<!--:es-->CON EMOTIVA CEREMONIA, ABRE SUS PUERTAS LA CATEDRAL MÁS JOVEN DEL PAÍS<!--:-->

CON EMOTIVA CEREMONIA, ABRE SUS PUERTAS LA CATEDRAL MÁS JOVEN DEL PAÍS

Religiosos, políticos, feligreses y artistas se hacen presente en la ceremonia de Dedicación de la Catedral de Nuestra Señora de los Angeles

El verano del 2002 finaliza con un evento por todo lo alto. Este 2 de septiembre, además del Día del Trabajo, el Sur de California celebró también otro acontecimiento largamente esperado. La Catedral de Nuestra Señora de los Angeles abrió sus puertas de par en par e hizo repicar sus campanas a los cuatro vientos anunciando la materialización de un proyecto que nació hace casi cien años atrás. Desde 1904 la construcción de una catedral se había visto obstaculizada por diversas circunstancias, algunas de orden económico, más adelante por razones bélicas al desatarse la Primera y Segunda Guerra Mundial, y también por terremotos. Lo cierto fue que levantar una catedral en esta región parecía un sueño difícil de alcanzar. Sin embargo, comenzando un nuevo siglo, le tocó al Cardenal Rogelio Mahony, Arzobispo de la Arquidiócesis de Los Angeles, convertirlo en realidad.

La ola de calor que está azotando la costa suroeste del país no desanimó a 3,000 invitados a presenciar la ceremonia de Dedicación de la Catedral de Nuestra Señora de los Angeles. Después de seis años de ardua labor y mucha paciencia, al fin se estrenó la catedral más joven del país. Esta construcción de grandes dimensiones, ha sido diseñada para permanecer de pie por los futuros quinientos años como un símbolo de la permanencia de la fe católica en el mundo

…”siento que este es un momento muy importante para los católicos…”

La cita fue el lunes 2 de septiembre del año 2002, a las 8 y media de una mañana con temperaturas cercanas a los cien grados y un cielo sin smog que perfilaba nítidamente la geografía del centro de la ciudad. A esa hora comenzaron a llegar los invitados a la Plaza abierta de la flamante catedral construida a prueba de incendios y que podrá soportar terremotos de hasta ocho grados en la escala de Ritcher.

Afuera, creyentes católicos se juntaron durante las horas que duró la ceremonia para ser partícipes de la historia al reafirmar su fe. Grupos a favor de la nueva catedral hacían oír sus voces sosteniendo pancartas y compartiendo las aceras que rodean el recinto con algunos grupos disidentes que exhibían sus propios carteles. Como medidas de precaución las autoridades cerraron las calles que colindan con la catedral, las cuales se abrieron al siguiente día cuando se ofició la primera misa pública en la Catedral de Nuestra Señora de los Angeles, ubicada en el corazón de la ciudad con más hispanos en el país.

De los tres mil invitados, alrededor de la mitad eran donadores que se unieron al Cardenal Mahony y a otros once cardenales de los Estados Unidos. Conjuntamente se hicieron presente siete obispos de Los Angeles, setenta obispos de la región oeste de los Estados Unidos, 674 arzobispos y varios sacerdotes religiosos. Asimismo, representantes de congregaciones de religiosos en la Arquidiócesis de Los Angeles, así como miembros facultativos y seminaristas del Seminario St. John en Camarillo, participaron también en la Liturgia de Dedicación. Las filas de invitados se completaron con ministros litúrgicos laicos de diversas parroquias y otros representantes locales; alumnos tanto de escuelas primarias católicas como de programas de educación religiosa; estudiantes de secundaria y otros colegios, además de grupos de jóvenes parroquianos; arquitectos, artistas, trabajadores y oficiales cívicos y del gobierno.

El ex alcalde la ciudad, Richard Riordan, se hallaba entre la muchedumbre. “Me siento muy contento de poder presenciar la culminación de esta catedral, y siento que este es un momento muy importante para los católicos y la comunidad en general -dijo el político-. Ha sido una larga espera, pero ahora nuestra ciudad cuenta con este maravilloso templo ubicado en un lugar estratégico y sirviendo a una población muy diversa”.

Por otra parte, Antonio Camacho, carpintero, 38 años, de la parroquia Holy Cross, aguardaba con ansiedad la apertura de los portones de bronce para poder contemplar con sus propios ojos el interior de la catedral. “Lo que en verdad me emociona es saber que esta catedral que hoy estoy mirando, dentro de unos siglos, cuando yo ya esté muerto, vendrán otras generaciones a admirarla y a sentarse en su banca a rezar y meditar. La religión católica tiene mucho futuro por delante, y con una catedral como esta, es una forma de demostrarlo”.

“…miles de personas pasarán por estas puertas…”

Mientras los asistentes se iban conglomerando en la Plaza Central, la música alternaba el repique de las campanas con el sonido de instrumentos. El muro que da a la calle Temple contiene las campanas más grandes programadas como un instrumento musical que toca bellos himnos y llama a la gente a los servicios de oración. Treinta y cinco de las campanas provienen de la Iglesia Santa Mónica y fueron removidas de allí después del terremoto de 1971. La campana trigésimo sexta es la más grande y proviene de la iglesia St. Timothy en Los Angeles.

A las 9 y media de la mañana el coro comenzó a moverse hacia el escenario y poco después, sacerdotes y diáconos con sus respectivas esposas, fueron escoltados desde el Centro de Conferencia hacia el centro de la Plaza. A las 9 y 45 los asistentes del altar, diáconos, familias feligresas y gabrielinos se reunieron cerca del Centro de Conferencia. A esa hora también comenzó el ensayo, por lo que miembros del coro se colocaron en sus respectivos lugares. Faltando diez minutos para las diez, comenzaron los cánticos. El coro inició con el tema “Jesucristo, ayer y hoy por siempre”. Fue entonces cuando el Cardenal Mahony, otros cardenales, arzobispos, obispos, diáconos y gabrielinos con reliquias en sus manos, empezaron a caminar atravesando la Plaza, liderados por Monseñor Kevin Kostelnik.

El Cardenal Mahony se acopló al coro y a eso de las diez comenzaron los ritos de la Ceremonia de Dedicación. El Cardenal Mahony se saludó con el arquitecto de la catedral, el español José Rafael Moneo, y con los constructores y representantes de las compañías constructoras Leo A. Daly y Morley Construction, quienes estuvieron directamente envueltos en la edificación del templo. Ellos se acercaron al Cardenal y le ofrecieron los planos de la catedral y el libro en que figuran los nombres grabados de aquéllos a cargo de la construcción y los nombres de los trabajadores. El Cardenal recibió con agrado estos documentos y luego dio inicio a la procesión de apertura.

A las 10 y cuarto, el artista mexicano Robert Graham, creador de las grandes puertas de bronce a la entrada de la catedral , le presentó al Cardenal Mahony el mazo ceremonial, elemento simbólico utilizado en la apertura.

El Cardenal llamó a Monseñor Kevin Kostelnik, religioso que fungirá de párroco en la catedral, y le extendió el mazo para que abriera el templo.

Alrededor de las diez y media, Monseñor Kostelnik caminó hacia las puertas, propinó unos golpes con el mazo y procedió a abrirlas. Entonces el Cardenal Mahony invitó a las tres mil personas conglomeradas en la Plaza, a entrar en la Catedral de Nuestra Señora de los Angeles .

Las puertas de la catedral constituyen el primer contacto del público con el edificio de la iglesia. “Antes era un pedazo de metal, y ahora se ha convertido en las puertas de la catedral. Me siento orgulloso de ser parte de este proyecto y de que miles de personas pasarán por estas puertas. He estado trabajando en estas por cinco años, ha sido un trabajo arduo, y la principal emoción la sentí al principio, cuando me asignaron esta labor. La obra ya está terminada y valió la pena el esfuerzo”, manifestó Graham.

En los grandes portones de bronce se puede distinguir un viñedo que simboliza la Iglesia. Ciento cincuenta personas participaron en el diseño y elaboración de estos portales formados por imágenes de la Virgen María y escenas de la Biblia. Encima de estos símbolos, se puede apreciar diferentes versiones de la Virgen María, incluyendo la Inmaculada Concepción, la Virgen de Guadalupe, la Virgen del Cobre y otras. Las puertas se abren por un sistema hidráulico bastante complejo y moderno.

“…puede ayudarnos a unirnos como ciudad y como comunidad”

Algunos asistentes visiblemente emocionados y otros impacientes, atravesaron las grandes puertas de bronce y entraron al recinto observando con asombro la sobria majestuosidad del lugar, mientras se iban acomodando para escuchar la misa de Ceremonia de Dedicación. Más adelante, en su homilía, el Cardenal Mahony se referiría a la recién estrenada catedral, como “la iglesia del pueblo para todos los grupos y razas de Los Angeles”. El Cardenal dijo que la catedral será un lugar sagrado para la comunidad, la cual servirá como centro espiritual de unión y reconciliación.

La ceremonia religiosa se prolongó por más de cuatro horas. Mientras, la Plaza Central ardía a 115 grados de temperatura, según señaló un voluntario que permanecía afuera y cuyo llavero tenía un termómetro incluido. Pero en ese día, todo salió tal como se había planeado. No se registraron contratiempos ni disturbios y hoy la Catedral de Nuestra Señora de los Angeles, es un lugar consagrado.

Al finalizar la misa de Dedicación, la Supervisora Gloria Molina, comentó: “La ceremonia fue muy bonita porque le dio énfasis a todos los rituales importantes de la Iglesia; todo estuvo muy bien hecho y adentro la catedral luce muy bien. Nosotros facilitamos a la Arquidiócesis de Los Angeles la obtención de la propiedad que pertenecía al condado. Entonces, qué bonito que esto se hizo realidad, porque hay tantos católicos aquí, que ya era tiempo de que la ciudad de Los Angeles tuviera una catedral moderna para el futuro de las generaciones; y también esta puede ayudarnos a unirnos como ciudad y como comunidad”.

Por su parte Teresa Lam, de origen coreano, quien participó en la Ceremonia de Dedicación ofreciendo unas reliquias, visiblemente emocionada comentó: “Fui seleccionada en mi parroquia ‘Holly Trinity Church’ ya que estamos muy envueltos en actividades religiosas de la comunidad coreana. Fue maravilloso ser parte activa de esta ceremonia. Tener un lugar así en la ciudad va a ser muy bueno para todos nosotros. Vivo en Glendale, pero igual creo que la Catedral está ubicada en un muy buen lugar, cerca de las autopistas, en lo que fue el Camino Real”.

Para los jóvenes presentes, este acontecimiento igualmente provocó en ellos un fuerte impacto. Stephanie Ramos, de 17 años, presenció la ceremonia muy de cerca: “Estar dentro de la Catedral fue increíble; sentí un fuerte sentimiento en mi alma. El enfrentarme a toda esa gente allí fue muy emocionante; oír la música, las canciones, y percibir una fuerte energía por todos lados. Tuve suerte de haber sido seleccionada; mi padre se anotó para participar en la ceremonia y seis miembros de la familia pudimos acompañarlo”, dijo.

Para el Cardenal Mahony este logro es un paso muy significativo, y así lo expresó: “Ya tenemos una Iglesia Madre para todas las otras parroquias, también un lugar sagrado en el corazón de nuestra ciudad. Y especialmente para nuestra gente de habla hispana, para la cual en su cultura religiosa es tan importante contar con una catedral con su plaza. Por lo que invitamos a todos a participar de nuestra catedral, en honor de Nuestra Señora de los Angeles”.

La primera misa pública se celebró al siguiente día, a las 7 de la mañana.

La Catedral de Nuestra Señora de los Angeles está ubicada en el 555 West Temple Street en el centro angelino. VN

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