EL DERECHO DE ASILO BAJO ATAQUE

EL DERECHO DE ASILO BAJO ATAQUE

(fOTO: Una voluntaria de la Parroquia San Antonio en Upland, California, recauda información de interesados en solicitar asilo, y también les ayuda a organizar el viaje. / Cortesía Diócesis de San Bernardino, CNS).

Por MARÍA LUISA ARREDONDO

Ana Velasco (nombre ficticio) sólo tiene recuerdos tristes de El Salvador. Durante los 18 años que vivió en su país natal fue testigo del asesinato de muchos de sus familiares y amistades a manos de las pandillas, lo que le hacía temer que la próxima víctima sería ella.

“Cada mes, teníamos que pagarle una renta a los pandilleros porque nos tenían amenazados de muerte. A un amigo lo asesinaron muy cerca de mi casa y fue terrible porque lo mutilaron. Yo sentía cada vez más miedo porque empezaron a acosarme, querían que anduviera con ellos y, como me negué, trataron de secuestrarme”, dice Ana con voz temblorosa.

El temor de que la fueran a matar obligó a la joven, que en ese entonces estudiaba el bachillerato, a dejar todo y huir a México a principios de 2014. “Tenía un primo que vivía en Chiapas y, sin pensarlo mucho, le pedí ayuda. Estuve dos meses viviendo en su casa, pero no me sentía segura y por esto tuve la idea de irme a Estados Unidos para pedir asilo”, cuenta.

En abril de 2014 finalmente pudo cruzar la frontera y llegó hasta Hidalgo, Texas. Las autoridades migratorias la detuvieron dos días y, cuando la liberaron, se contactó con unos familiares que tiene en Los Ángeles, donde ahora espera que se resuelva su petición de asilo.

La abogada especializada en inmigración, Meredith Brown, quien lleva el caso de Ana, asegura que la joven de 23 años cumple con todos los requisitos para que se le otorgue el asilo bajo la ley actual: tiene familiares y amigos que han sido asesinados, su vida peligra porque ella puede testificar contra los criminales que la han amenazado a ella y a su familia, y su fe católica la sitúa también en una posición vulnerable porque muchos pandilleros atacan a las personas religiosas.

Sin embargo, Brown advierte que la aceptación de casos de asilo se complica cada vez más por el ambiente hostil que hay en la Casa Blanca contra los indocumentados.

CRISIS EN LA FRONTERA

Debido a que no se destinan recursos suficientes para atender las peticiones asilo, se ha creado una enorme crisis en la frontera con México, donde miles de personas permanecen detenidas en condiciones infrahumanas. Y en muchos casos, advierte la abogada, las solicitudes se rechazan de manera muy rápida, “como si se tratara de una corte de tráfico, solamente que en este caso el negarle a una persona el derecho a quedarse aquí podría representar condenarla a muerte si se le deporta a su país de origen”.

El esfuerzo más reciente del presidente Trump para frenar la llegada de indocumentados es el anuncio, a mediados de julio, de una medida que pretende negar el derecho de asilo a casi todos los migrantes que crucen por México.

La norma exige que los migrantes pidan protección en los países por los que pasaron antes de llegar a Estados Unidos, lo que le cerraría la puerta a miles de personas que buscan escapar de la violencia en Centroamérica. Las únicas excepciones serían las víctimas de tráfico humano o los migrantes a los que se les negó la protección en otro país.

Como resultado de las fuertes presiones de Trump, el gobierno guatemalteco ya aceptó convertirse en “tercer país seguro” para recibir a los migrantes que desean pedir asilo. En cuanto al de México, pese a que formalmente se ha negado a ser catalogado como tal, en la práctica todos los días recibe a miles de migrantes deportados de Estados Unidos.

BATALLA LEGAL ARDUA

Desde que se anunció, la medida de Trump ha sido desafiada legalmente por diversas organizaciones, entre ellas la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU) bajo el argumento de que viola la ley nacional e internacional.

Todo indica que la batalla legal alrededor de la medida de Trump será ardua y larga. El pasado 24 de julio, un juez federal de la Costa Este rechazó el bloqueo de la norma en contra del asilo. Pero horas después, un juez de San Francisco le puso un alto a esta medida porque es inconsistente con las leyes actuales.

Enrique Arévalo, abogado especializado en inmigración, indica que el problema de fondo se debe a factores políticos. “Trump quiere relegirse y para quedar bien con su base ataca a los inmigrantes por todos lados, como estas normas contra el asilo”.

Pero como explica Arévalo, el presidente “no se manda solo”. Él no tiene la autoridad para legislar sobre migración, esta tarea le corresponde al Congreso. Lo que hace Trump es emitir órdenes ejecutivas que pueden ser desafiadas legalmente.

Por lo pronto, dice Arévalo, se mantiene vigente la ley de asilo que establece que una persona puede solicitarlo en Estados Unidos si demuestra un miedo creíble de que su vida peligra por su opinión política, raza, religión, origen nacional o por pertenecer a un grupo social que es perseguido.

Finalmente, la abogada Brown aconseja a quienes crean que pueden solicitar asilo que consulten a un experto en inmigración lo antes posible “porque el tiempo es oro”. Y advierte también que se cuiden de notarios o abogados que contestan con evasivas sus preguntas y que cuando les llaman no los atienden de inmediato. VN

MÁS INFORMACIÓN SOBRE ASILO

Organizaciones no lucrativas en Los Ángeles:

  • Caridades Católicas de Los Ángeles: (310)672-2208
  • CARECEN: (213)385-7800
  • CHIRLA: (213)353-1333
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