CONTINÚAN LAS RECRIMINACIONES SOBRE REFORMA MIGRATORIA EN EEUU

La oposición demócrata acusó a los republicanos de organizar audiencias adicionales sobre inmigración como una táctica dilatoria para torpedear la reforma migratoria que aprobó el Senado en mayo pasado.

El subcomité sobre Inmigración y Seguridad Fronteriza de la Cámara de Representantes convocó a una audiencia que reflejó el continuo antagonismo entre los legisladores sobre la reforma migratoria en Estados Unidos.

Los demócratas, en particular los de estados fronterizos como California y Texas, insistieron en que el Congreso ya ha estudiado a fondo el asunto y que los republicanos sólo buscan entorpecer la legislación.

Desde febrero del año pasado, el Congreso ya ha realizado más de 50 audiencias sobre cómo frenar la inmigración ilegal y qué hacer con los doce millones de inmigrantes indocumentados en el país.

En diciembre pasado, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley, patrocinado por el republicano James Sensenbrenner, que, entre otros elementos, autoriza la construcción de un muro en la frontera sur y considera delincuentes a los inmigrantes indocumentados.

La versión del Senado, lograda tras tensas negociaciones, incluye una vía para la legalización de buena parte de los indocumentados y respalda la creación de un programa de trabajadores huéspedes, algo que cuenta también con el aval de la Casa Blanca.

Para convertirse en ley, ambas versiones tienen que ser armonizadas en un proceso bicameral que aún no ha comenzado.

En vez, los republicanos de la Cámara de Representantes, inconformes con la reforma que aprobó el Senado porque creen que se trata de una “amnistía” disfrazada, han programado un total de seis audiencias durante este mes sobre el asunto.

De hecho, la audiencia de hoy fue titulada “Debemos apoyar la amnistía del Senado para millones de indocumentados y repetir los errores de la Ley de Control de Inmigración de 1986?”, claramente sesgada en contra de la medida.

Sin embargo, durante la audiencia, tanto demócratas como republicanos dedicaron más tiempo a las recriminaciones mutuas que a un análisis del proyecto de ley que aprobó el Senado.

Desde los atentados de 2001, “ha habido un sinnúmero de investigaciones, audiencias e informes sobre cómo resguardar nuestras fronteras y atajar la inmigración ilegal, pero ha habido poco en cuanto a medidas para la seguridad” del país, se quejó el legislador demócrata Silvestre Reyes.

Reyes, quien trabajó poco más de 26 años para la Patrulla Fronteriza -fue jefe de la entidad en dos sectores de Texas-, llegó a la audiencia como el único “testigo” a favor de la versión del Senado.

Por ello, consideró que “es hora de actuar, y en vez de tener audiencias numerosas… el Congreso debe lograr un acuerdo sobre una reforma migratoria de amplio alcance”, aconsejó Reyes, quien representa al sector de El Paso (Texas).

Desde su puesto en el panel de legisladores, la demócrata Sheila Jackson-Lee se hizo eco de las declaraciones de Reyes, al indicar que los republicanos insisten en utilizar la palabra “amnistía” para crear un ambiente negativo en contra de la reforma migratoria.

Jackson-Lee dijo que la versión del Senado ofrece una estrategia con tres pilares que además de corregir el maltrecho sistema de inmigración, evita los errores de la ley migratoria de 1986.

Pero los tres expertos convocados a la audiencia, todos de entidades conservadoras, se sumaron a las críticas de los republicanos en contra de la reforma migratoria que el Senado aprobó con 62 votos a favor y 36 en contra.

Steven Camarota, director de investigaciones del Centro para Estudios de Inmigración (CIS), remachó en sus declaraciones que la reforma aprobada en el Senado es similar a la amnistía de 1986 y, por lo tanto, es una burla de las leyes federales y sólo alienta la inmigración ilegal. VN

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