«UNA VIDA DIGNA, ESPERANZA DEL PUEBLO DE MÉXICO Y OAXACA»

Comunicado de los obispos de Oaxaca llamando a la reconciliación

El arzobispo de Antequera-Oaxaca, México, monseñor José Luís Chávez Botello y el obispo auxiliar, monseñor Oscar A. Campos Contreras, han hecho público un comunicado con fecha del 3 de diciembre, titulado «Una vida digna, esperanza del pueblo de México y de Oaxaca » en el que hacen una invitación a la reconciliación ante la situación de violencia que vive este estado mexicano.

Los obispos recuerdan que México ha empezado el mes de diciembre con «un cambio de escenarios en el ambiente político y social en nuestro país ». «Todos somos conscientes de la existencia de las enormes dificultades sociales –añaden–, del injusto abandono de regiones enteras de México, y de los atrasos económicos y políticos que hemos padecido por décadas. Toca, sin duda a los gobernantes estar en primera línea para hacer frente a estos retos. Por esa razón, al inicio de este nuevo Gobierno Federal, en todos sus órdenes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, exhortamos a todos los ciudadanos a colaborar, aportando lo mejor de cada uno, para que la esperanza de una vida digna de quienes han sobrevivido en condiciones de marginación y abandono social, se vaya transformado en realidad».

«El país es de todos –afirman los prelados de Oaxaca–, por eso mismo, todos estamos obligados a contribuir al bien de México de distinta manera, de acuerdo a nuestras capacidades; eso significa, en primer lugar, dar lo que pedimos: honestidad, justicia, transparencia, respeto, responsabilidad. Es necesario reconocer que existen derechos y deberes ciudadanos. Como ciudadanos tenemos el derecho de exigir, pero sería mezquino negar nuestras responsabilidades. Debemos aceptar que más ganará y más avanzará el país si reconocemos lo que nos une y trabajamos juntos para superar las dificultades que haciendo más grandes las divisiones que nos enfrentan y nos paralizan frente a los problemas».

En la segunda parte del comunicado, los obispos de Oaxaca hacen una invitación a emprender el camino de la reconciliación.

«En Oaxaca –afirman– la situación social por la que hemos atravesado en los últimos meses ha sido una dolorosa oportunidad de ver nuestra realidad con sus profundos desequilibrios sociales, económicos, políticos, educativos y de revisar sus causas. El conflicto ha dejado un pueblo herido por la división social. Es necesario trabajar por la reconciliación para que juntos demos pasos efectivos hacia una reforma estructural del Estado y logremos un Pacto Social que construya un futuro diferente para los oaxaqueños, en el que la convivencia social se exprese en relaciones de solidaridad, de respeto, de justicia, de honestidad, de democracia».

En este camino de reconciliación, subrayan los prelados, «es necesaria una honesta revisión de la responsabilidad de las partes en conflicto; es decir, una sincera autocrítica de las acciones y de los efectos que han producido. Es necesario reconocer y enmendar errores ».

En este momento, añaden los firmantes del comunicado «la esperanza de reconciliación pasa, sin duda, por la liberación de quienes injustamente hayan sido detenidos, en ese sentido hemos pedido a la Comisión Diocesana de Justicia y Paz el seguimiento de casos concretos y documentados; además, para caminar hacia la reconciliación social pedimos a las partes en conflicto evitar todo aquello que alimente la confrontación; es decir, la persecución, el amedrentamiento, la arbitrariedad, la venganza, el rechazo xenófobo, la represión, la lucha de clases ».

En la tercera parte del comunicado los obispos piden una «participación incluyente por encima de intereses particulares».

«Construir las condiciones sociales de una vida digna en este Estado –indican–, supone una Reforma Estructural en la que participen todos los sectores de esta sociedad, de manera incluyente y propositiva, para que los anhelos y aspiraciones de justicia y democracia tengan un verdadero sustento común, desde el aporte de los diferentes grupos. Por eso vemos con interés la participación activa y responsable de los miembros de la sociedad a través de los distintos grupos y organizaciones sociales. Sólo queremos recordarles que cualquier propuesta deberá ir por encima de sus intereses particulares, es necesario avanzar juntos en el desarrollo integral que nos llevará a una sociedad reconciliada y, en consecuencia, más justa y más solidaria».

Los obispos de Oaxaca concluyen recordando que, «al celebrar el próximo 8 de diciembre una fiesta tan unida al corazón de los oaxaqueños, la de la Virgen de Juquila, queremos poner todas nuestras esperanzas bajo su protección para que la vida de nuestro pueblo avance por los caminos que Cristo su hijo nos ha señalado en el Evangelio». VN

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