INMIGRANTE SALVADOREÑO FABRICA SU PROPIA MARCA DE COMPUTADORAS

Cuando César Delsas llegó a EEUU de inmigrante en 1989, proveniente de Santa Ana, El Salvador, su primer empleo fue de jardinero, pero ahora es dueño de una empresa en que fabrica su propia marca de computadoras.

Entre 1980 y 1992, la guerra civil asoló a El Salvador y Delsas emigró a los Estados Unidos para escapar del conflicto.

“Mi padre fue asesinado en esa guerra”, dijo a Efe este salvadoreño de 32 años. “Cuando andaba en el pueblo, lo acribillaron los escuadrones de la muerte”.

El empresario es el mayor de cinco hermanos y al faltar su padre tuvo que trabajar en el campo para darle pan de cada día a su familia. Y por esa razón, cuando emigró a los EEUU solamente había estudiado hasta el sexto grado de primaria.

“Comenzamos a emigrar en 1989, cuando la cosa estaba más pesada”, recordó Delsas, quien para entonces tenía 17 años. “Se habían incrementado los reclutamientos forzosos y la pobreza”.

Después de pasar la frontera entre México y EEUU, llegó donde unos amigos en la ciudad portuaria de Long Beach, California.

“El primer trabajo fue de jardinería y después encontramos otro trabajo en una pescadería, de cortar pescado”, recordó. “Y mientras estábamos trabajando, iba a la escuela a estudiar inglés, para luego continuar con los estudios regulares”.

En 1995, Delsas se graduó de la escuela superior (“college”) de la ciudad de Pasadena, California. Con el dinero que ganaba en la pescadería compró una computadora en una tienda llamada PEG, en Los Angeles. Ahí le ofrecieron trabajo.

“Y después en la compañía me dijeron: si quieres vender computadoras, puedes vender”, recordó Delsas. “Y luego comencé a vender y me gustó”.

En la tienda rápidamente se posicionó como el vendedor número uno, y le dieron instrucción en cómo reparar los aparatos, además de que también le asignaban instalar los equipos.

En 1996, habiendo aprendido cómo funcionaba el negocio, decidió comenzar a trabajar por sí mismo. “Vendí mi propia computadora y de ahí salió ganancia”, dijo el empresario. “Y comenzamos a hacer stock, una, dos, tres, cuatro computadoras… Y así fue como empezó realmente”.

El empresario afirmó que para ofrecer calidad y mejor precio, comenzó a comprar las piezas de las computadoras a diversos fabricantes en California y montó una fábrica para ensamblar los aparatos, que llevan el nombre de la empresa como marca: Family Educational Center (FEC).

“Nos enfocamos muchísimo en educación familiar, porque con una computadora se puede recibir educación en la casa”, dijo Delsas, quien el primer año contrató a tres trabajadores y logró ventas de 57.000 dólares.

Diez años después, registra una entrada anual de 5.8 millones de dólares y genera 29 empleos.

Benito Mejía, encargado del departamento técnico de FEC, dijo a Efe que “es un privilegio tener una marca de computadoras que es hispana y que está posicionada en el mercado americano también”.

“Aquí todo se ensambla individualmente”, indicó Mejía. “Eso (el cuerpo del aparato) viene vacío. Les ponemos las partes internas y aquí los ensamblamos y programamos”.

FEC está en la ciudad de Downey, California, y sus ventas se extienden por todo el estado. Entre sus planes, Delsas tiene en mente incursionar en el mercado centroamericano y vender sus computadoras en toda la nación americana.

El empresario explicó que la gente prefiere sus ordenadores porque, a diferencia de las computadoras de almacén, ofrece más calidad, el período de garantía es largo y además él ofrece asistencia técnica mejor y con más rapidez.

“Nuestras computadoras van programadas de acuerdo con la necesidad de cada consumidor, quien va a tener la computadora que realmente necesita”, finalizó. VN

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