IGLESIA Y CIUDAD DE LOS ÁNGELES OFRECEN RECURSOS A INMIGRANTES PREOCUPADOS

IGLESIA Y CIUDAD DE LOS ÁNGELES OFRECEN RECURSOS A INMIGRANTES PREOCUPADOS

Por J.D. LONG-GARCÍA

(fOTO: El Obispo Auxiliar David G. O’Connell (izq.) y el Alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti (der.), junto a autoridades y feligreses, participaron en un evento especial -‘Día Nacional de Acción Migratoria’- en la Parroquia Misión Dolores de Boyle Heights. / VICTOR ALEMÁN).

Rosa Bonilla, ciudadana estadounidense y madre de tres hijos, está preocupada por sus vecinos de Boyle Heights que son indocumentados.

“El dolor que estamos viviendo es una realidad”, dijo en la Misión Dolores durante un evento que marcó el “Día Nacional de Acción Migratoria”. Más de 60 ciudades participaron en el esfuerzo de proporcionar ayuda y recursos a comunidades de inmigrantes.

“Todos los días rezo y lloro por mi familia”, dijo Bonilla. “Los inmigrantes indocumentados tienen miedo cuando salen por la mañana. Creen que podrían arrestarlos y no regresar a su hogar esa noche”. Pero agregó que el apoyo de la Iglesia Católica y del Alcalde Eric Garcetti le da esperanza.

“Yo también soy un inmigrante”, dijo el Obispo Auxiliar David G. O’Connell, tras los comentarios de Bonilla. Él es originario de Irlanda y explicó que la Iglesia está formando una alianza con las autoridades de la ciudad para que “nuestro pueblo se sienta bienvenido”.

“Somos una familia en tiempos buenos y malos. No vamos a abandonar a nadie”, dijo. “Pero no podemos ser víctimas. Debemos organizarnos, tomar clases, asistir a reuniones”.

El religioso señaló que durante años la Iglesia ha ayudado a los inmigrantes a obtener licencias de conducir, y ha guiado a residentes legales a solicitar la ciudadanía.

El Alcalde Garcetti -que creció en Boyle Heights- contó cómo su abuelo salvadoreño llegó a Los Ángeles, sirvió en la Segunda Guerra Mundial y se convirtió en ciudadano.

“Éste es un momento difícil, pero sabemos que el amor es más fuerte que el odio”, dijo Garcetti, y señaló que agentes de policía de L.A. no tomarán el papel de funcionarios de inmigración, y que las bibliotecas y escuelas seguirán siendo lugares seguros.

“Por favor, sigan participando en la vida de esta ciudad”, dijo Garcetti, y agregó que la Constitución es para todos, “con o sin papeles”, y que la Iglesia y la ciudad están trabajando juntas para informar a los inmigrantes de sus derechos.

El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Charlie Beck, quien también habló, repitió la promesa del alcalde de que la policía no actuaría como funcionaria de inmigración. “Nuestro gran temor es que no denuncien el crimen”, dijo Beck.

Pero no todo el mundo estuvo convencido. Cuando el jefe terminó sus comentarios, un grupo entonó: “¡La migra, la policía, la misma porquería!”.

Sandra Ruiz, abogada de la “Loyola Justice Clinic”, dio algunos consejos a indocumentados, muchos de los cuales se pueden encontrar en tarjetas rojas que se distribuyen en la comunidad. Para empezar, si una persona llega a su puerta, no deje que sus hijos contesten, dijo.

Si es el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), los inmigrantes deben preguntar si tienen una orden de detención antes de abrir la puerta. De acuerdo con Ruiz, deben entonces pedir verla y quién es el nombrado – y que se la deslicen ya sea por debajo de la puerta o se la muestren a través de una ventana. La orden debe indicar el nombre completo.

La persona nombrada en la orden debe entonces salir de su casa en vez de dejar entrar a funcionarios de ICE, dijo Ruiz. También recomendó que toda esta interacción se grabe con un teléfono celular y se tome una foto de la orden de detención.

Ruiz recomendó que si lo capturan, debe decirle a los funcionarios que está invocando su derecho a permanecer en silencio. Incluso, no permita que los funcionarios de ICE conozcan su país de origen porque esto podría perjudicar su caso, dijo, y no deben firmar nada en absoluto sin buscar un abogado.

Los indocumentados detenidos mientras caminan por la calle también pueden invocar su derecho a permanecer en silencio. Si los paran, Ruiz recomendó preguntar si están bajo arresto. Si no es así, sugirió que pregunten si pueden irse. Ruiz también dijo que bajo ninguna circunstancia lleven consigo una identificación fraudulenta.

Las familias también deben prepararse para el caso de que un miembro indocumentado sea arrestado. Esto incluye tener una copia impresa de los números de teléfono y un plan por si los padres son detenidos mientras sus hijos están en la escuela.

“Esta información ha sido de gran ayuda para nosotros”, dijo María Flores, parroquiana de la Misión Dolores que asistió a este evento. “Necesitábamos saber qué hacer. Y ahora lo sabemos”. VN

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