UN CLAMOR QUE LLEGA AL CIELO

UN CLAMOR QUE LLEGA AL CIELO

(fOTO:  Oscar Martínez y su hijita Angie Valeria perdieron la vida al cruzar el Río Bravo. / CNS, Reuters).

 El Papa Francisco y Obispos católicos de EE.UU. se unen a la tristeza del deceso de padre e hija en la frontera y piden justicia

La tragedia de un padre y su pequeña hija que se ahogaron al cruzar el Río Bravo llega al Cielo mismo. Esta consecuencia de un sistema de inmigración defectuoso, junto con los frecuentes informes que se han estado recibiendo sobre las condiciones inhumanas en que se tiene a los niños que están bajo la custodia del Gobierno federal en la frontera, son algo que conmociona la conciencia y que exige una acción inmediata. El Cardenal Daniel N. DiNardo, Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, se unió al Obispo Joe S. Vásquez, de Austin, Director del Comité de Migración de la USCCB, para pedirle al Gobierno federal que escuche el clamor de los pobres y vulnerables.

Su declaración conjunta viene a continuación:

“Es con una inmensa tristeza que nos unimos a nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, después de haber visto las horribles imágenes de Oscar Martínez y de su hija Angie Valeria, que se ahogaron en el Valle del Río Grande al intentar huir de la persecución y entrar a Estados Unidos. Esta imagen clama al Cielo pidiendo justicia. Esta imagen silencia a la política. ¿Quién puede ver esta imagen y no ver el resultado del fracaso de todos nosotros para encontrar una solución humana y justa a la crisis de la inmigración? Lamentablemente, esta imagen muestra la difícil situación diaria que tienen que enfrentar nuestros hermanos y hermanas. Su clamor no sólo llega al Cielo, sino que está dirigido también a nosotros. Y ahora debe llegar hasta nuestro Gobierno federal.

Toda la gente, sin importar su país de origen o estatus legal, ha sido creada a imagen de Dios y debería ser tratada con dignidad y respeto. Los recientes informes que se han recibido acerca de las condiciones insalubres y de hacinamiento que prevalecen ahí son terribles e inaceptables para cualquier persona bajo custodia de Estados Unidos, pero especialmente para los niños, que son particularmente vulnerables. Esas condiciones no pueden ser utilizadas como herramientas de disuasión. Podemos y debemos seguir siendo un país que brinde refugio a los niños y a las familias que huyen de la violencia, de la persecución y de la pobreza extrema.

El Congreso tiene el deber de proporcionar fondos adicionales para atender a las necesidades de los niños que están bajo custodia federal. Su proyecto de ley de asignaciones suplementarias también debería aumentar la protección para los menores inmigrantes, incluyendo estándares elevados y la supervisión de las instalaciones fronterizas. Es posible y necesario cuidar de la seguridad de los niños migrantes y de la seguridad de nuestros ciudadanos. Una nación tan grandiosa como la nuestra puede hacer ambas cosas si deja de lado los intereses partidistas”. VN

*Fuente: ACI Prensa

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