. Finalmente, en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 el Taekwondo se convirtió en un Deporte Olímpico Oficial disputándose pruebas de combate. Este año, las Olimpíadas de Beijing contará con la presencia de los famosos hermanos López (ganadores de numeros trofeos mundiales) en el equipo de Taekwondo que representa a los Estados Unidos.

La palabra Taekwondo proviene de los caracteres (hanja), que significa golpear con los pies, (kwon) que significa golpear con las manos o puños, y el caracter (do), que significa disciplina, arte, método o camino. Por tanto, Taekwondo podría traducirse como “el arte de golpear con los pies y las manos”, nombre que hace referencia a que es un estilo de combate que utiliza únicamente los pies, las manos y otras partes del cuerpo prescindiendo por completo de armas.

LA FILOSOFÍA DETRÁS DEL TAEKWONDO

El Taekwondo se rige por cinco principios básicos: Cortesía, Integridad, Perseverancia, Autocontrol y Espíritu Indomable.

CORTESIA (Ye Ui)

Es un principio fundamental dentro y fuera del Taekwondo, que tiene como objetivo hacer destacar al ser humano manteniendo una sociedad armoniosa. Los practicantes de Taekwondo deben construir un carácter noble, así como entrenar de una manera ordenada y disciplinada.

INTEGRIDAD (Yom Chi)

Es muy importante saber establecer los límites entre lo bueno y lo malo, así como saber reconocer cuando se ha hecho algo malo. Por ejemplo, en un estudiante que se niega a recibir consejo o aprender de otro estudiante más inexperto, o en un practicante que pide un grado a su maestro, no hay integridad.

PERSEVERANCIA (In Nae)

La Paciencia conduce a la virtud o al mérito.

La felicidad o la prosperidad suelen ser alcanzadas por la persona que es paciente. Para poder alcanzar un objetivo, ya sea promocionar a un grado superior o perfeccionar una técnica, se ha de ser perseverante. Es fundamental el sobrepasar cada dificultad con la perseverancia. VN

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