ARTISTA HISPANA PRESERVA TRADICIÓN DE ARTE RELIGIOSO EN COLORADO

Una artista hispana de Colorado produce cuadros y esculturas con temas religiosos siguiendo estrictamente una tradición artística que se mantiene a través de varias generaciones.

“Este arte cuenta la historia de mis ancestros, que lo usaban en sus hogares y en sus capillas para enseñar de la Biblia y de los santos. A pesar de que cada pieza es única, tallada y pintada a mano, mucha gente ya no lee las palabras encerradas en estas creaciones”, dijo Catherine Robles Shaw, una creadora de imágenes religiosas que heredó su arte de sus tatarabuelos.

Robles Shaw, de 57 años, reside en la pequeña localidad montañosa de Nederland, donde su esposo, Mike, diseñó una vivienda especialmente para que la artista pudiese tanto crear sus obras como exhibirlas.

Robles Shaw produce desde 1995 más de 400 piezas y las paredes de la vivienda están decoradas con cientos de obras de arte, producidas no solamente por ella, sino también por su hija, Roxanne, y por su nieta, Jordan, quien a pesar de tener solamente tres años ya le dedica varias horas a la semana en colaborar con su abuela en la preparación de “santos”.

La artista traza sus antepasados hasta Pedro Serrano de Sandoval, que vivió en España hacia 1480. Uno de sus hijos, Hernán Martín, llegó a México a principios del siglo XVI. Y ya en 1626 los descendientes de los Serrano estaban en lo que hoy es Nuevo México.

A mediados del siglo XIX, parte de la familia se trasladó al sur de Colorado, donde en 1927 nació Sorida Jaramillo, madre de Catherine.

“Por respeto a esas generaciones no actualizamos ni cambiamos nuestro arte. Todos estamos conectados con el futuro por medio de las visiones y los pensamientos del pasado. Nuestros ancestros fueron inmortales modelos que siguen vigentes en nuestra cultura”, comentó.

Cada semana, Robles Shaw le dedica por lo menos 60 horas de trabajo a sus obras, aunque no siempre en la tarea de pintar o de esculpir, ya que gran parte del tiempo de creación se emplea en la preparación de los materiales.

Por ejemplo, el barniz que usa para cubrir sus obras proviene de las semillas de pino, que tienen que dejarse secar durante varios meses.

Debido a su compromiso con el pasado, Robles Shaw solamente utiliza ciertos tipos de madera (pino o álamo) de árboles caídos, por lo que el proceso de curación requiere hasta seis meses.

La obtención de las pinturas también exige la misma atención y paciencia. El rojo, por ejemplo, proviene de ciertos insectos que habitan en los cactus de México. El verde es de cierto polvo en las montañas de Nuevo México. Y los tonos amarillentos surgen de la tierra del Gran Cañón del Colorado.

A pesar de su devoción a la creación de arte religioso, que Robles Shaw considera como “el llamado” de su vida, la artista reconoce que sus creaciones son “malinterpretadas todo el tiempo”.

“Cuando ese sucede, pacientemente tengo que explicar el proceso y la tradición que conlleva la creación de este arte que viene desde la época colonial española y que se ha mezclado con las culturas de las áreas donde este arte se practicaba”, aseveró.

Por eso, dijo, su misión es “preservar esta tradición de la cultura hispana, porque los santos, los bultos y los retablos (distintas expresiones de este arte religioso) son una extensión natural de la belleza y la simplicidad de las vidas de nuestros antepasados españoles”.

Pero las obras también incluyen elementos mayas, como en La Virgen de Guadalupe y el Señor de Pacal, en donde la conocida imagen de Nuestra Señora de Guadalupe aparece junto a la clásica imagen de la lápida de un rey maya.

“Luego de muchas pruebas y experiencias en mi vida, ya de adulta descubrí el significado de este arte religioso, una joya oculta de nuestra historia. Por eso mis creaciones son lo más históricamente auténticas como sea posible”, concluyó. VN

Share