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LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA DE FE

Por Monseñor JOSÉ H. GOMEZ, Arzobispo de Los Ángeles

30 de Agosto de 2013

La semana pasada fuimos anfitriones de la convención anual de la Asociación Católica de Líderes Latinos (CALL, por sus siglas en inglés).

CALL se funda en el reconocimiento de que los latinos se están volviendo cada vez más importantes en la vida de nuestra Iglesia y en la vida de nuestra nación.

Hemos de asegurarnos de que los latinos estén bien formados en su fe católica y de que estén dispuestos a asumir sus obligaciones como líderes en las conversaciones culturales y políticas que darán forma a la vida estadounidense en los años por venir. Nuestra esperanza es que CALL llegue a ser un elemento determinante para la renovación moral y social de Estados Unidos.

Este año, la convención de CALL se concentró en “la construcción de una cultura de fe”. Y esto es un deber para todos los que formamos parte de la Iglesia.

Todos nosotros -cada uno de los católicos- tenemos la obligación de crecer en nuestro conocimiento de la fe y profundizar en nuestro compromiso con la Nueva Evangelización.

Durante 2,000 años, Dios ha estado llamando a gente de todas las naciones, de todo el mundo. Él ha estado llamando a la gente de Los Ángeles y de California durante casi 500 años.

Sin embargo, nuestro trabajo apenas está empezando. Todavía hay tantas personas que no conocen a Jesús… En nuestros vecindarios, en nuestras comunidades, en nuestra sociedad, incluso en nuestras familias.

Entonces, ésa es nuestra tarea, hermanos y hermanas. Jesús nos envía por los caminos de nuestra vida cotidiana. Él llama a cada uno de nosotros a ser misionero y apóstol.

Tenemos que recorrer nuestro mundo y proclamar a todos la buena nueva. Tenemos que hablarles de Jesús. Tenemos que ayudarles a reconocer a Dios actuando en sus vidas, actuando en nuestro mundo.

El amor de Dios se ha enfriado en muchas personas en nuestra sociedad. Se han olvidado completamente de Dios, o buscan “sustitutos” de Dios. Sustituyen a Dios por el trabajo, o llenan sus vidas con otras preocupaciones -la preocupación por ganar dinero o por buscar comodidades, o lo que sea.

Todos conocemos a personas que se han alejado de la Iglesia. Conocemos a personas que sólo están cumpliendo externamente, que sólo son “católicos de rutina”. Todavía van a la Iglesia, pero han olvidado por qué lo hacen. Su corazón no está ahí. Han perdido el fuego, el deseo de Dios.

¡Estas son las personas a quienes Jesús quiere que vayamos a buscar! Tenemos que involucrarnos en sus vidas. Tenemos que servirlas en el amor. Necesitamos compartir nuestra fe con estas personas. ¡Necesitamos compartir con ellas nuestro entusiasmo por Jesús! ¡Tenemos que recuperar a estas personas para Dios!

¡Todavía hay demasiados asientos vacíos alrededor de la mesa eucarística del Señor! Incluso después de todos estos años de cristianismo en este país…

Así que tenemos la gran tarea de cambiar esta cultura y de hacer crecer nuestra Iglesia Católica, que es la familia de Dios. Esto va a requerir la gracia, el valor y una verdadera formación y compromiso por parte de los laicos católicos, no sólo hispanos, sino de todos.

Todos nosotros, los que conformamos la Iglesia, hemos de ser verdaderos apóstoles de nuestro tiempo, apóstoles que atraigan a los hombres y mujeres de nuestra sociedad al encuentro con Jesucristo. Tenemos que vernos a nosotros mismos como instrumentos en el plan salvífico de Dios, hasta que nuestro mundo llegue a estar lleno de la luz de Cristo y de los valores de su Evangelio.

¡Eso es lo que hace de nuestra vida cristiana una aventura! La aventura de tomar parte en la misión de Jesucristo. Cada uno de nosotros es una parte de su misión de redención para todos los pueblos del mundo.

Entonces, oremos unos por otros esta semana. Y desafiémonos unos a otros a ser mejores apóstoles y mejores misioneros. Tenemos que hacer que nuestra Iglesia sea nuevamente una Iglesia misionera para llevar a la gente a Dios, para proclamar la gloria de Dios a todas las naciones.

Pidámosle a Nuestra Señora de Guadalupe, la Madre de la Nueva Evangelización, que nos guíe, nos fortalezca y nos ayude a crecer más profundamente en nuestra fe, a afianzarnos más en nuestra esperanza y a volvernos más fuertes en el amor. VN

El nuevo libro del Arzobispo José H. Gomez, “La inmigración y la América por venir”, está disponible en la tienda de la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. (www.olacathedralgifts.com).

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