El Club Maple les ofrece un programa con actividades sanas y entretenidas que contribuye a mejorar su vida social

El amor llegó a la vida de Eddie -un hispano con Síndrome Down- cuando menos lo esperaba. Debido a su severa condición física y mental, él ingresó al Club Maple en busca de una oportunidad para socializar con otros, que al igual que él, también tienen una discapacidad. Aquí conoció a “la muchacha de sus sueños”, según dice, su actual novia Sumra, también con Síndrome Down.

“Mi novia es una chica fabulosa. Yo nunca trataría de faltarle el respeto. La amo”, comenta emocionado, mientras aguarda que voluntarios y personal del centro terminen de organizar una actividad para los participantes.

Eddie y Sumra han estado juntos por años, participando cada jueves en la tarde en diversas actividades de esparcimiento que les alegra la vida, desde ver películas, practicar deportes, ser parte de shows de talentos, hasta abrazarse cuando finalizan con éxito una pieza de arcilla, entre otras manualidades. Además, pueden conversar sobre sus asuntos de la vida diaria y en ocasiones realizar paseos por la ciudad.
“Existe una necesidad de programas como éste, que integre a adultos con limitaciones físicas y/o mentales dentro de la comunidad y les ofrezca una oportunidad para socializar. Ellos quieren entretenerse también; quieren ser parte de un grupo con el cual identificarse. Hemos comprobado que mientras desarrollan ciertas habilidades, también socializan, tienen un lugar donde bailar, donde hacer nuevos amigos. Nosotros creamos ese ambiente para ellos”, dice Walter Álvarez, supervisor del Club Maple, un programa gratuito que forma parte del Departamento de Servicios y Parques.

Algunos de los participantes del programa han estado asistiendo al Club desde su creación, hace ya 22 años. El supervisor comenta que este tipo de programa recreativo ha sido más exitoso que otros que estaban más estructurados y seguían al pie de la letra un currículum. “Los participantes no lo disfrutaban como a éste, que les ayuda a salir de su ‘cascarón’. Se vuelven más sociables en el grupo y en la comunidad en general, además desarrollan un poco mejor su lenguaje”, puntualiza Álvarez.

DOBLE BENEFICIO

Aunque la mayoría de las dos horas y media a la semana se enfocan en actividades grupales, también se ofrece atención individual. Y para esto cuentan con la colaboración de voluntarios, la mayoría estudiantes de secundaria, que tienen mucho que ver con el éxito del programa. La función de los voluntarios es ayudar al personal en todas las actividades, conversar con los participantes y darles ánimo.

“A veces, ellos (participantes) quieren hablar sobre sus problemas diarios, y aquí es cuando el personal y los voluntarios unen esfuerzos”, dice Álvarez.

Los voluntarios se benefician tremendamente con esta labor, ya que obtienen experiencia en trabajar con adultos discapacitados y acumulan horas de voluntariado que les sirve para su currículum (resume) e inclusive puede ayudarles cuando solicitan becas académicas.

“Debido a que quiero ser admitida en la Escuela de Medicina, esta fue la mejor opción de trabajo voluntario para obtener la experiencia con personas con necesidades especiales, y que me enseñe a ser más comprensiva y sensible a su condición”, dice Bárbara Bethel, una voluntaria de 18 años del programa a cargo de “Rosy Time”, que es una conversación de persona a persona de 15 minutos con aquel que así lo desee.

A la vez, los participantes del Maple Club también se benefician al obtener una atención personalizada que les ayuda a expresar sus necesidades y a sentirse más apoyados y motivados.

“Cuando me siento feliz, o asustada, o nerviosa, ellos (los voluntarios) siempre están aquí, sobre todo cuando paso por un momento difícil”, dice Sumra que a menudo pide atención individualizada.

Audrey Martínez Sánchez, una estudiante de 15 años que ha sido voluntaria por los últimos dos años, enfatiza la importancia de hacer trabajo voluntario debido a la diferencia que se puede lograr en la vida del prójimo. “Les doy una mano o les enseño algo, o al menos les doy algo que otros no pueden, y siento que esto les sirve mucho. Además, el voluntariado me ayuda a comunicarme mejor con personas que necesitan ayuda”, comenta. VN

MAS INFORMACIÓN

Programas terapéuticos, recreativos y de servicios para adultos con discapacidades

* Más información de Club Maple: (818) 548-2796, u (818) 548-3798. Asimismo, aquéllos que deseen ser voluntarios o quieran informarse de programas similares en otras áreas, pueden comunicarse con Walter Álvarez en estos teléfonos.:

* A.R.C.: (818) 762-4365
o visite www.arcandadults.com

Programa que enseña a adultos con discapacidades a tener una vida independiente, además de desarrollar destrezas artísticas y académicas.

* Tierra Del Sol Foundation: (818) 358-1419 o visite www.tierradelsol.org

Capacita a adultos con discapacidades para trabajar, y les ayuda a obtener empleo.

* Para asociaciones especializadas en Síndrome Down: (818) 242-7871, o www.dsala.org/resources

* Alianza: (909) 868-7528

* Amigos Especiales del Este de Los Ángeles: (626) 300-9171

* Grupos de apoyo en español: (213) 383-1300

* FUERZA: 1 (800) 200-4323

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