INMIGRANTES VIVEN LA NAVIDAD ENTRE LA NOSTALGIA Y LA DETERMINACIÓN

Diciembre trae consigo la celebración de la Navidad y del fin de año, fechas que para muchos inmigrantes significan alegrarse y compartir, y para otros una exacerbación de la nostalgia por la familia, la patria y las tradiciones.

“Es emocionalmente difícil pasar las Navidades fuera del hogar, mucho más cuando estamos en otro país y la familia está lejos”, dijo en entrevista la psicóloga argentina Ana Nogales.

“La tendencia a la depresión es común en esta época festiva, aun cuando esperamos que sea la más alegre”, agregó.

Ese es el caso de Patricia Esquivel, quien llegó a los Estados Unidos desde Perú hace casi una década y desde entonces no ha vuelto a ver a sus seres queridos.

“Siempre me pregunto si habrá valido la pena separarme de mis dos hijos para ayudarlos a tener una vida mejor. Me he perdido verlos crecer. Cuando eran niños les enviaba sus regalos y pensaba con ilusión en su alegría. Ahora están grandes y su madre es sólo un recuerdo lejano”, comentó.

“La Navidad es para mí una época muy difícil. En lugar de alegría siento mucha tristeza”, agregó Esquivel.

El psicólogo Damián Goldvarg dijo a Efe que la aparición de los sentimientos de tristeza y nostalgia suelen originarse por los recuerdos de tiempos pasados.

“Generalmente las fiestas son reuniones familiares y lo que se añora está relacionado con la familia”, sostuvo Goldvarg.

Aseguró que las fiestas decembrinas nos conectan con el paso del tiempo y también invitan a una evaluación personal.

“Pensamos: ¡un año mas! Si estamos satisfechos con nuestras vidas no será doloroso, pero si no lo estamos, significa un año más de dolor, infelicidad e insatisfacción”, comentó.

Específicamente en el caso de los inmigrantes, la psicóloga Nogales destacó que razones como el idioma, la cultura, la forma de celebrar, la comida, las tradiciones y la separación familiar pueden intensificar la tendencia a la depresión durante el mes de diciembre.

“Es importante tener un sentido de pertenencia y a veces los inmigrantes sienten que no pertenecen ni a su país natal ni a los Estados Unidos. Sin embargo, la realidad es que al ser el 15 por ciento de la población de la nación americana, los latinos somos un segmento con identidad propia, y es hora de que esta realidad nos fortalezca”, declaró Nogales.

“Tenemos una situación de privilegio. El hecho de ser latinos en los Estados Unidos nos da valores propios de nuestra cultura que podemos vivirlos en un país de oportunidades, en un país con una gran riqueza que nos permite desarrollarnos de muchas formas”.

Agregó que quien haya decidido dar el paso de venir a este país a trabajar por un futuro mejor para sí y para su familia, a pesar de las dificultades que pueda experimentar, tiene el libre albedrío de decidir cómo encarar la vida.

Nogales recalcó que “Si prestamos atención a lo que tenemos a nuestro alrededor y lo disfrutamos con apreciación, las fiestas navideñas se convierten en regocijo y también felicidad”.

Por su parte, Goldvarg recomienda que para no caer en la depresión “lo mejor es no aislarse, buscar la manera de disfrutar de la compañía de seres queridos – familiares o amigos – mantenerse ocupado y pensar en todo aquello por lo que podemos estar agradecidos: la vida, la salud y el trabajo, por ejemplo”.

Ambos especialistas coinciden en afirmar que los pensamientos positivos y la conciencia de que la voluntad, las buenas decisiones, el esfuerzo, la valentía, el trabajo, el amor propio y la capacidad para superar las adversidades pueden convertirse en claves para transformar la Navidad de los inmigrantes de una época de nostalgia en una donde se fortalece la decisión de seguir adelante. VN

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