LA ‘CANDELARIA’, TRADICIÓN DE FE Y GASTRONOMÍA QUE EMIGRA CON FERVIENTES CATÓLICOS

LA ‘CANDELARIA’, TRADICIÓN DE FE Y GASTRONOMÍA QUE EMIGRA CON FERVIENTES CATÓLICOS

(fOTO: Lencha Rentería con tamales calientitos frente al mural en homenaje al legado de su mamá Angelita en Pacoima. / Paulina Herrera).

Por PAULINA HERRERA

Cada 2 de febrero en muchos hogares migrantes de California, se celebra el Día de la Candelaria con una tradición católica que saltó la frontera junto con usos y costumbres de mexicanos, centro y sudamericanos: celebrar la purificación de la Virgen María tras dar a luz al Niño Jesús con una fiesta hogareña alrededor de una canasta de tamales y una olla de atole.

Lorenza “Lencha” Rentería, del popular “Lenchita’s Resturant” de Pacoima, ha sido testigo fiel de cómo los tamales han alimentado no sólo el estómago de miles de migrantes, sino, además, a la tradición mariana de más sabor de todas.

Mientras tanto, María y Gerardo Olivas, catequistas desde hace más de 20 años, nos explican el valor en la familia de este cuarto misterio del Santo Rosario, la presentación del Niño Jesús en el templo. Así, aseguran, ellos cumplen con una misión de educación en la fe de cientos de pequeños católicos.

Cabe mencionar que esta fecha en el calendario católico celebra a la Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de Candelaria que encuentra su origen en Tenerife, España. Su nombre se deriva de candelero o candela y se refiere a la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén y a la purificación de María representada con una luz brillante que a su vez se relaciona con candelas.

Además de España, la devoción a la Virgen de la Candelaria se arraiga en América Latina, particularmente en países como México, Bolivia, Colombia, Cuba, Perú, Venezuela, entre otros.

DE TODOS LOS SABORES

Lencha, o Lenchita llega puntual al segundo turno del popular restaurante fundado por su mamá Angelita Rentería en 1977. Lenchita’s es toda una tradición en Pacoima que comenzó con una olla de tamales para vender.

“Mi mamá quería ayudar a sacar adelante a la familia. Éramos 10 hermanos. Mi papá, Vicente Rentería, siguió trabajando y siempre la apoyó”, recuerda.

Con una receta familiar Angelita comenzó con lo que parecía más fácil: tamales de pollo, puerco y rajas; en diciembre prepara tamales de dulce.

Además de las fiestas navideñas, es el 2 de febrero cuando la demanda del popular antojito mexicano sube como la espuma y los pedidos empiezan a llegar desde mediados de enero.

“Como negocio familiar siempre nos organizamos para las fechas de mas trabajo…mis hermanos ayudan, pero ellos tienen también otras ocupaciones”, explica Lencha mencionando que Miguel Ángel, Fidelina, Margarita, Socorro, Rosa y Raymundo, siempre responde al llamado de ayuda mientras que Albina se encarga de toda la contabilidad de la empresa. “Ella sabe exactamente cuantos tamales se hacen para cubrir cientos de pedidos. Dos de mis hermanos Ramiro y Vicente ya fallecieron, pero también estaban cuando se les necesitaba”, afirma.

Angelita, la fundadora de Lenchitas está a punto de cumplir 90 años y espera celebrarlo haciendo cientos de tamales.

“Mi mamá es incansable y ella también prepara otras recetas que servimos. Todas son en parte de origen en Michoacán combinadas con secretos de familia como carne en chile verde, en chile rojo y carne de molcajete por ejemplo”.

Es domingo por la tarde y los comensales se agolpan a la entrada del establecimiento.

“Para mucho es tradición llegar a comer aquí después de ir a misa”, dice Lencha quien regresa a sus quehaceres coordinando mesas y pedidos, pero antes posa para Vida Nueva ante el mural que representa el legado de su mamá a los sabores tradicionales en el Sur de California. Y, por supuesto, Lencha, o Lenchita, posa sosteniendo el manjar del 2 de febrero: unos tamales recién hechecitos de la cocina más tradicional del Valle de San Fernando.

NO SÓLO DE TAMALES SE ALIMENTA LA TRADICIÓN 

Para María y Gerardo Olivas es importante que cada hogar católico tenga en claro el significado del 2 de febrero, pues aun cuando les encantan los tamales, educan con más claridad en la fe sobre esta festividad.

María, originaria de Zacatecas, ha sido catequista desde hace 25 años. Como tal, tiene clara la celebración del cuarto misterio del Santo Rosario: la presentación del Niño Jesús en el templo.

Casada con Gerardo durante 32 años, son padres de tres hijos y felices abuelos de tres nietos. “Nosotros celebramos el Día de la Candelaria llevando nuestro Niño Jesús a la Misa, luego regresamos a casa a celebrar en familia”, afirma.

Gerardo, originario de Chihuahua, quien ha sido catequista desde hace 20 años, comparte al cien por ciento la misión de su esposa María “enseñándoles a nuestros niños del catecismo que el 2 de febrero es la presentación del Niño Jesús como seguimiento de la celebración del 6 de enero cuando se encuentra al Niño Jesús en la rosca de Reyes”.

Además de su misión de educación en la fe, María y Gerardo son parte del movimiento Encuentro Matrimonial desde 1999. VN

María y Gerardo Olivas celebran el 2 de febrero educando a los niños en clases de catecismo sobre el significado del Día de la Candelaria.

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