¿POR QUÉ LOS MENORES DE HOY ESTÁN EN MAYOR RIESGO DE SUICIDARSE?

¿POR QUÉ LOS MENORES DE HOY ESTÁN EN MAYOR RIESGO DE SUICIDARSE?

(fOTO: El suicidio entre adolescentes y estudiantes universitarios se ha convertido en un problema sin precedente en toda la nación. Las muertes de menores de 17 años aumentaron un 84% en la última década. De acuerdo al ‘U.S. Department of Health and Human Services’, casi uno de cada cinco estudiantes de secundaria de California declaró que había considerado seriamente quitarse la vida).

Por ALICIA MORANDI

Un especialista explica qué está causando un auge de problemas de salud mental y suicidio en niños y adolescentes. Los padres juegan un papel importante en ayudar a prevenirlo

Más que nunca, el suicidio se ha convertido en una epidemia. En Estados Unidos los casos han aumentado en un 30% entre 2000 y 2016, según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC). Las razones son complejas: la fragmentación de la familia, enfermedades mentales, la sobreexposición a las redes sociales, y otros factores estresantes de la vida también influyen.

“Comprender los factores complejos que conducen a un aumento de la enfermedad mental y el suicidio es el primer paso para ayudar a detener esta crisis”, dice el doctor Mark Goulston, quien ha sido profesor de psiquiatría en UCLA, entrenador del FBI de negociación de rehenes, autor y co-creador del documental de prevención de suicidio: “Stay Alive” (Mantente vivo). “Tenemos que entender lo que está mal antes de que podamos cambiarlo. Luego, podemos responder con empatía y comprensión para salvar la vida de los adolescentes de todas partes”.

Este experto en prevención del suicidio explora las causas con el fin de poder detener ese sufrimiento y comenzar a salvar vidas.

‘…ENTENDER DE DÓNDE PROVIENE TODO EL DOLOR’ 

“La vida moderna ha ayudado a crear problemas en los menores que pueden llevar a la depresión, ansiedad y en algunos casos, al suicidio. Para detener el efecto de ‘bola de nieve’, debemos entender de dónde proviene todo el dolor. Qué es lo que impulsa a los adolescentes de hoy a este sufrimiento”, dice Goulston

Según el doctor, lo que nos ocurre desde el nacimiento hasta los primeros seis meses,  influye al resto de nuestra vida.

“Todos llegamos a este mundo indefensos  y completamente dependientes de otros para que nos cuiden”, dice. “Los bebés buscan a sus padres para que les brinden seguridad, comodidad y apoyo emocional; un sentimiento de que ‘todo estará bien’”.

Sin embargo, y de acuerdo con el doctor, durante las últimas generaciones, muchos bebés no han logrado ese tipo de conexión profunda que necesitan con los padres, y esto les provoca ansiedad, inseguridad y temor del futuro.

“Nuestros ocupados estilos de vida han hecho casi imposible sintonizar con lo que el bebé está sintiendo, y tranquilizarlo”, añade.

El especialista explica que siempre hemos dependido de la ternura y el amor para que nuestro cerebro produzca la llamada dopamina, una sustancia que produce placer. Pasar tiempo con otras personas nos ayuda a crear lazos, y así nacen sentimientos tranquilizadores a lo largo de la vida. Pero esto lleva tiempo, y actualmente estamos viviendo una época de gratificación instantánea. “A medida que estamos más ocupados, tenemos menos tiempo libre, y entonces la cercanía y ternura tardan mucho en manifestarse. Ahora buscamos satisfacción emocional de manera rápida, instantánea”.

‘MUCHOS SE VUELVEN ADICTOS A LA ADRENALINA’

 Sin duda, los padres aman a sus retoños, pero también viven en este mundo moderno de distracciones y ocupaciones, comenta Goulston. “Muchos se vuelven ‘adictos a la adrenalina’; están preocupados, apresurados, y generalmente no dedican tiempo a crear un verdadero vínculo emocional con sus hijos”.

Un padre o madre preocupados y ansiosos no pueden conectarse con un niño emocionalmente indefenso. Sin querer le envían la señal al bebé de que está solo, y eso puede resultar aterrador, de acuerdo con el experto.

“El sentimiento de que todo estará bien llega cuando recibe cercanía, unión y tranquilidad de parte de los padres. Esta sensación es lo que prepara al pequeño para el éxito y la autosuficiencia en el futuro. Aprende a tener la confianza de que puede manejar lo que se le presente”, explica Goulston. Y agrega que cuando el menor no tiene esto que le hace sentir bien, se desmorona ante la primera señal de problemas. Cuando no recibe la aprobación que anhela de sus maestros u otras figuras de autoridad, a menudo siente dolor, resentimiento, ansiedad y enojo, que eventualmente puede llevarlo a la depresión.

Los niños y adolescentes que encuentran su propia fortaleza son los que recibieron la empatía maternal y comodidad que necesitan, además de la tranquilidad paternal de que todo va a salir bien, dice Goulston.

BUSCAN ALIVIO EN EL LUGAR EQUIVOCADO

A medida que los niños van creciendo, sintiéndose incapaces o indignos de atraer la atención y aprobación de sus padres, se lanzan a todo lo que les distrae de ese sentimiento o les alivia el dolor.

A veces es lograr un éxito, ya que saben que esto hará sonreír a sus padres ‘adictos a la adrenalina’, y que entonces se conectarán, dice el doctor.

Los niños también se suman a la cultura de los adictos a la adrenalina, centrándose en los éxitos y tratando de obtener aprobación. En muchos casos pueden resolver las cosas y lograrlas sin el apoyo emocional de sus progenitores. Entonces sus padres les dicen: “¡Bien por ti!”, y luego se dan crédito por ser un padre o madre increíble.

De acuerdo con Goulston, algunos menores podrían volcarse a las drogas y alcohol como un escape, o a videojuegos y otras distracciones que le suben la adrenalina.

Asimismo, al entrar en las redes sociales -que el doctor Goulston  define como “el multiplicador del dolor y el falso profeta”-  reciben el mensaje de que: “No te preocupes por todas las cosas que no estás recibiendo en el mundo. Te vamos a dar algo que te emocione”. Hacen que los menores crean que no tienen que sentirse vulnerables, frustrados y enojados. De repente se sienten invencibles, concentrados, confiados y en total control.

Las redes sociales también perpetúan el problema de una falta de vinculación emocional. En lugar de forjar relaciones reales, los adolescentes se vinculan con personalidades falsas.

CUANDO TODO SE DERRUMBA

 Padres e hijos se confabulan para evitar sentir el dolor, dice el doctor Goulston. La solución es que si todos nos mantenemos ocupados, los sentimientos negativos desaparecerán. Harán cualquier cosa para mantener la adrenalina alta y evitar sentir esos sentimientos negativos. Pero estos sentimientos no desaparecen.

Y luego viene la caída de adrenalina. “De repente, no están enfocados, no son poderosos ni están en control. Se estrellan y vuelven a sentirse impotentes, vulnerables, frustrados, indefensos y enojados. Los padres están decepcionados. Los chicos hacen trampas en los exámenes u otras cosas en respuesta a la presión que sienten por tener éxito, y las cosas comienzan a caer en picada”, indica Goulston.

El suicidio ocurre cuando todo se derrumba. Ellos deciden que antes de que se desmoronen, morirán por suicidio.

“Mantenernos distraídos de nuestros sentimientos y ocupados como una manera de evitar sentimientos no es una solución a largo plazo”, y el especialista agrega: “Tenemos que bajar la adrenalina y volver a tener vínculos emocionales. Tenemos que dejar de engañarnos a nosotros mismos creyendo que todo está bien cuando está claro que no lo está”. Esto no es sano ni para padres ni hijos, y por lo visto las consecuencias pueden resultar devastadoras. VN

De interés

  • Línea Nacional de Prevención del Suicidio: 1(800) 273-TALK (8255); www.suicidepreventionlifeline.org
  • Video documental ‘Stay Alive’, disponible en YouTube (#StayAliveNow), y estará disponible en Amazon Prime Video y otros canales de distribución gratuita. Más información: www.stayalivevideo.com
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