ESTUDIANTES INDOCUMENTADOS CONTINÚAN MILITANCIA EN CONTRA DE DEPORTACIONES


Washington.- La comunidad hispana no cuenta con un “Capitán América”, pero sí tiene a decenas de jóvenes “héroes” que desafían al presidente Barack Obama y, hoy mismo, le volvieron a exigir que cese las deportaciones de estudiantes indocumentados.

Estos jóvenes, muchos de ellos indocumentados, militan en un renovado movimiento social en todo EE.UU. a favor de una reforma migratoria que les permita legalizarse y realizar sus sueños en su país adoptivo.

Erika Andiola, Gaby Pacheco, Mercedes González y Guillermo Mendoza, son algunos de los centenares de jóvenes activistas que, a falta de liderazgo en el Congreso, se perfilan como “héroes” en la cruzada contra la ola antiinmigrante en algunos sectores del país.

Se hacen llamar “soñadores” porque, de ser aprobado en el Congreso, se beneficiarían del “Dream Act”, un proyecto de ley que abre la vía de legalización para estudiantes que cumplen al menos dos años de universidad o se inscriban en las Fuerzas Armadas.

El proyecto de ley fue aprobado en la Cámara de Representantes pero no pasó del Senado en diciembre pasado, pero los activistas entonces prometieron continuar la lucha.

Sin miedo, sin papeles y sin excusas, han recorrido a pie la autopista interestatal 95 desde Miami (Florida) hasta Washington DC, realizado protestas ante el Capitolio, ayunos y vigilias, además de recurrir a las redes sociales como Facebook o Twitter para sumar adeptos.

El lunes, interrumpieron un discurso del presidente Obama ante el Consejo Nacional de La Raza (NCLR) para exigir un alto a las deportaciones de los “soñadores”.

Mientras Obama declaraba que no podía pasar por encima del Congreso para darles algún alivio migratorio, un grupo de jóvenes de varios estados del país se puso de pie para gritar la consigna de “sí puedes!”.

Sus camisetas rojas con letras en blanco resumían su demanda con un simple mensaje: “Obama, deja de deportar a los soñadores”.

Ese mensaje, más que el que lanzaba Obama para apaciguar a sus críticos, fue el que acaparó más atención de los medios, a juzgar por las reacciones en la blogósfera y las redes sociales.

Los legisladores pueden ganar o perder la reelección dependiendo de cómo voten finalmente sobre el “Dream Act”, una iniciativa que permanece en el congelador.

Pero los estudiantes indocumentados se exponen, sobre todo, a un posible arresto y deportación porque, aunque no tengan culpa por las decisiones de sus padres, entraron a Estados Unidos “sin papeles”.

Y eso es la única traba -la más grave- que afrontan para integrarse por completo a la sociedad estadounidense, porque ya han demostrado de sobra que son tan “americanos como el pastel de manzanas”: juran alianza a la bandera a diario en las escuelas, juegan fútbol americano o se gradúan con honores de las universidades.

Mientras, en aras de captar el voto hispano, Obama ha continuado el diálogo sobre inmigración en varios foros este año, sin lograr nada concreto en el Congreso.

En mayo pasado, visitó la frontera entre Texas y México; viajó a Puerto Rico el mes pasado, y hace dos semanas, la Casa Blanca realizó una conferencia con unos 160 líderes comunitarios para abordar la reforma migratoria, entre otros asuntos.

Estos esfuerzos, sin embargo, no aplacan a los estudiantes y activistas, que hoy mismo se volcaron al Parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, para denunciar que, durante el mandato de Obama, “más de un millón” de personas han sido deportadas.

Según estadísticas oficiales, para mayo pasado, la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) había deportado a poco más de un millón de indocumentados desde comienzos del año fiscal 2009, cifra que incluye tanto a criminales como a algunos de los “soñadores”.

Obama dijo recientemente al legislador demócrata Luis Gutiérrez, en una carta a la que tuvo acceso hoy Efe, que comprende la frustración de la comunidad latina por las deportaciones, que su Gobierno se centra en los criminales y que el Departamento de Seguridad Nacional sólo puede aplicar alivios migratorios “caso por caso”.

Los activistas esperan que, al igual que las historietas del “Capitán América”, la lucha de los “soñadores” por una causa humanitaria tenga, más temprano que tarde, un final feliz. VN

Share