ASOCIACIÓN PARA NIÑOS VÍCTIMAS DE ABUSO BUSCA VOLUNTARIOS HISPANOS
La Asociación CASA (“Court Apointed Social Advocate”) hizo un llamado para reclutar voluntarios hispanos bilingües en EEUU que quieran ser la voz ante la Corte Juvenil de menores víctimas de abuso infantil.
Esta organización sin ánimo de lucro se conoce en alguna partes del país como “Guardian ad Litem” (GAL) que viene a significar representante ante el tribunal de alguien que no puede defenderse.
“Aprovechamos el mes de mayo, mes nacional del cuidado tutelar, para darnos a conocer y hacer hincapié en que no tenemos suficientes voluntarios para atender todos los casos”, dijo Sonia Ferrer, subdirectora de GAL en Florida y miembro del comité de hispanos y latinos para CASA.
La organización, que funciona desde hace 16 años en EEUU, pretende servir a cerca de 250.000 niños víctimas de abuso a nivel nacional, de los cuales alrededor de 94.000 son latinos.
Sin embargo Ferrer indicó que su asociación, cuyo principal objetivo es poder ocuparse del cien por cien de los casos de maltrato infantil que se reportan ante la Corte Juvenil, dispone “sólo de 2.000 voluntarios bilingües”.
“Nos gustaría que los niños hispanos de nuestros casos puedan tener un voluntario que hable español, porque alguien que comparte tu cultura, tus ideas y tu lengua constituye una enorme diferencia”, señaló Ferrer.
Para que un niño entre en un programa de CASA, es necesario que se produzca una denuncia sobre el tipo de abuso al que se ha sometido al menor.
Ferrer explicó que “la mayoría de las veces se trata de maltrato físico o de descuido total por parte de los progenitores, en muchas ocasiones por culpa de las drogas”.
Tras la denuncia, que es anónima, y una vez que se ha investigado el caso a fondo, el Tribunal contacta con CASA para que se asigne un voluntario disponible, si es que lo hay, al menor en cuestión.
Sandra Solís, una voluntaria de CASA desde hace cinco años, explicó que aunque su labor se parece, ellos no son “asistentes sociales”.
“Esta figura es gubernamental y normalmente, cada uno se ocupa de cerca de 60 casos al mismo tiempo. Nosotros, en cambio, tratamos de trabajar con un máximo de dos para que la atención a cada niño sea más personalizada”, añadió.
La Corte Juvenil establece que se tome una decisión provisional sobre lo que se debe hacer con el menor lo antes posible. Tras el dictamen se procede a buscar otro hogar para el niño o a llevar a cabo los cambios pertinentes en el suyo para que pueda quedarse en buenas condiciones.
Una vez decidido, el voluntario de CASA estará en contacto con el niño al menos una vez al mes hasta que se cierre el caso, período de tiempo que varía de estado a estado.
“En Florida les pedimos a los voluntarios que nos dediquen al menos un año, que es el período que establece la Corte para que se adopte una decisión de carácter definitivo para el niño”, explicó Ferrer.
Un año, con un promedio de trabajo para la asociación de entre 10 y 15 horas mensuales, es bastante poco si se compara con lo mucho que ese trabajo significa para los niños que entran en el programa tras haberlo perdido todo.
“Siento que ayudo y eso me hace estar orgullosa de mi trabajo. A veces no notamos la diferencia que hacemos con nuestra labor pero es una muy grande”, explicó Solís, mexicana de 46 años, que trabaja en la oficina del alguacil del condado de Los Angeles.
Ella compagina su trabajo con su labor como voluntaria de CASA.
“Ahora mismo de ocupo de dos casos al mismo tiempo, pero no me olvido de ninguno de los niños con los que he trabajado, los voluntarios de CASA siempre estaremos allí para ellos”, aseguró Solís.
La organización, según explicó Ferrer, no sólo necesita mano de obra sino también ayuda financiera así que animó “a los que no tienen tiempo para ayudar como voluntarios que colaboren con lo que puedan”. VN
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