ESA ENEMIGA DE NOMBRE FOBIA

Sepa de qué se trata ese miedo persistente y excesivo a un objeto o situación, como a las alturas, a permanecer en un lugar cerrado, entre otras, y aprenda a controlarlo

Cada vez que Josefina Ruiz, de 46 años, ve una araña, por pequeña que ésta sea, se le paraliza la sangre, su corazón empieza a palpitar desbocadamente y sólo reacciona tiempo después que el arácnido desaparece de su vista. Desde que tiene uso de razón ha sentido por ellas un miedo incontrolable, pero hace poco supo que su problema consiste en que tiene una fobia, en su caso, aracnofobia. Pero ésta no es la única, existe una amplio abanico de fobias que afectan a muchos, y que dada su popularidad es material de estudio de los expertos en comportamiento humano.

De acuerdo con Gloria Palermo, doctora en sicología en Dallas, Texas, cuando sentimos que un objeto, ser vivo o situación nos provoca un miedo que no podemos controlar, estamos ante una fobia. Su alcance es tal que puede llegar a perjudicar la calidad de vida si no se trata debidamente.

Existen numerosas fobias y en diferentes grados. Una es por ejemplo, la fobia por los ascensores, al punto que puede impedir que la persona afectada no acepte un buen puesto porque la oficina está en el piso más alto del edificio. O también el pánico de hablar ante público y no poder hacerlo ni siquiera ante la amenaza de un despido.

“A veces las fobias se develan cuando uno cambia de ambiente. Por ejemplo, un residente de Florida se muda a Los Angeles y descubre que le tiene fobia a los terremotos”, indica Palermo.

Según la experta, una fobia no es falta de confianza en uno mismo, sino la expresión de un conflicto interno provocado por vivencias personales, aunque actualmente varios especialistas consideran que se debe en gran parte a un desbalance hormonal.

Unos científicos del Instituto de Psicología de la Universidad de Suiza en Zurich recientemente estudiaron a dos grupos de personas con fobias. Unos precisamente con fobia a las arañas y otros con fobia a hablar en público, y encontraron que la hormona cortisol ayuda a disminuir las fobias.

Lo que hicieron es que les dieron cortisol o un placebo una hora antes de tener que hablar en público o antes de mostrarles las fotografías de las arañas, de acuerdo a qué fobia presentaban. Luego observaron a los participantes con un equipo que medía su frecuencia cardíaca y se les preguntó el nivel de angustia que experimentaban. Encontraron que los que tomaron cortisol tuvieron menos aumento en su pulso y reportaron menos angustia que los que tomaron el placebo.

Estos investigadores que acaban de publicar sus hallazgos en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences piensan que esto se debe a que el cortisol hace que nos olvidemos de las memorias que nos asustan.

“Es que la mayoría de las fobias se generan en la niñez, y también suelen presentarse en personas muy jóvenes. Esto se debe en parte a cambios hormonales a joven edad, y también a las presiones sociales, ya que es común que los jóvenes se independicen y expongan a situaciones desconocidas que no se pueden predecir o controlar”, puntualiza Palermo.

La sicóloga aclara que el pánico puede confundirse con fobia, con síntomas parecidos, pero éste puede ocurrir en cualquier lugar, en cambio la fobia se presenta ante una situación determinada.

¿QUÉ SIENTE?

Actualmente, la Asociación Americana de Sicología y la Asociación Americana de Psiquiatría reconocen la fobia como una enfermedad.

“Muchas veces la familia no puede entender la fobia de sus seres queridos y subestima lo que siente, y hasta llega un momento en que pierde la empatía y entonces el afectado siente mucha vergüenza y evita hablar de lo que le está pasando. Este miedo lo puede llevar inclusive hasta el suicidio”, dice la sicóloga.

Físicamente, la fobia puede provocar palpitaciones cardíacas, sudor, temblor, mareos, falta de aire hasta sentir que se está ahogando, náuseas, etc.

“No se sienten como una persona real porque están como desconectados de la realidad; sienten que están perdiendo el control mental y sufren escalofríos o sofocación. Con el tiempo su autoestima puede resultar lastimada y tener la sensación de que su vida no está completa”, indica Palermo.

Según la entrevistada, no hay pruebas de que si son las mujeres o los hombres los que tienen más tendencia a padecer de las fobias, pero es evidente que las mujeres son más propensas a solicitar ayuda psicológica si es necesario.

Sin embargo, algunos expertos sostienen que las mujeres son más propensas a fobias debido a su sistema hormonal tan complejo, y esto se aplica sobre todo a las adolescentes que están pasando por la pubertad.

Esta enfermedad no es hereditaria aunque a veces se presenta en varios miembros de la misma familia.

“La buena noticia es que una fobia se puede eliminar completamente. Con tratamiento hay personas afectadas que pueden volver a viajar en avión, por ejemplo, o que vencen la fobia por las alturas, al punto que tuve un paciente que una vez superado el problema, se inscribió en un grupo de alpinismo local”, comenta la experta.

CATEGORÍAS DE FOBIAS

* Fobia específica: miedo persistente e irracional a la presencia de algunos estímulos específicos.

* Fobia social: ansiedad irracional al exponerse a ciertas situaciones o comportamientos de la sociedad.

* Agorafobia: ansiedad irracional de permanecer en lugares donde escapar podría resultar difícil o embarazoso. Esta condición provoca que el individuo afectado viva encerrado en su casa.

CURA PARA LA FOBIA

Para reconocer los síntomas de miedo y ansiedad, la sicóloga Gloria Palermo recomienda:

* Elaborar una lista de los miedos y luego enfrentarlos. Por ejemplo, si tiene miedo a un perro, ver ilustraciones de estos y detectar cuál le produce más miedo. Hablar de este sentimiento; luego ver a uno encerrado y tratar de acercarse y finalmente darle comida.

* Si la causa de una fobia es la falta de una hormona, se recurre a medicinas.

* Un especialista detecta la fobia y le enseña al paciente cómo relajarse y también técnicas de respiración.

* Si le tiene repulsión a insectos o arácnidos, debe informarse de sus características y ver las diferentes clases de su especie; ir a un zoológico y observar otro tipo de animales e ir racionalizando el miedo.

* Aprender a conversar consigo mismo porque para superarse, es importante esa auto-conversación.

* Ayudar a un hijo a no tenerle miedo de sus propios miedos ni a encerrarse en sí mismo, ya que esto provoca depresión y lo vuelve más vulnerable a las fobias.

* Cuando un niño dice que no quiere hablar de un miedo, no debe forzarlo porque esto le quita el control de la situación. Preguntarle porqué no quiere hablar y de a poco resolverlo con paciencia y respeto.

* Escucharlo. Dejar que el niño sienta que lo entienden sin juzgarlo, aunque no estén de acuerdo con él.

* Consulte a su médico. Lea sobre las fobias, ya que hay mucho material disponible.

* Entender los sentimientos internos. Cuando siente una fobia se encierra en sí mismo y hay que buscar formas de sacar ese temor. Algunos ejercicios simples se basan en el uso de los sentidos (oler el humo que despide una vela encendida, tocar el agua, etc.).

* Acuda a una terapia. Las primeras secciones son para educarse sobre el sistema nervioso, cómo manejarlo y cómo reconocer los miedos.

* Mantenerse físicamente sano. Alimentarse balanceadamente, realizar ejercicio al menos tres veces a la semana, evitar el estrés. VN

Share