GRUPOS PRO-INMIGRANTES Y LÍDERES RELIGIOSOS RECHAZAN ACTUAL PACTO MIGRATORIO

Organizaciones de defensa de los inmigrantes y líderes religiosos recalcaron hoy que el actual pacto para una reforma migratoria en EE.UU está lejos de ser el más satisfactorio posible.

Grupos pro-inmigrantes reunidos bajo el nombre de Congreso Nacional Latino expresaron en el Senado su rechazo al proyecto de ley pactado la semana pasada por los líderes políticos estadounidenses y pendiente de aprobación en el Capitolio.

No obstante, instituciones que conforman el Congreso Nacional Latino como la Federación Hispana, la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) o la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y del Caribe (NALACC), coincidieron en alabar el esfuerzo llevado a cabo por demócratas y republicanos en alcanzar un acuerdo.

“La ley de inmigración actual es inmoral, obsoleta y urge ser cambiada, pero en este proceso no queremos que los intereses de los inmigrantes sean traicionados”, dijo Óscar Chacón, miembro de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y del Caribe (NALACC, por sus siglas en inglés).

“La propuesta que se empezó a debatir ayer -lunes- está muy lejos de los valores que propugna EE.UU y de las esperanzas de las comunidades inmigrantes”, agregó.

“El programa, tal y como se presentó, dejará a millones de inmigrantes sin los mismos derechos que tenemos los que sí somos ciudadanos y nos preocupa que en esta propuesta se ve claramente representada la idea errónea de que los inmigrantes son una amenaza para esta nación”, añadió.

Chacón , asimismo, urgió a los líderes políticos estadounidenses a reformar este pacto para concretar una ley que reconozca la importancia y el valor de las comunidades inmigrantes para EE.UU, ya que, añadió, “contribuyen a su progreso, su bienestar y su diversidad”.

El ejecutivo de NALACC admitió que los inmigrantes son los primeros interesados en que haya una reforma justa a la actual ley y recordó la responsabilidad de los grupos pro-inmigrantes de alzar su voz ante los acuerdos “que no sirven”.

“Si la propuesta no se mejora sustantivamente, será difícil que organizaciones como la nuestra estén orgullosas de ella”, agregó.

“Seguiremos luchando porque queremos que el texto final que se apruebe merezca la pena, y si, finalmente, no estamos de acuerdo con él, no dejaremos de trabajar hasta conseguir que los inmigrantes estén satisfechos”, concluyó.

Lilian Rodríguez, presidenta de la Federación Hispana, expresó también su rechazo al contenido del pacto alcanzado por demócratas, republicanos y la Casa Blanca.

“Luchamos por una reforma que no divida a nuestras familias y que facilite un camino a la ciudadanía sin restricciones injustas e innecesarias”, apuntó. “No apoyamos el acuerdo tal y como está”, dijo.

Por otro lado, los grupos religiosos no cesan en su afán por involucrar a sus feligreses en el debate y no dudan en animarles a contactar con los miembros del Congreso para alterar este acuerdo marco.

El presidente del comité de inmigración de la Conferencia Católica de EE.UU, el obispo Gerald Barnes, indicó que tiene “numerosas reservas” sobre el texto anunciado aunque matizó que es importante que el proceso siga adelante y que se introduzcan enmiendas a esta legislación.

“El Congreso debe asegurarse de que el texto final proteja la unidad familiar y de que facilite un camino justo y realista hacia la ciudadanía”, explicó Barnes, en una nota de prensa.

El domingo pasado, la Iglesia de San Antonio de Padua, en Nueva Jersey, repartió entre sus devotos una misiva con el objetivo de ser reenviada al Congreso.

El texto demandaba que la reforma migratoria integral detenga la separación de familias inmigrantes y exigía la creación de un nuevo programa para los trabajadores temporales que evite su explotación. VN

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