“CARTA SIN MENSAJEROS”: RESPUESTA ANTE LA ESCASEZ SACERDOTAL
Reportero de Univision Julio César Ortiz ofrece soluciones y habla de su propia fe
Como católico practicante que asiste a misas en distintas iglesias del Valle de San Fernando, el reportero de Univision Julio César Ortiz notó una situación prevalente que podría ser tema para uno de sus reportajes.
“Yo veía que el mismo sacerdote que daba la misa por la mañana daba la misa hasta cinco veces el mismo domingo, aparte de [oficiar la misa de] Quinceañera y cuando supe que sólo dos sacerdotes iban a ser ordenados este año, decidí hacer un reportaje que hablara de la escasez, pero también de soluciones”.
Es así que surgió el reportaje “Carta sin Mensajeros”, que fue transmitido en dos partes por el Canal 34 de Univision el pasado jueves 27 y viernes 28 de junio en el noticiero de las 6 p.m.
Como católico que inmigró de su natal Ensenada (Baja California, México) a los 18 años de edad sin hablar inglés, Ortiz además reflexionaba que la creciente población latina inmigrante cruza la frontera junto con su fe.
“La fe también emigra, no se queda en la frontera”, dijo el menor de 11 hermanos, en reciente entrevista telefónica con Vida Nueva. Quería exponer que la Arquidiócesis tiene la responsabilidad de prevenir la “sequía de sacerdotes”, pero también la solución de vocaciones está en la comunidad, en las familias.
El reportero también se dio cuenta al trabajar en el reportaje, que ningún padre o madre de familia contempla que su hijo se convierta en sacerdote y en muchos casos cuando el llamado de Dios le llega al joven, los padres no están preparados para responder.
Es por eso que Ortiz, quien trabaja para Univision desde el año 2000, quiso incluir en el reportaje los distintos casos que se pueden dar cuando llega ese llamado de Dios. Como el caso de Egrén, quien hasta después de terminar una licenciatura y una maestría, y de tener un trabajo corporativo que apuntaban a un futuro promisorio, decidió atender el llamado y hoy es un diácono en formación, el paso anterior a la ordenación como sacerdote.
El joven estudiante Christian Rodríguez, de 16 años, ya está pensando en el sacerdocio y su padre, que por un momento creyó que nada más era una idea pasajera de su hijo, ahora lo apoya porque ve la pasión y seriedad en su hijo.
Mientras, Ismael Robles siguió el llamado a más temprana edad, después que toda su vida su madre y abuela le enseñaron a rezar y a amar a Dios. Él fue uno de los dos sacerdotes que fueron ordenados el 1o. de junio de este año en la Arquidiócesis de Los Ángeles.
Robles confiesa en el reportaje que seguir el sacerdocio no es precisamente el perseguir el sueño americano, sino es la respuesta a un “sueño interno”.
Y fue un momento durante la ordenación del joven sacerdote el que más impactó a Ortiz hasta llenarle los ojos de lágrimas. A los dos nuevos sacerdotes se les dio unos minutos para bendecir a alguien entre los feligreses y Robles escogió a su madre y abuela, pero luego de bendecirlas él se hincó frente a su abuela y le pidió que lo bendijera a él.
Esos son los hechos que a Ortiz, un reportero veterano en temas de fe que está por terminar su especialización como terapeuta clínico, le gusta reflejar por el ojo de la cámara televisiva.
Cuenta de la ocasión cuando le asignaron la cobertura de la visita del Papa Juan Pablo II a México y al momento en que el Papa besaba el suelo mexicano, él capturaba con sus palabras y por el ojo de la cámara cómo se alegraban los ojos llorosos de los miembros de cinco familias viviendo en extrema pobreza en Puebla al ver la escena en la pantalla de un televisor de bulbos que se habían encontrado en un basurero.
La fe inculcada por su madre, dice Ortiz, es lo que lo ha sostenido en tiempos difíciles en su vida, como cuando trabajando a tiempo completo, su perseverancia para terminar sus estudios de psicoterapia en la Universidad del Sur de California fue sometida a duras pruebas.
Los temas religiosos que trata, dice, le dan una satisfacción periodística y espiritual porque ayuda a otros a crecer en su fe y “a ser sensibles a las necesidades de los hermanos cristianos. No se puede comparar con la gratificación material”.
“Tener fe no me quita la objetividad para informar, al contrario, me acerca más a las personas”, dijo a VIDA NUEVA.
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