
DOS INMIGRANTES LATINOS TIENEN MOTIVOS DE SOBRA PARA CELEBRAR EL DÍA DEL PADRE
Beneficios migratorios para los papás
Por PAULINA HERRERA
Suele pasar que la mamá se lleve los méritos. Pero en estos dos casos, demostramos que los hombres también son protagonistas de historias inspiradoras, y para celebrar el Día del Padre por todo lo alto, les contamos las experiencias de Marcelino Martínez y Jesús Magaña, hombres de familia que además de la dicha de ser el “rey del hogar”, encontraron un beneficio migratorio que cambiará su vida.
JESÚS MAGAÑA: ¿CÓMO OBTENER UNA VISA U?
Jesús Magaña es papá soltero. Fue víctima de violencia doméstica derivada de una infidelidad, y con sus tres hijas -la menor de 3 años-, tomó la difícil decisión de abandonar su hogar y empezar una vida nueva.
Eso ocurrió entre 2006 y 2010 en Santa Ana, California. Inició con una pelea y terminó con una orden de restricción que Jesús interpuso en contra de su ex pareja. A mediados de mayo pasado obtuvo una certificación del Departamento de Policía en donde se testifica la agresión física y emocional de la cual fue objeto por parte de su pareja. Técnicamente es lo necesario para demostrar que fue “Víctima de Violencia Doméstica” y solicitar el beneficio migratorio de la Visa U que eventualmente le dará la residencia permanente en Estados Unidos.
“Es muy difícil actuar en contra de la persona que amaste tanto, pero más difícil es soportar una situación que atenta contra tu vida y contra el bienestar de tus niños”, afirma Magaña, ahora cuando sus hijas ya tienen 17, 20 y 22 años de edad. Él quiere motivar a otras víctimas -hombres o mujeres-, para que busquen ayuda con la policía, en las Iglesias o en las escuelas.
“Tienen que animarse a hablar porque sólo así las otras personas se van a enterar por lo que estamos pasando”, afirma este feligrés de Inmaculado Corazón de María, que aunque ha dedicado más de diez años de su vida a cuidar a sus hijas, “no me considero un padre ejemplar, porque hice lo que tenía que hacer y debo reconocer que la familia de la mamá me ayudó a cuidarlas”, afirma Jesús esperando celebrar este Día del Padre con Andrea, Nataly y Alejandra, quienes ya trabajan y estudian.
“Una quiere ser detective, la otra decoradora y la más grande quiere ser policía”, dice sonriendo mientras muestra con orgulloso fotos de las tres de las que está lleno su celular.
En este 19 de junio, Día del Padre en este país, no habrá pastel para celebrarle su día a Jesús Magaña, porque “la situación violenta y agresiva que sufrí me provocó una diabetes que tengo que atender para vivir más y ver a mis nietos”, asegura.
Pero además de un buen papá soltero, Jesús, originario de la Ciudad de México y residente de California desde hace dos décadas, es un buen hijo: “Quiero ir a México a ver a mi mamá que está en Michoacán…Está enferma y tengo que verla después de tanto tiempo”.
Por eso buscó ayuda legal con dos, tres, cuatro abogados.
“Podía irme a México cuando quisiera, pero no podría volver al lado de mis hijas y ellas me necesitan”, afirma Jesús que trabaja en una fábrica de Costa Mesa “haciendo de todo…limpiando, empacando, ordenando…”.
Al final encontró a la abogada Denise Cabrera, una joven experta en leyes migratorias que tomó el caso de Jesús con determinación. El primer paso de la abogada fue tramitar la certificación del delito en el Departamento de Policía de Santa Ana, y ahora el caso será sometido a inmigración.
“No me apena contar mi historia porque es la verdad. No tienen idea de cuántas personas están pasando en estos momentos por lo que yo pasé…” .
A diferencia de muchas víctimas, Jesús se armó de valor y actuó. Ahora el Día del Padre para él puede ser retórico, porque cada día celebra la dicha de ver a sus hijas crecer y que todas sus heridas fueron sanando cada mañana cuando “las peinaba para llevarlas a la escuela”.
MARCELINO MARTÍNEZ: ¿CÓMO PADRASTRO SE PUEDE OBTENER UNA ‘GREEN CARD’?
Marcelino Martínez conoció al amor por partida doble. Se casó con Aidé Torres cuando su hija Aimé tenía tres años de edad. Luego vinieron los otros príncipes del hogar: Rosa, Luis y Guillermo.
Pasó el tiempo hasta que Aimé, nacida en Estados Unidos, alcanzó la mayoría de edad y solicitó la residencia permanente de su mamá.
Y aquí viene lo interesante. ¿Por qué no hacerlo por Marcelino? El primer paso fue consultar a un abogado experto en leyes migratorias y la buena noticia es que Marcelino contaba con la evidencia principal para solicitar su residencia a través de su hijastra: el acta de matrimonio con Aidé fechada en Long Beach cuando Aimé tenía menos de 4 años de edad. Esto fue suficiente para demostrar que aun cuando no es su padre biológico, Marcelino es su papá ante la ley de inmigración.
Por supuesto hay otros comprobantes, pero los Martínez-Torres los ven más como el tesoro familiar: fotos de eventos importantes en la vida que celebraron año con año en una familia de seis.
“Aimé le llama Marcelino, pero ante sus amigos y compañeros de la escuela, se refiere a él como su papá”, afirma Aidé, quien reconoce que el trabajo de jefe de familia de Marcelino ha sido igual para todos.
En este Día del Padre, la familia Martínez-Torres no tiene planes precisos para celebrar porque están ahorrando para viajar juntos por primera vez a Jalisco, hasta donde Marcelino quiere llevar a presentar orgullosamente a su esposa y sí, a sus cuatro hijos. VN
JESÚS MAGAÑA, papá soltero que obtuvo la certificación de la policía como víctima de violencia doméstica, y ahora está tramitando la Visa U que le daría a futuro la residencia permanente.
MARCELINO MARTÍNEZ mostrando su ‘Green Card’ que obtuvo por petición familiar de su hijastra estadounidense; en la foto con la abogada Denise Cabrera y su esposa Aidé Torres.
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