LA CUSTODIA DE JUAN PABLO II PARA ORAR POR LAS VOCACIONES VISITÓ LOS ANGELES

A inicios del corriente Año Litúrgico, el entonces Papa Juan Pablo II bendijo una Custodia que tendría la misión de visitar durante el año todas las iglesias de Norteamérica para que sus feligreses tuvieran la oportunidad de orar por las vocaciones sacerdotales y religiosas frente al Santísimo.

Obedeciendo con su misiva, la Custodia papal estuvo hace poco de visita por el Sur de California.

La Casa Juan Diego, ubicada en la ciudad de Gardenia, fue uno de sus afortunados anfitriones.

Para su recibimiento, el 7 de septiembre del 2005, en la casa de formación sacerdotal se desarrolló un programa de oración, recogimiento y Eucaristía.

El Obispo Alexander Salazar, de la Región Pastoral de San Pedro, se encargó de darle la bienvenida a la Custodia con una misa celebrada a las 8:00 a.m. en Casa Juan Diego.

Los seminaristas del mencionado hogar, acompañados por los seminaristas de Casa Guadalupe (Este de Los Ángeles) y las religiosas Clarisas, asistieron la Misa.

Al medio día, la Custodia se trasladó a la Iglesia de San Antonio de Padua (localizada a media cuadra del seminario) con una procesión Eucarística.

Los niños de preescolar de la escuela de la mencionada parroquia recibieron al Santísimo Sacramento con el canto “Jesús, te adoramos”. Mientras cantaban, los menores ofrecían flores.

La Custodia papal permaneció en el templo hasta las 7:30 p.m. La tarde estuvo bañada de oraciones de niños, jóvenes y adultos, debido a que el pueblo de Dios tuvo la oportunidad de adorar al Santísimo, resguardado por la pieza religiosa tan especial.

Al finalizar el día, el grupo de seminaristas y las religiosas se unieron a la congregación parroquial y al Padre Eduardo Dover, párroco de San Antonio de Padua, para despedir la Custodia con una Eucaristía.

Miembros de los Caballeros de Colón estuvieron presentes en el momento de unión espiritual por las vocaciones.

Durante la homilía, el Padre Dover recordó a los presentes que cada persona ha recibido una vocación, la cual brota como manantial de vida desde el primer momento de nuestro bautismo, aumentado por la fe y alimentado en la Eucaristía.

El día se clausuró con una procesión (a la luz de velas encendidas) que condujo la Custodia hasta Casa Juan Diego para la reposición solemne del Santísimo Sacramento.

Juan Pablo García Santillán, uno de los seminaristas de Casa Juan Diego, comentó que la visita de la Custodia de Juan Pablo II llenó de emoción y esperanza a los seminaristas y feligreses de San Antonio de Padua.

“Fue una experiencia única haber tenido entre nosotros una pieza tan hermosa bendecida por el Papa”, comentó el seminarista de 22 años, originario de la Iglesia de San Emidius de Linwood. “Como que lo motiva a uno mucho más para rezar por las vocaciones”.

Para concluir, el seminarista comentó: “En realidad que hace mucha falta hoy en día de rezar por las vocaciones. No sólo para que los jóvenes y las jovencitas sientan el llamado, sino también para que aquéllos que comenzamos nuestro discernimiento vocacional nos afiancemos y nos ordenemos ya sea como sacerdotes o religiosas”.

La visita de la Custodia papal a Casa Juan Diego se dio gracias al esfuerzo cooperativo de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, la Secretaría para el Ministerio Sacerdotal y Vocacional y el ramo local del Consejo Internacional del Club Serra en EUA.

Casa Juan Diego, forma parte de las Casas de Formación Casa Juan Diego y Casa Guadalupe, que forman alumnos universitarios que aspiran al sacerdocio diocesano para Los Ángeles.

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