DÍA DE CÉSAR CHÁVEZ DE 2013

Por el Presidente de los Estados Unidos de América

PROCLAMACIÓN

Todos los años, los estadounidenses en todo el país hacen una pausa el 31 de marzo para recordar a un hombre que hizo de la justicia su vocación. Habiéndose criado como hijo de trabajadores agrícolas migrantes que lo perdieron todo en la Gran Depresión, César Chávez conoció desde temprana edad el trabajo duro y las dificultades. Él trabajó largas horas por poca paga, e hizo trabajos de jornalero para ayudar a su familia a cubrir los gastos y renunció a tener una educación formal para poder ir tras los ciclos del cultivo. Sin embargo, donde otros podrían haberse dado por vencidos o conformarse con las circunstancias, César Chávez jamás perdió la esperanza en el poder de la oportunidad. Él vivió cada día guiado por una creencia tan antigua como los propios Estados Unidos, la idea de que, con valor y determinación, cualquiera de nosotros puede alcanzar más allá de nuestras circunstancias y legarles a nuestros hijos algo mejor.

Más que nada, recordamos a César Chávez por ofrecerles una voz a los que no la tenían. Cuando parecía que a nadie le importaban los trabajadores agrícolas invisibles que recogían los alimentos de nuestra nación, sumidos en la pobreza y engañados por los cultivadores, un hombre valiente dedicado a la dignidad se dio a conocer y manifestó su opinión. Conjuntamente con Dolores Huerta y sus compañeros organizadores, éste congregó a una generación de trabajadores entorno a “La Causa”, haciendo marchas y huelgas de hambre y boicots a favor de una paga justa y de protecciones en el trabajo. Ellos lucharon durante décadas de obstáculos y una resistencia férrea. Pero, a través de cada prueba, César Chávez se negó a contener sus ambiciones o a disminuir sus esperanzas. Paso a paso, marcha a marcha, éste ayudó a liderar una comunidad de trabajadores agrícolas para lograr el cambio que deseaban.

El legado de César Chávez perdura en Nuestra Señora Reina de la Paz, que fue su casa y sitio de trabajo, que el pasado mes de octubre tuve al orgullo de designar como monumento nacional. También perdura en aquellos que recuerdan su enseñanza primordial que es que, cuando a los trabajadores se les trata de manera justa y humana, nuestro país se hace más justo, la oportunidad se hace más pareja, y todos nosotros vivimos mejor. Porque, incluso con los adelantos que hemos logrado, sabemos que queda mucho por hacer cuando hay hombres y mujeres que trabajan en la pobreza sin tener las protecciones adecuadas ni tener simplemente respeto. Sabemos que queda mucho por hacer cuando nuestro sistema de inmigración que no funciona obliga a los trabajadores a estar en una economía en las sombras en la que las compañías pueden hacer caso omiso de las leyes laborales y socavar a los negocios que se rigen por las reglas. Arreglar esos problemas significa conseguir aquello por lo que César Chávez luchó en La Paz. Significa enfrentarse a la injusticia, cerciorarse de que se recompense el trabajo duro, y hacer que más estadounidenses lleguen a la clase media creciente.

En 1966, cuando César Chávez estaba esforzándose por que se prestara atención a su causa, este recibió un telegrama del Dr. Martin Luther King, Jr. donde le decía que “como hermanos en la lucha por la igualdad, te extiendo la mano del compañerismo y la buena voluntad. Estamos contigo en espíritu y en la determinación de que nuestros sueños por un mañana mejor se hagan realidad”. Esa es una historia que nos recuerda como, aquí en Estados Unidos, estamos unidos no por los colores de nuestra piel ni por los idiomas que hablamos, sino por los valores que compartimos y el futuro más próspero que deseamos para nuestros hijos. Así es que hoy, al honrar a un hombre que lo arriesgó todo por defender aquello en lo que él creía, reflexionemos sobre nuestra causa en común y comprometámonos a ir adelante juntos, como una sola nación y un solo pueblo.

AHORA, POR CONSIGUIENTE, YO, BARACK OBAMA,
Presidente de los Estados Unidos de América, en virtud de la autoridad que me ha sido conferida por la Constitución y las leyes de Estados Unidos, proclamo por la presente el día 31 de marzo de 2013 como el Día de César Chávez. Exhorto a todos los estadounidenses a que observen este día con programas adecuados de servicio, comunidad y educación para honrar el legado perdurable de César Chávez.

EN FE DE LO CUAL, firmo este día veintinueve de marzo, en el año de nuestro Señor dos mil trece, y el doscientos treinta y siete de la independencia de los Estados Unidos de América. VN

BARACK OBAMA

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