FLORIDA PREPARA CEREMONIA PARA RECORDAR A MENORES DESAPARECIDOS

Mientras que Florida se apresta a recordar a sus niños desaparecidos en una tradicional ceremonia que se celebra el segundo lunes de cada septiembre, estimados oficiales indican que 530 niños continúan desaparecidos.

Así lo indican datos del Centro de Niños Desaparecidos de Florida, que señalan que 83 menores de origen hispano, en su mayoría adolescentes que han huido de casa, están aún perdidos.

Sin embargo, estas cifras difieren de los números del Centro para Niños Desaparecidos, Explotados y Abusados, (NCMEC, en inglés) que indica que en Florida, 354 niños están desaparecidos, 45 de ellos hispanos.

La disparidad no es de extrañar ya que estos números cambian constantemente, con la misma rapidez, o lentitud, que la información sobre un menor desaparecido llega hasta las autoridades policiales, así como a otras agencias que trabajan en la recuperación de niños perdidos.

“La diferencia en las estadísticas puede que se deba al hecho de que algunos niños han sido encontrados, o su desaparición no haya sido aún reportada o compartida con (con otras agencias), explicó a Efe Kristen Perezluha, portavoz del Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida.

Según Elena Corona, administradora de Casos del NCMEC, la disparidad se debe además a que la mayoría de los niños desaparecidos son recuperados, otros casos no cumplen con los criterios de esa agencia o simplemente, no hay autorización de los padres o de las agencias policiales envueltas en la investigación.

La mayoría de los casos se trata de menores de edad fugados de casa, en situación de peligro, o sustraídos por padres y madres que no tienen la custodia de los mismos.

En 2007 en Florida se reportaron 50.940 casos, de los cuales 49.076 fueron adolescentes que se fugaron de casa, 1.314 en situación de peligro, y 250 desaparecidos de manera involuntaria, según el Centro Nacional de Estadísticas Criminales del FBI.

Entre los hispanos, los jóvenes de 16 años en promedio han sido los más propensos a irse de casa, apuntan las estadísticas oficiales.

“Para muchos adolescentes fugarse de la casa es el último recurso, pero para otros es el primero”, señala Corona, quien destaca que “hay muchas razones por las que un niño se va de casa, y por lo que he visto, es algo que está ocurriendo con frecuencia en los hogares hispanos, donde habría que ver que está sucediendo”.

Corona explica que a veces los niños tienen problemas de aprendizaje y rendimiento en la escuela, otras veces, son las nuevas compañías o amigos que están haciendo algo diferente, y también puede ser un acto desobediencia.

Ni las cifras son un consuelo ni el motivo de la desaparición tranquilidad para las familias que viven la tragedia de no saber dónde están sus hijos menores.

Eso lo sabe bien la hondureña Thelma Jiménez de Torres, de 43 años, residente de Winter Haven, en el centro de Florida y quien desde enero, llora la desaparición de su hija, Karla Torres, de 13, años, quien según un reporte de la policía de esa ciudad, se fugó con un vecino de 31 años.

“Ese hombre aprovechaba cuando me iba al trabajo para hablar con mi niña”, dijo a Efe entre lágrimas. “Ella era una niña tranquila, de su casa, que ni siquiera le gustaba ponerse faldas ni blusas cortas para que no la vieran. Es que tenía un buen cuerpo que la comprometía”, añade.

Según el reporte policial de entonces, José Martínez, mexicano, habría recogido a la menor en las inmediaciones de la escuela, a donde llegaba en autobús regular.

“Si la escuela me hubiera dado transporte para mi hija, esto no hubiera pasado, porque el bus escolar entra hasta la misma escuela”, indica Jiménez, que espera que Karla, quien se cree está embarazada, recapacite y vuelva a casa.

Para los familiares de Martínez, la historia tiene dos caras.

“Karla se fue porque su madre la maltrataba”, asegura Flor Hernández, cuya prima a quien no identificó y quien vive en México está casada con Martínez, padre de un niño, según dijo a Efe.

“Un día vino a mi casa con las manos marcadas por los golpes”, añade, mientras asegura desconocer el paradero de “Racún”, como llama a Martínez.

La ceremonia, que este año podría verse afectada por los posibles embates de los huracanes que se esperan en Florida, será celebrada a los pies del Capitolio, en Tallahassee y contará con la presencia del gobernador Charlie Crist, miembros del Departamento de Policía de Florida, padres de niños desaparecidos y de representantes de las escuelas locales que obtuvieron premios por sus ensayos sobre como mantenerse seguros, explicó Perezluha.

El evento busca mantener presente a los niños desaparecidos, rendir tributos a aquellos que trabajan en la búsqueda de éstos y sobre todo, explica la funcionara, para concienciar sobre la seriedad de la desaparición de un menor. VN

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