LA COMUNIDAD HISPANA NO SE RINDE A PESAR DE BLOQUEO DE LA REFORMA MIGRATORIA

La comunidad hispana considera que, aunque la Reforma Migratoria quedara el jueves estancada por segunda vez en el Senado, “no está todo perdido” y que ahora, más que nunca, hay que trabajar y “recordar el valor del voto hispano”.

“El proyecto de ley de inmigración muere en el Senado” dice hoy el diario estadounidense “The Washington Post” en su portada.

Sin embargo, y a pesar de haber expresado su “profunda decepción” después de que el pleno de la cámara legislativa rechazara limitar el debate migratorio, la comunidad hispana no lo da todo por perdido.

“Lo que ocurrió ayer es un paso atrás, pero pensamos que el statu quo no es aceptable y que ahora tenemos que pensar qué ha sido realmente lo que ha significado el voto en contra”, dijo a Efe Flavia Jiménez, analista de política e inmigración del Consejo Nacional de La Raza.

Jiménez reconoció que “va a ser difícil aprobar la ley migratoria este año en el Senado, pero nosotros como comunidad tenemos que seguir presionando”.

La importancia de la presión a los legisladores es el punto de encuentro entre la mayoría de las asociaciones de inmigrantes que coincidieron además en que el fracaso de la ley migratoria en el Senado significa “que se ha perdido una batalla, pero no la guerra”.

“Dicen que a la tercera va la vencida”, dijo a Efe José Lagos, presidente de la Unidad Hondureña.

“Hace falta presión legislativa, pero también judicial y ejecutiva porque todos ellos tienen la responsabilidad de sacar adelante una reforma migratoria que es muy necesaria”, explicó Lagos.

Tanto Lagos como Jiménez coincidieron en que parte de la culpa de que la reforma no haya salido adelante ha sido la falta de movilización de los inmigrantes, especialmente de la comunidad hispana, que es “la minoría mayoritaria en EE.UU”.

“La comunidad tiene que empezar a participar políticamente de manera fuerte, cosa que en esta ocasión no ha ocurrido. Esa es la lección que tenemos que aprender”, consideró Jiménez.

“Es cierto que el Senado ha dado la espalda a la reforma pero nosotros mismos tenemos la culpa”, aseguró Lagos.

Las encuestas realizadas durante el último mes reflejaban un apoyo mayoritario de la sociedad estadounidense a la aprobación del proyecto de reforma migratoria.

Según Lagos, tan sólo entre un 12 y un 17 por ciento de los estadounidenses se oponían a la misma pero “lo importante de esta oposición no era la cantidad sino la intensidad”.

En este caso, las voces de los detractores del proyecto “hicieron mucho más ruido” que las de sus defensores.

“De cada 20 llamadas a los senadores, sólo una era a favor”, explicó Lagos.

Desde la Liga de los Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), se animó a la comunidad hispana a que haga valer la importancia de su voto, que según ellos, es clave para supervivencia del proyecto de ley migratoria.

“Parece que los demócratas que votaron en contra (15 senadores) lo hicieron por miedo a perder escaños en las próximas elecciones”, dijo Rosa Rosales, presidenta de LULAC.

“Tenemos que meterles presión y demostrarles que nuestro voto cuenta, que el voto latino tiene un poder muy grande y que con él podemos marcar la diferencia en las decisiones”, aseguró Rosales.

Lagos coincidió con la presidenta de LULAC y animó a los hispanos a que dieran un paso más hacia la aprobación de la reforma migratoria y que se inscriban como votantes lo antes posible, ya que los senadores cuentan con listas sobre los votantes de su distrito.

“En algunos estados como Florida el voto hispano es determinante y eso es lo que hay que demostrar a los legisladores”, dijo el hondureño. VN

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