COMUNIDAD GUATEMALTECA EN ARIZONA CONDENA ATAQUE ARMADO CONTRA INDOCUMENTADOS

El ataque en contra de un grupo de inmigrantes centroamericanos la semana pasada en la frontera de Arizona en el que fallecieron tres personas y dos más resultaron heridas ha generado las críticas de grupos guatemaltecos.

El jueves pasado, varios hombres armados que viajaban en un auto interceptaron a una camioneta que transportaba a un grupo de unos quince indocumentados al noroeste de Tucson en lo que las autoridades creen que se trató de un intento de rapto.

“Creo que todos los defensores de los derechos de los inmigrantes nos sentimos muy tristes, enojados y al mismo tiempo impotentes ante este tipo de noticias”, dijo el guatemalteco Sebastián Quinac, del Comité del Servicio de los Amigos Americanos en Arizona.

El activista aseguró estar sumamente preocupado por la inseguridad que se vive en la frontera, la que -a su juicio- se debe en gran parte a la militarización de la zona.

“No podemos decir con seguridad quien asesinó a estos inmigrantes, no sabemos si se trata de una guerra entre contrabandistas o si es el trabajo de grupos que nos odian”, señaló Quinac, quien llegó a EEUU como indocumentado hace más de 20 años huyendo de la guerra en su país.

El activista considera que el número de leyes estatales aprobadas que tienen como blanco la inmigración ilegal están fomentando en Arizona un sentimiento en contra de los inmigrantes, el cual -advirtió- puede llegar a tener terribles consecuencias.

“El gobierno del estado de Arizona tiene que también tomar responsabilidad, el estado está completamente desordenado, no hay un respeto a los derechos de los inmigrantes”, sostuvo.

El defensor de los inmigrantes cuestionó la versión de las autoridades que afirman que este tipo de hechos está relacionado con una lucha entre contrabandistas por la mercancía humana.

“Creo que esto es una pantalla del gobierno para no aceptar su responsabilidad o pensar en la posibilidad de que grupos antiinmigrantes, de vigilantes, estén llevando a cabo estos ataques”, sostuvo Quinac.

Según comunicado de prensa emitido el fin de semana por el Departamento del Alguacil del Condado Pima, los agresores, que presuntamente portaban rifles de asalto AK-47, abrieron fuego en contra del conductor de la camioneta donde viajaban los inmigrantes.

El chófer trató de huir a alta velocidad, pero perdió el control del vehículo, que circulaba cerca del camino de Silverbell Mine. Los inmigrantes que lograron salir con vida del tiroteo huyeron y por el momento se desconoce su paradero.

El conductor de la camioneta fue identificado como Pedro Luis Beltrán Camargo, de origen mexicano, quien perdió partes de sus dedos por los impactos de bala y se encuentra detenido debido a que ha sido señalado como uno de los coyotes que transportaba al grupo.

Los tres fallecidos hasta el momento han sido identificados como dos hombres y una mujer, dos de ellos de origen guatemalteco y uno más de origen mexicano, presuntamente un segundo contrabandista.

Dos mujeres guatemaltecas que resultaron heridas fueron identificadas como Sevastiana Quextan Gómez y Olinda Arelina Mateos Gómez.

Por su parte, Miguel Solórzano, jornalero guatemalteco en Tucson dijo estar sumamente consternado ante la noticia del asesino de sus compatriotas.

“No sé porque no nos perdonan que lo único que queremos hacer es trabajar y mandar un dinero a nuestras familias, no es justo que tantas vidas se hayan perdido”, dijo Solórzano.

Se calcula que un inmigrante indocumentado guatemalteco paga un promedio de entre 5.000 y 6.000 dólares por el cruce hasta la frontera entre EEUU y México, de ahí la cuota se incrementa dependiendo de la ciudad a la que desee llegar. VN

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