DESPEDIDA AL OBISPO OSCAR A. SOLIS

DESPEDIDA AL OBISPO OSCAR A. SOLIS

Por ALLYSON R. ESCOBAR

La Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles en el centro angelino fue el lugar de celebración, despedida y buenos deseos al Obispo Auxiliar Oscar A. Solis. Allí religiosos, diáconos y fieles laicos de toda la Arquidiócesis de Los Ángeles se reunieron en una misa en su honor el mes pasado.

Fue a principios de enero cuando el Vaticano anunció que sería el nuevo Obispo de la Diócesis de Salt Lake City en Utah a partir de este marzo.

El sagrado nombramiento, hecho por el Papa Francisco en diciembre, convierte al Obispo Solis en el primer filipino en dirigir una diócesis de Estados Unidos.

“Estoy sintiendo un montón de emociones mezcladas – tristeza, nerviosismo, emoción y alegría”, dijo el religioso, de 63 años, antes de la procesión con velas en la catedral. “Pero las oraciones del pueblo son tan positivas y solidarias. Estoy listo para ir adonde Dios me conduzca”.

La misa de despedida fue debidamente celebrada en la vigilia de la fiesta de la Presentación del Señor, constituyendo un encuentro con la presencia real y viva de Cristo en nuestras vidas.

“La humildad de Jesús es permitirse que los brazos de su madre lo sostengan como a un niño. Que siempre tengamos la misma humildad para permitirnos ser niños a los ojos de nuestra bendita Madre María”, dijo en su homilía el Arzobispo José H. Gomez.

Dirigiéndose al Obispo Solis en sus observaciones, el Arzobispo Gomez pronunció: “Ruego por usted, Obispo [Solis], para que siempre mire a Jesús con los ojos de un niño, del Profeta Simón, con la misma maravilla y asombro. Que llevéis la luz de Cristo en el mundo y compartamos Su amor, invitándolos a encontrar a Jesús en cada momento”.

Antes de Los Ángeles, el Obispo Solis sirvió en su Diócesis de la ciudad de Cabanatuan en Luzon, Filipinas; luego prosiguió sus estudios de doctorado en Derecho canónico en Roma; y fue pastor en Nueva Jersey y Luisiana.

El religioso fue el primer filipino en ser nombrado Obispo de Estados Unidos, después de que el Papa Juan Pablo II anunciara su nombramiento en Los Ángeles en 2003. Su ordenación al siguiente año fue la primera vez en la cual un obispo fuese ordenado en la entonces recién inaugurada Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles.

De 2004 a 2009, el Obispo Solis fue vicario episcopal de la Oficina de Ministerio Étnico y director de la Oficina de Justicia y Paz de la Arquidiócesis. Posteriormente fue nombrado Vicario episcopal de la región pastoral de San Pedro, por el entonces Arzobispo, el Cardenal Rogelio Mahony.

En la actualidad, el Obispo Solis también es presidente del Subcomité de Asuntos Asiáticos y del Pacífico de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, y mantiene un espíritu fraternal con sus hermanos sacerdotes, obispos y diáconos.

El Obispo Solis también expresó su agradecimiento a la comunidad filipina de Los Ángeles, agradeciéndoles “por el regalo de amor, apoyo y alegría que traen; su deseosa contribución a la Archidiócesis local y a las comunidades de las que forman parte, y sus bellas y coloridas tradiciones que comparten con la familia de la Iglesia”.

“Estoy dejando la arquidiócesis con un peso en mi corazón. Me siento muy triste porque todos ustedes son muy queridos”, continuó. “Pero el llamado de Dios, a la misión y al ministerio es más poderoso. Por eso siento que el llamado es mayor, incluso con el elemento humano de miedo y tristeza. A la vez me voy con tanta alegría en mi corazón, sabiendo que Dios estará conmigo en cada paso del camino, y me dará los atributos que necesito para ser un buen pastor para la gente de Utah”. VN

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