DERECHOS LABORALES ESTÁN BAJO ATAQUE EN TODO EL MUNDO, ASEGURAN ACTIVISTAS

Más de 200 líderes gremiales de 63 países iniciaron hoy una cumbre en un suburbio de Washington para defender el derecho a la negociación colectiva que, según afirmaron, está bajo ataque en todo el mundo.

El inicio de la cumbre global de dos días en Silver Spring (Maryland), organizada por la federación sindical AFL-CIO, coincidió con el Día Internacional de los Derechos Humanos, que conmemora la declaración sobre el respeto a los derechos humanos y laborales.

Los activistas, entre ellos varios de América Latina, destacaron que la desigualdad salarial ha incrementado conforme ha disminuido el derecho a la negociación colectiva.

“No afrontamos mayor reto que el de permitir que los trabajadores de todo el mundo se organicen y mejoren las condiciones de sus familias a través de convenios colectivos”, dijo el presidente de AFL-CIO, John Sweeney.

El reto es especialmente palpable en EE.UU., país que pese a la vitalidad de su economía y democracia, afronta la “vergonzosa verdad” de situarse entre los últimos países industrializados respecto a las negociaciones colectivas, señaló.

En EE.UU. sólo el 12 por ciento de los trabajadores se beneficia de contratos colectivos, comparado con el 81 por ciento de España y el 36 por ciento de Brasil.

“El Gobierno de (George W.) Bush y sus compinches en el sector privado han hecho todo lo posible por destruir los derechos de los trabajadores acá y alrededor del mundo”, a través de campañas de miedo e intimidación, denunció.

El objetivo de la cumbre es diseñar estrategias que, mediante la acción política, restablezcan el equilibrio entre los derechos de los trabajadores y las grandes empresas que, en aras de mayores ganancias, violan esos derechos, indicaron los organizadores.

En declaraciones a Efe, la vicepresidenta ejecutiva emérita de AFL-CIO, Linda Chávez-Thompson, se quejó de que el Gobierno de EE.UU. le ha fallado a los trabajadores, en particular a los latinos.

El tiempo apremia para que los latinos que sí pueden votar presionen al Congreso a favor de una reforma migratoria, agregó.

“Las elecciones de 2008 determinarán si tendremos a un presidente que intente remediar la situación (de la inmigración ilegal) a través de una reforma migratoria, o un presidente que rechace ese remedio”, explicó Chávez-Thompson.

La activista se quejó de que los candidatos republicanos tienen como única propuesta una “mano dura” contra los indocumentados mientras que los demócratas “no hablan en una sola voz” para resolver el problema.

“No digo que no hay que hacer cumplir las leyes e impedir la entrada de gente peligrosa. Pero, sin duda, se está castigando a la mayoría de los inmigrantes indocumentados, que pagan impuestos, contribuyen a nuestra economía, y los necesitamos”, enfatizó.

Víctor Baéz-Mosqueira, secretario general de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT), dijo a Efe que el modelo económico neoliberal es el principal culpable de que se atropellen los derechos laborales.

A las multinacionales “no les interesa garantizar los derechos humanos ni laborales, todo lo ven en términos de lucro”, aseguró el experto, tras indicar que, sin embargo, “hay esperanza en países como Brasil, Uruguay y Argentina”.

Mientras, María Xelhuantzi López, asesora del Sindicato de Telefonistas de México, dijo a Efe que en el caso de su país, la concentración de riqueza en unos pocos ha agravado la situación de los muchos, que recurren a la economía informal para subsistir.

“¿De qué sirve crear empleos si pagan muy poco? muchos mexicanos ganan en promedio 120 pesos al día (9 dólares) y, con tanta pobreza, la emigración ilegal se va a intensificar”, vaticinó.

Los activistas acudirán al Congreso de EE.UU. mañana, martes, para exigir la aprobación de una medida que proteja el derecho a organizarse en este país.

El proyecto de ley, conocido en inglés como el “Acta de los trabajadores para libre opción” (“Employee Free Choice Act”) fue bloqueado en el Senado.

Según una encuesta de Peter D. Hart Research Associates, 57 millones de trabajadores en EE.UU. estarían dispuestos a organizarse, pero no lo hacen debido a la persecución, intimidaciones y acoso de sus patronos. VN

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