CÓMO DISCIPLINAR A LOS HIJOS

Expertos en la materia explican por qué la disciplina debe ser una enseñanza para aprender responsabilidad, independencia y perseverancia

Como hasta ahora no se ha creado una escuela que enseñe la ciencia de ser padre o madre, los conocimientos y experiencia de expertos pueden resultar de provecho.

De acuerdo al doctor Horst Weinberg de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago, quien ha sido pediatra por más de cuarenta años, y autor del libro “Manual pediátrico para los dueños del nuevo bebé”, al niño que a temprana edad no le enseñan claramente que existen comportamientos aceptables y otros que no lo son, corre el riesgo de convertirse en un joven desdichado y desagradable. Además, es probable que al convertirse en adulto, se vuelva una persona frustrada, amargada y hasta con un comportamiento criminal.

“Todos los niños se portan mal ocasionalmente_ dice el galeno_ pero como padres debemos corregir el comportamiento inaceptable para que no lo repitan”.

El experto sostiene que a partir de los nueve meses, los padres deben tener un patrón constante para desaprobar un mal comportamiento. Aconseja comenzar aplicándole reglas sencillas de castigo, tales como quedarse sentado, no morder ni pegarle a nadie, o irse a la cama cuando se le ordena. Enfatiza que no hay que “negociar” esto con el niño y permitirle que llore pero no tolerarle berrinches.

“No se sienta culpable y sea persistente. Un ‘no’ ocasional hace bien y su niño le seguirá queriendo. Usted no quiere un hijo malcriado e indisciplinado que también sea desagradable y manipulador”, puntualiza.

TÉCNICAS QUE FUNCIONAN

En tanto que la doctora Gloria G. Rodríguez, fundadora de AVANCE, una organización nacional de apoyo y educación familiar que educa a padres hispanos, y autora de “Criando a nuestros niños”, afirma que los padres deben distraer la atención de un niño pequeño cuando éste va a meterse en un problema. Por ejemplo, llevarle afuera a jugar, leerle un libro, u otra distracción.

También, asegura que se le puede quitar el objeto que está causando el problema, y explicarle por qué lo está haciendo.

Rodríguez recomienda que otra forma de disciplinarlo es separando físicamente al niño que se está portando mal, de la persona o actividad que ha provocado su frustración.

“Mande al niño a su dormitorio hasta que se tranquilice y se porte bien, o hasta que acepte las condiciones que usted le ha especificado.

También, mire a su hijo directamente a los ojos de una manera que muestre su disgusto, y dígale firmemente ‘¡no!’ y niegue también con la cabeza. Sea firme y consistente. De este modo captará su atención y le hará entender que usted está hablando en serio”, dice.

La experta sostiene que los padres deben tener la paciencia de enseñar nuevos valores, costumbres, reglas y modales a sus hijos. “Evite criticar al niño utilizando palabras como ‘tonto’, ‘estúpido’, u otras por el estilo. Asegúrese que cuando tenga una confrontación con su niño, ha escogido asuntos que de verdad valen la pena discutir. Cuando se trata de asuntos menos importantes, usted puede ser flexible y ceder. Cuando se trata de algo serio, los padres deben mantenerse firmes sobre lo que ellos saben que sus niños necesitan para lograr un desarrollo y crecimiento saludable”.

Según la experta, la disciplina debe ser una enseñanza. “Es mejor alentar que forzar, y ayudar al niño a aprender de sus errores. Un niño debe entender que hay consecuencias a sus acciones”, y agrega que para que puedan aprender responsabilidad e independencia, necesitamos ayudarle a aprender de sus errores y siempre alentarlos a ser perseverantes e intentar de nuevo”.

En tanto que el doctor Weinberg dice que existe controversia sobre cuál es la mejor manera de castigar a un niño. “Algunos creen que la más mínima nalgada es abuso infantil, que enseña al niño a resolver los problemas con violencia y que es una violación a los derechos del niño. Sin embargo, la Academia Americana de Pediatría, que es la principal defensora de niños en América, cree que unas nalgadas pueden ser apropiadas para cambiar un mal comportamiento, aclarando por supuesto que ningún niño debe ser golpeado”, indica el doctor Weinberg, y explica que los castigos razonables, junto con los consejos y el buen ejemplo en casa, es lo más efectivo para enseñarle a diferenciar lo que está bien hecho de lo que está mal.

“El niño aprende por experiencia propia que el mal comportamiento provoca como consecuencia algo desagradable para él”, afirma.

El experto aconseja que el castigo debe ser consistente. “No debe castigar cierto comportamiento para luego permitirlo bajo las mismas circunstancias, ya que esto confunde al niño y es peor que si no lo castigara porque así continúa probando hasta dónde es permisible. Los castigos deben ser apropiados o aceptables para cada edad”, dice.

El galeno dice que hay básicamente dos castigos para los niños pequeños. Uno es el corporal que consiste en una palmada ligera y el otro es el aislamiento, en que el niño se queda solo por un rato corto. Sea cuál sea, siempre el amor y la paciencia deben prevalecer ante cualquier medida que se tome.

SEGÚN LA EDAD

• En “Manual pediátrico para los dueños del nuevo bebé” del doctor Horst Weinberg se establece que cualquier forma de castigo es inapropiada en menores de nueve meses, ya que a esta edad no pueden comprender y aprender, por lo que si presenta un comportamiento inadecuado, lo mejor es distraerlos de lo que estaban haciendo.

• Después de los nueve meses, levantar la voz es suficiente por cierto tiempo, en tanto que a los quince meses un “no” firme y quizás una leve nalgada por encima del pañal lo hará ver que usted no está de acuerdo con lo que está haciendo y tendrá el efecto deseado.

• De los tres a los cinco años, el aislamiento puede ser productivo. A esta edad se puede razonar con el niño, explicándole porqué dicho comportamiento no es aceptable.

• De los seis años a la adolescencia, pueden ser los tiempos más difíciles, pero si los padres han sido amorosos pero a la vez firmes en la disciplina durante los primeros años, esto ayudará a que los “años críticos” no sean tan complicados. Con frecuencia el quitar privilegios es bastante efectivo y hay que continuar explicándole al niño en forma consistente por qué se considera inapropiado cierto comportamiento.

• En los años de la adolescencia, la forma de controlar el comportamiento debe ser por medio del razonamiento, y hay que reforzarlo con reglas firmes que cuando se violen den como resultado la pérdida de privilegios. Por lo general, da resultado limitarles el uso del teléfono o del auto, así como también no permitirles salir de su casa por cierto período de tiempo. El adolescente que tiene que obedecer reglas firmes y que sabe que el castigo es consistente y justo, es un adolescente más feliz y seguro de sí mismo que los que no han tenido reglas que obedecer.

• Los niños con limitaciones físicas y/o mentales también necesitan tener límites. A veces es duro para los padres saber cuáles deben ser estos límites. Los centros de Recursos para Familias (Family Resource Center) ofrecen sugerencias a los padres con hijos especiales.

DÓNDE ENCONTRAR AYUDA

• National Parent Info Network: 1(800) 583-4135, con consejos para los padres de familia.

• Child Abuse Hotline: 1 (800) 422-4453, si sospecha que están maltratando a su hijo, llame a esta línea gratuita.

• Trustline: 1(800) 822-8490, esta línea ayuda a los padres a seleccionar al mejor proveedor de cuidado infantil para sus hijos y a verificar si hay antecedentes criminales de los que se dedican a este servicio. Además, esta línea

• proporciona consejos para la crianza de los hijos.

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