ESCUELAS CATÓLICAS, UNA PUERTA AL ÉXITO
Una investigación analiza los beneficios que ellas ofrecen a estudiantes con desventajas económicas
Si Diego Morales no hubiera asistido a una escuela católica, probablemente su suerte hubiera sido diferente. Desde temprana edad sufrió la presión de las pandillas de su barrio Watts, y careció de estabilidad familiar y recursos económicos para superarse. Entonces Loyola High School se convirtió para Diego en un oasis en medio del caos. La seguridad y el apoyo de sus maestros, y un programa riguroso y efectivo, le ayudaron a sacar lo mejor de sí mismo. Hoy día el jovencito latino ha sido uno de los beneficiarios de la codiciada beca “2011 Gates Millennium”, para asistir a la Universidad Brown. Ahora su futuro luce claro y promisorio.
Así como ocurrió con Diego, las escuelas católicas preparan mejor a los estudiantes con desventajas económicas para asistir a la universidad que lo que lo hacen las escuelas públicas. Sus programas educativos y un ambiente propicio para aprender, convierten a estas instituciones en una puerta al éxito, especialmente entre los estudiantes de grupos étnicos minoritarios. Esto es lo que afirman los resultados de la segunda fase de un importante estudio a cargo de la Universidad Loyola Marymount, Centro de Los Ángeles para Educación Católica. La investigación se llevó a cabo por cinco años, durante los años escolares 2003 a 2008, y examinó los logros académicos de estudiantes en Los Ángeles que asisten a escuelas católicas. La investigación se enfocó en alumnos y escuelas apoyados por la Fundación de Educación Católica (CEF).
Al respecto, el Arzobispo José Gomez puntualiza que las escuelas católicas son la esperanza de nuestro futuro. “Necesitamos asegurarnos que esta misión católica de esperanza e inspiración continúe para nuestros nuevos americanos. En esta gran misión, todos nosotros tenemos una responsabilidad, clérigos, religiosos y laicos”.
Efectivamente, según dicho estudio, para que el alumno progrese es fundamental una educación centrada en valores religiosos y en un sentido de comunidad y familia. Además afirma que las escuelas católicas depositan muchas esperanzas en sus alumnos dentro y fuera del salón de clase, y esto es una importante motivación para ellos.
“En las escuelas católicas el ambiente es más personalizado y acogedor, porque al ser por lo general más pequeñas que las públicas, la gente se conoce mejor; los directores y maestros pueden identificar mejor las necesidades y problemas de los estudiantes, y hallar soluciones más rápido”, dice Róger Marín, profesor jubilado que asistió a Cathedral High School, una secundaria católica en Los Ángeles. También sostiene que de no haber sido por esta escuela, en vez de graduarse de profesor de Ciencias Sociales, quizás él hubiera seguido los pasos de su padre que trabajó toda su vida en una fábrica de bolsas plásticas, por el sueldo mínimo y sin beneficios.
“Un día mi padre me llevó a su trabajo y me dijo: ‘Si no estudias duro, terminarás trabajando aquí’. Yo sabía las condiciones en las cuales trabajaba, y no me gustaban. Yo quería estudiar duro, pero los salones de la escuela pública de mi vecindario estaban muy llenos, y no sentía que los profesores se preocuparan de que sus alumnos destacaran. Por suerte, un sacerdote me contactó con Cathedral High School, y obtuve una beca y así puede terminar la preparatoria. Mis padres se involucraron en las actividades de la escuela, y eso ayudó mucho. Además, los profesores me orientaron sobre la manera de obtener becas para la universidad, y me hicieron sentir que yo podía lograrlo. Pude transferirme sin problemas a Cal State LA University”, cuenta Marín.
El estudio de la Universidad Loyola Marymount demuestra que las escuelas católicas tratan constantemente de darles a sus estudiantes las herramientas necesarias para triunfar en la universidad. Todo el personal, desde educadores hasta administrativos, se involucra en el rendimiento escolar.
Además, el alto nivel de participación de los padres de familia propicia el desarrollo espiritual y el sentido de pertenencia. Se ha visto en el estudio que los padres buscan implementar los valores de la escuela católica en el seno familiar. Asimismo, la presión social que existe es positiva porque están en un ambiente donde los logros académicos se valoran y celebran. Esto influye en que los estudiantes sean serviciales ante los demás.
“Algo verdaderamente sorprendente es que las escuelas católicas entregan una educación de más alto nivel a un costo menor por estudiante, en comparación con las escuelas públicas. El promedio de gasto por alumno durante 2010-2011 es $ 10,297 en escuelas públicas, mientras que para las católicas es $ 6,991”, afirma la investigación.
“Trabajemos juntos para que las escuelas católicas crezcan, se expandan a nuevas áreas donde son tan necesarias, y recaudemos fondos para ofrecer educación católica a cada estudiante que lo desee”, puntualiza el Arzobispo Gomez.
Las escuelas católicas abren sus puertas a alumnos de cualquier creencia religiosa. Actualmente sirven a 80 mil estudiantes en Los Ángeles, lo que las coloca en el tercer lugar de todo el sistema escolar de California. VN
MAS INFORMACÓN
De acuerdo al estudio de la Universidad Loyola Marymount, Centro de Los Ángeles para Educación Católica
• Hay un elevado nivel de participación de padres de familia en las escuelas católicas que refuerzan los triunfos académicos, el desarrollo espiritual, y el ambiente académico de los alumnos.
• El promedio de puntuación para los estudiantes de escuelas católicas es más alto que el de estudiantes de escuelas públicas. También es más alto que el promedio nacional que incluye a escuelas públicas y a todas las privadas.
• Los alumnos de escuelas católicas logran mejor puntaje en los exámenes estandarizados, y se gradúan de la secundaria y luego universidad con buenos niveles.
• Con el 98% de asistencia a la universidad, los estudiantes de escuelas católicas de Los Ángeles realizan un porcentaje sobresaliente.
• Estudiantes de grupos étnicos minoritarios representaron el 30% de los estudiantes en escuelas católicas en todo Estados Unidos en el año escolar 2010-2011, mientras que para la Arquidiócesis de Los Ángeles esta población representó casi el 70%. VN
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