FAMILIARES DE ESTUDIANTES DESAPARECIDOS EN MÉXICO BUSCAN APOYO EN ESTADOS UNIDOS
“Andamos buscando justicia. Queremos el apoyo de ustedes para encontrar a los muchachos”, pidió Blanca Luz Nava Vélez, madre de uno de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, Guerrero, a estudiantes, maestros y padres de familia que asistieron a diversas reuniones realizadas en cuatro días de visita al área de Los Ángeles.
Blanca Luz Nava Vélez, madre de Jorge Álvarez Nava; Estanislao Mendoza Chocolate, padre de Miguel Ángel Mendoza Zacarías; Cruz Bautista Salvador, tío de Benjamín Bautista Salvador (estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero) son parte de la “Caravana 43” que recorre Estados Unidos con el objetivo de informar a “viva voz” lo que ocurrió con los estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.
También son parte del grupo, los normalistas Josimar de la Cruz Ayala y su hermano Angel Neri, quien es un sobreviviente de los hechos registrados hace siete meses en esa región al suroeste de México.
“Por mi hijo haría todo lo que sea. Él sabe que lo estamos buscando, que no me iba a quedar con los brazos cruzados. Él sabe que lo amo. Vamos a hacer justicia. Tengo fe en Dios que los vamos a encontrar porque están vivos”, dijo en tono enérgico y firme Blanca Luz Nava Vélez, durante la marcha del pasado 22 de marzo en la que participaron alrededor de dos mil personas en Los Ángeles.
La madre, quien nunca suelta la foto de su hijo, se muestra seria pero sonríe de vez en cuando. Con frecuencia recibe apretones de mano o abrazos de otras madres que salen a su paso a expresarle un “estamos con ustedes” o a preguntarles cómo pueden ayudar.
Los familiares de los desaparecidos responden: “Pedimos que nos sigan apoyando hasta que se haga justicia, hasta que los encontremos. Pídanlos con vida”, dicen.
También recomiendan participar en las marchas y manifestaciones internacionales que se realizan los días 26 de cada mes; escribir cartas, publicar apoyo en redes sociales y pedir a legisladores de Estados Unidos que presionen para “exigir al gobierno de aquí que ya no vendan armas a México, y para que exija al gobierno de allá que nos entreguen a los muchachos porque ellos los tienen”, dijo Blanca Luz Nava Vélez.
Los periodistas le hacen todo tipo de preguntas y ella las contesta. Comenta que el pasado 10 de mayo, su hijo Jorge le regaló un diploma que decía “la mejor mamá”.
Pero estos recuerdos le duelen y prefiere no hablar más de ellos, aunque en otros momentos confiesa que extraña todo de su hijo, máxime que él andaba con su guitarra cantándole canciones todo el tiempo. “Mi hijo es juguetón, es muy alegre”, expresa con una sonrisa como si dibujara su imagen en la mente.
Cuando habla en público, Blanca Luz expresa coraje y denuncia al gobierno mexicano. En varias ocasiones desmiente la versión gubernamental de que los jóvenes fueron asesinados e incinerados, ya que dice, el gobierno aseguró que los estudiantes fueron quemados con todo y pertenencias pero a principios de año, algunas madres marcaron a los números de celular de sus hijos y éstos se encuentran activos.
Las contradictorias versiones de la Procuraduría General de la República (PGR) mexicana así como las pruebas científicas dadas a conocer por físicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) son algunos de los factores que hacen que los familiares de los desaparecidos tengan las esperanza de encontrar a sus muchachos.
“Yo ando buscando a mi hijo. Algunas personas me preguntan que por qué lo estoy buscando en Estados Unidos, pero yo digo que a cuántas partes me digan que vaya, yo iré. Hasta que mi fuerza aguante lo voy a seguir buscando. Pienso que ustedes no dejarían a un hijo perdido. Nosotros no descansamos, andamos de un lado para otro”, dice enfático don Estanislao Mendoza Chocolate.
Para el sobreviviente Angel Neri de la Cruz, el apoyo manifestado por organizaciones e individuos de Los Ángeles es muy importante para su causa, ya que ellos planean seguir con los padres porque considera a los de Ayotzinapa como una familia.
Explicó que la experiencia en la escuela de maestros por ser un internado, convierte a los estudiantes en hermanos, pues actividades como compartir los alimentos, dormir o bañarse en el río, los ha unido en una hermandad muy grande.
“Es muy doloroso sentir la falta que nos hacen nuestros compañeros”, comentó Angel Neri para luego narrar la manera en que él presenció el momento en que su compañero Aldo cayó muerto de un balazo en la cabeza. Él pudo salvarse al ocultarse detrás de un autobús.
Los integrantes de la caravana recorrerán 45 ciudades de Estados Unidos hasta llegar a Washington D.C., a la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a Nueva York, ante las oficinas de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de Amnistía Internacional para llevar su caso, dado que el gobierno mexicano no ha ofrecido respuestas creíbles y basadas en evidencias científicas.
‘…PARA UNA MADRE NO HAY NADA QUE LA HAGA DESISTIR DE SU BÚSQUEDA’
Teresa Mercado, madre de tres jóvenes, manejó más de dos horas desde Victorville para manifestar su apoyo a los familiares de los normalistas desaparecidos.
Dijo entender la pena que atraviesan las madres y padres de los estudiantes mexicanos. “Cuando la vi (a Blanca Luz) me dieron ganas de llorar tan sólo de pensar en su dolor, pero ella no está sola, vamos a seguir apoyándola hoy y siempre”.
Coincide con ella Florina Cruz, residente de West Los Angeles, quien considera que “para una madre no hay nada que la haga desistir de su búsqueda”.
Federico Aquino, un oaxaqueño que vive en Los Angeles, dijo que admira la fortaleza de los padres “por tener ese corazón de resistir a esto que desgraciadamente en México tenemos un sistema corrupto que a la gente como nosotros, humilde, no nos toman en cuenta”.
Originaria de Acapulco, Guerrero, y residente de la ciudad de Pomona, Maura Ayala comentó que “es muy triste lo que está pasando en nuestro país; es una injusticia que dieron carpetazo al caso de los estudiantes cuando no hay pruebas suficientes de que ellos estén muertos”.
“Estamos exigiendo justicia. Como madre, tengo tres niños, pero me duele la injusticia que el gobierno no quiere hacer nada por ayudar a estos padres porque son humildes”.
Lo mismo comentó Isaac Carlos, quien acompañado de sus dos pequeñas hijas acudió a una reunión con los caravanistas en la ciudad de Inglewood.
Otras decenas de madres y padres de familia acudieron al encuentro de los familiares para entregarles apoyo económico pero sobre todo, fuerza moral. VN
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