
MISA ANUAL DE LA ASOCIACIÓN MISIONERA PARA LA NIÑEZ
Más de 3 mil estudiantes se reúnen en la Catedral para celebrar la recaudación de fondos a beneficio de los más necesitados
Por segundo año consecutivo, los niños de Kenya recibirán decenas de miles de dólares reunidos en escuelas católicas arquidiocesanas por estudiantes de kindergarten hasta el octavo grado. Ellos celebraron sus esfuerzos de recolección de fondos durante una Misa por la mañana en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, el pasado 17 de octubre.
El evento es patrocinado anualmente por la Oficina de la Asociación Misionera para la Niñez (Missionary Childhood Association), una de las Sociedades Pontificias de la Misión. MCA ayuda a crear conciencia entre los niños locales sobre las necesidades de los menores en países con desventajas de desarrollo.
Se celebró por primera vez hace 12 años en la Iglesia de San Vicente en Los Ángeles, y se movió a la catedral dos años después cuando el local de la iglesia resultó demasiado pequeño. En mayo de 2013 se inició un evento similar para escuelas localizadas en las áreas de la Arquidiócesis de Ventura/Santa Bárbara.
“Este es un día de celebración para nuestros niños locales que han creado conciencia y reunido dinero para ‘niños ayudando a niños’”, dijo Lydia Gamboa, directora asociada de la Oficina Arquidiocesana de la Misión, que coordina los eventos de recolección de fondos de todo el año (incluyendo venta de horneados, ventas de garaje, caminatas y donaciones individuales de estudiantes y familias) llevadas a cabo por niños en un país previamente seleccionado.
El año pasado, las escuelas arquidiocesanas recaudaron donaciones para ayudar a niños en los países africanos de Kenya y Somalia. Los fondos se usan para satisfacer las necesidades críticas de los menores, tales como comida, materiales médicos y educativos. Las donaciones recaudadas durante este año escolar se destinarán a ayudar a niños de África en el Sudan del Sur.
Entre 52 escuelas participantes en la Misa del 17 de octubre, estaba la escuela de Nuestra Señora de Loretto, cuyos estudiantes, profesores y padres han hecho la tradición de caminar cerca de dos millas desde la escuela hasta la catedral. Guardianes y estudiantes de otras escuelas, tan lejos como el Condado de Ventura y Long Beach, tomaron autobuses, autos o transporte público para asistir a la celebración.
El homilista, Mons. Terrance Fleming, director de la Oficina de la Misión, agradeció a los estudiantes y las familias de las escuelas, los profesores y el personal, por su generosidad, y anunció que todo el dinero recaudado será igualado por un amigo de las misiones, un donante anónimo.
Siguiendo una tradición anual, Mons. Fleming agradeció a la escuela que contribuyó con la cantidad más grande: Corpus Christi en Pacific Palisades.
Entre otras cosas a destacar en el evento, estuvo la introducción de la Beca en memoria de Mons. Anthony Brouwers, presentada a César Meléndez y Dat Nguyen, estudiantes del Sagrado Corazón de Lincoln Heights, por la Asociación de Ayudantes Laicos de las Misiones, que el fallecido sacerdote fundó hace 60 años, cuando era director de la Oficina Arquidiocesana de Propagación de la Fe, de donde se originó la Oficina de la Misión.
Meléndez, del octavo grado, recibió $1,500 y a Nguyen se le dio una beca de $500, las que recibieron del Presidente del Comité de la Asociación, Bill Metzdorf. Ambos muchachos ganaron los lugares más importantes en un concurso de ensayo sobre el trabajo misionero en países pobres.
“Yo no puedo ir al extranjero, pero lo que yo puedo hacer es orar por todos los misioneros y actuar como ellos en casa. Esto muestra que nosotros también somos misioneros de Dios”, escribió Meléndez en su ensayo.
“Ustedes están dotados de dones especiales que Dios les ha dado y ahora es el tiempo de compartirlos”, dijo Metzdorf a los dos jóvenes estudiantes, mientras ellos permanecían en el altar, enfrente a la asamblea de niños más numerosa congregada en una iglesia de Estados Unidos. Dijo que la beca y la Misa eran una ocasión para honrar la contribución de Mons. Brouwers al trabajo misionero, especialmente en los países africanos, y para celebrar su cumpleaños número 101 (él nació en septiembre).
Para los jóvenes católicos, otro punto importante, fue la participación de la línea de tambores de la escuela de la Transfiguración en Los Ángeles.
“Los jueves no son mis mejores días, pero los tambores al comienzo de la Misa realmente captaron mi interés y me hicieron sentir mucho mejor”, dijo el estudiante de octavo grado de la Sagrada Familia de Glendale, Lawrence Kim, mientras comía su almuerzo con sus compañeros en la Plaza de la catedral, después de la Misa. “¡Los tambores golpearon mi corazón!”, dijo visiblemente emocionado.
La línea de tambores es parte del programa de la institución académica de excelente ejecución artística, que este año por primera vez abrió la procesión de estudiantes vestidos en diferentes tonos de uniformes escoceses en azul, rojo y verde, y otros en trajes folclóricos, quienes más tarde presentaron los dones y las ofrendas, y vistieron la mesa del altar para celebrar la Eucaristía. Bailarines de la Transfiguración también guiaron a los bailarines de la secundaria Santa Genoveva en Panorama City, que también participaron.
La celebración litúrgica estuvo rociada de lo que algunos describieron como voces “angelicales”. Mientras cantaban fuerte, los jóvenes miembros del coro de la escuela de San José Obrero en Winnetka, también cantaron en lenguaje de señas.
Los lados del altar estuvieron adornados con dos piezas de arte, ganadoras del concurso de Navidad de MCA, patrocinado por la oficina nacional para Estados Unidos de las Sociedades Misioneras Pontificias. Los ganadores fueron Sara Jewett, una estudiante de octavo grado de la escuela Dorothy, en Glendora, y Joshua Anthony Quan, de la escuela de San José en Hawthorne.
Su arte será expuesto en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington D.C. durante diciembre, junto con piezas de arte de niños de otras diócesis en el país.
La Misa fue seguida de una celebración en la Plaza de la catedral, donde niños almorzaban y bailaban.
El estudiante Kim, del octavo grado de La Sagrada Familia y su compañero de clase Ferdinand Engel, asistieron por tercera vez. Kim dijo que la ocasión ofrecía una oportunidad para “estar más en contacto con Dios y para socializar, entretener y aprender de otros estudiantes en otras escuelas”.
Kayla De Castro, presidenta del cuerpo de estudiantes de Santa Genoveva, y su compañera de clase Kristine Gatbonton, secretaria, dijeron que ellas todavía están recolectando fondos para Kenya, y también están preparando un plan para el Sudán del Sur.
Alejandra Onofre, madre de la estudiante de primer grado de Todos Los Santos, en el Sereno, Vanessa Cruz, dijo que ella ve el evento como una oportunidad para establecer un ejemplo y enseñar a su hija sobre la fe católica y sus valores.
“También ofrece una oportunidad a las escuelas para estar conectadas”, dijo. VN
MÁS INFORMACIÓN sobre donaciones al MCA, llame a la Oficina de la Misión (213) 637- 7224
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