
DIOS ES AMOR: UNA REFLEXIÓN CLAVE DURANTE LA PASCUA
La Semana Santa es el período más importante del Año Litúrgico de la Iglesia Católica. Durante ésta, los creyentes gozan de la oportunidad de reflexionar en la vida de Jesús, quien (como señala la Biblia) “siendo el Hijo de Dios quiso hacerse hombre para redimirnos y darnos la vida eterna”.
Monseñor Alexander Salazar, obispo auxiliar de la región pastoral de San Fernando, afirma que en su vida, pasión, muerte y resurrección, Nuestro Señor Jesucristo nos dejó una de las lecciones más preciadas de la vida: Dios es amor.
El período de Semana Santa ofrece esencialmente la oportunidad de ejercitar la abstinencia, el sacrificio, la mortificación y los ejercicios espirituales que sirven para experimentar el dolor y el sufrimiento que experimentó Jesús cuando decidió entregar su vida por la humanidad.
Al mismo tiempo, tal como nos enseñó Cristo, ésta nos permite reflexionar y participar en la lucha por los derechos humanos de los individuos pobres, explotados y discriminados.
Monseñor Alexander Salazar, obispo auxiliar de la región pastoral de San Fernando, señala que durante la Semana Santa del 2006 todos los creyentes deberían de leer y reflexionar en la encíclica “Deus Caritas Est” que escribió el Papa Benedicto XVI (en diciembre del año pasado) donde llama a experimentar y poner en práctica el amor que tuvo Dios por cada individuo de la humanidad.
En esta Carta Pastoral, dice el religioso, “el Santo Padre nos ayuda a entender con más profundidad el misterio tan grande de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo por cada uno de nosotros.
“Se entenderá con más profundidad sobre este amor que es revelado de una forma tan especial en la última cena del Señor, donde mostró su gran amor por sus discípulos al lavarles los pies e indicarles que les deja un mandamiento nuevo: que nos amemos todos así como nos ama Dios”, recalca el líder pastoral de la región de San Fernando.
Agrega que “este amor se manifiesta de una forma suprema con el regalo de la Eucaristía, el cual es el regalo más grande que Dios da a la humanidad al entregar su propia vida por cada uno de nosotros”.
Después de esta manifestación de humildad y entrega, prosigue el Obispo Salazar, Jesús nos manifiesta ese gran amor en la cruz, en el calvario, cuando da su vida por cada uno de nosotros para redimir el mundo.
Y luego, prosigue el religioso, vemos su gran amor en la promesa de la resurrección. “La cual se manifiesta de una forma muy concreta en los catecúmenos que se bautizan en el día Sábado Santo”.
OPORTUNIDAD PARA LA ACCIÓN SOCIAL
El Obispo Salazar resalta que, ante la ola antiemigrante que se está viviendo en estos momentos, cuando se debaten en el Senado de este país unas medidas migratorias que afectaría directamente a millones de inmigrantes indocumentados, sería también importante reflexionar durante esta Semana Santa en el ejemplo que nos da Jesús de morir por toda la humanidad, sin distinción. “Él muere no solamente por el pueblo de Israel, sino por todos. Es decir, que transportando su acción a nuestros días, Él no sacrifica únicamente su vida por la gente documentada, sino por toda humanidad.
“Él nos demuestra con su acción que en el amor de Dios no hay fronteras, no existen divisiones, no existen preferencias, el amor de Dios es para todos”, recalca Monseñor Salazar.
OPORTUNIDAD PARA LA SANACIÓN FAMILIAR
Para poner en práctica en nuestros hogares las enseñanzas de amor que nos dejó Jesús, el Obispo Salazar señala que durante este Semana Santa los feligreses tienen que tomar conciencia de “cómo están funcionando y qué están sembrando en sus hogares.
“A nivel de hogar tendríamos que imitar ese amor de Dios para eliminar o evitar la violencia”, denota el religioso.
Explica que para vivenciar al máximo este amor,“debemos de imitar la reconciliación y la bondad con que Dios nos perdonó en la cruz.
“Este ejercicio de reconciliación debe de hacerse entre todos los miembros de la familia. Esto no solamente nos ayudará a sanarnos nosotros mismos, sino también servirá para sanar nuestras familias, nuestra sociedad”, concluye el Obispo Salazar. VN
QUÉ SIGNIFICA LA PASCUA Y CUÁLES SON SUS DÍAS CENTRALES
Para los cristianos, la Pascua es el paso de Cristo de la muerte a la vida. Un paso que significó la salvación del mundo y la redención de los pecados. Luego de cuarenta días de preparación (la Cuaresma), se inicia la Semana Santa en la que se recuerda la entrada triunfal a Jerusalén (Domingo de Ramos), la Última Cena, la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Durante el Triduo Pascual (Jueves, Viernes y Sábado Santo) se realizan las celebraciones centrales de la Semana Santa.
En el Jueves Santo, se bendice el Santo Crisma que se utilizará hasta el siguiente Jueves Santo, para la celebración de los sacramentos del Bautismo, la Confirmación, la Unción de los Enfermos y el Orden Sagrado (ordenación sacerdotal). Ese mismo día se realiza la Misa de la Cena del Señor, en la que se recuerda la Ultima Cena que Jesús tuvo con sus amigos los apóstoles.
El Viernes Santo es un día de silencio, pues se recuerda la crucifixión de Cristo. Este es el único día del año en que no se celebra misa. En su lugar, se hace una celebración en la que se recuerda la Pasión del Señor, se reza por la salvación de todo el mundo y se venera la Santa Cruz. En las quince estaciones del Víacrucis se revive el camino de Jesús hasta el Monte Gólgota, el lugar de la calavera en hebreo.
El sábado por la noche se celebra la Solemne Vigilia Pascual. Conocida también como Misa de Gloria, es el punto final del Triduo Pascual. La misa comienza a oscuras, como símbolo de la noche, poco a poco el templo se va iluminando con la luz del Fuego Nuevo, la luz de Cristo que ilumina el mundo. Cuando llega el momento de rezar la oración de la Gloria, se hacen repicar las campanas para anunciar a todo el mundo que Nuestro Señor Jesucristo, el Mesías, resucitó. VN
NUESTROS PECADOS EN LA CRUZ
Esta es una sencilla actividad familiar que ayudará a padres e hijos a profundizar en el significado de la Pasión, muerte y Resurrección de Cristo, el misterio de nuestra salvación.
PRIMER PASO:
Sobre un cartón o papel grande, coloque alfileres silueteando el dibujo de una cruz. Corte pequeños pedazos de papel blanco o marrón.
Explíquele a los niños que Jesús murió por nuestros pecados. Explíqueles qué acciones humanas son consideradas como pecados, y cómo éstos son perdonados a través del Sacramento de la Reconciliación.
Deje que cada uno de los chicos escriba sus pecados en los pequeños pedazos de papel (un papel por cada acción pecaminosa) y luego colóquelos sobre la cruz. Aliéntelos a agregar más papeles cuando ellos hayan cometido una acción mala. Si, por ejemplo, una resolución concreta a ser realizada en Cuaresma fue accidentalmente rota o no hecha, sugiérales que otro pedazo de papel debe ser colocado en la cruz.
SEGUNDO PASO:
Luego del Viernes Santo, los papeles son sacados, dejando en su lugar los alfileres.
Estos alfileres nos recuerdan nuestros pecados por los cuales Jesús murió en la Cruz, y que posteriormente serán utilizados para sostener algunas decoraciones alusivas a la Pascua. TERCER PASO:
Dibuje y recorte flores utilizando papeles de colore y colóquelas sobre la cruz con los mismos alfileres. Una parra artificial con flores puede ser también colocada alrededor de la cruz para expresar el triunfo de la Resurrección de Cristo.
Los papeles con los pecados son quemados en el fogón de la vigilia pascual; o en el día de Pascua con nuestras antorchas. Hemos empezado una nueva vida con Jesús. VN
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