GRUPOS PRO-INMIGRANTES SEÑALAN REPUBLICANOS PODRÍAN PERDER VOTOS

Grupos pro-inmigrantes advirtieron hoy de que los republicanos que se oponen a la reforma migratoria podrían perder buena parte del apoyo latino que obtuvieron en las urnas en el 2004, mientras el Senado prepara la votación definitiva sobre un muro en la frontera con México.

Durante una conferencia telefónica, líderes de grupos que impulsan la reforma migratoria lamentaron hoy que ésta quedó estancada en el Congreso debido a una pugna partidista, y reiteraron la queja de los demócratas de que la construcción del muro es un error.

La inacción del Congreso en torno a la reforma tendrá un impacto negativo en las urnas para los republicanos, vaticinó el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), que junto con otros grupos hispanos promueve una campaña de inscripción de votantes.

El voto latino a favor de los republicanos el próximo 7 de noviembre podría verse afectado debido a que se percibe como una estrategia anti-inmigrante de los conservadores, según Cecilia Muñoz, de NCLR.

El proyecto de ley ante el Senado “es más simbolismo que sustancia” porque autoriza, pero no asigna fondos para la construcción del muro, observó Muñoz.

Frank Sharry, del Foro Nacional de Inmigración (NIF), señaló que las maniobras políticas y electorales han impedido la aprobación de la reforma, apoyada por el presidente George W. Bush y por la opinión pública, según varias encuestas.

Ni la mano dura de los republicanos en la Cámara Baja ni la versión moderada en el Senado han ganado en este debate, sino más bien han quedado estancadas en el Congreso, agregó.

Los republicanos y demócratas aún negocian los parámetros de la votación final sobre el muro de más de 1.126 kilómetros en la frontera sur, que podría ocurrir entre esta noche y mañana, sábado.

Si sufre cambios en su texto final a través de enmiendas, esto obligaría a la Cámara de Representantes -que ya había aprobado la medida el pasado día 14-, a permanecer en sesiones este sábado, para poder enviarla al despacho del presidente Bush.

El Congreso, muy probablemente transformado tras los comicios del 7 de noviembre, reanudará una breve sesión transitoria después de esa fecha, por lo que la reforma migratoria tendrá que esperar hasta el 2007.

Si el Congreso aprueba el muro este fin de semana, sería su único logro concreto en materia migratoria, pese a que ambas cámaras aprobaron sendos proyectos que nunca fueron armonizados debido a la polarización del asunto.

No está claro si el líder de la mayoría republicana del Senado, Bill Frist, permitirá la votación de varias enmiendas en esta medida, tal como pretenden varios demócratas y republicanos.

Una de esas enmiendas tiene que ver con un plan de trabajadores para el sector agrícola, que está sufriendo pérdidas en las cosechas debido a la escasez de mano de obra barata, ocasionada a su vez por el recrudecimiento de la vigilancia en la franja fronteriza.

Presionado por sus correligionarios en la Cámara baja, Frist primero apoyó la reforma migratoria, pero luego insistió en que antes había que reforzar la seguridad fronteriza.

La llamada “ley del muro” a lo largo de los estados fronterizos con México es tan sólo una de varias propuestas contra la inmigración ilegal que el Congreso, dominado por los republicanos, intentaba aprobar antes de empezar el receso pre-electoral este fin de semana.

El Senado ya había aprobado en mayo pasado una reforma migratoria integral como la que ha solicitado la Casa Blanca, que incluye un programa de trabajadores huéspedes, una vía para la legalización de ciertos indocumentados, y una mayor vigilancia de los sitios de trabajo y en la frontera.

Algunos senadores republicanos que respaldaron el proyecto de reforma -entre ellos el influyente Arlen Specter- han advertido que el problema de la inmigración indocumentada en EEUU no admite soluciones a medias.

Se calcula que el muro costaría al menos 2 mil millones de dólares.

En todo caso, un proyecto de ley paralelo sobre gastos para la seguridad nacional -que el Senado aún no ha aprobado-, incluye 1.200 millones de dólares para el reforzamiento de la vigilancia fronteriza. VN

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