GOBIERNO Y ACTIVISTAS EN SENDAS CAMPAÑAS PARA LOGRAR REFORMA MIGRATORIA

El Gobierno de EEUU y activistas pro-inmigrantes inician esta semana sendas campañas para lograr una reforma migratoria integral este año y que el Senado debatirá a partir del miércoles próximo.

Mientras, los demócratas y republicanos continúan negociando los pormenores de un proyecto de ley de reforma que, según insistió el sábado pasado el presidente George W. Bush, “tiene que atender todos los elementos” del problema de la inmigración ilegal.

La traba mayor para lograrla, según admitieron los legisladores, es cómo responder a los futuros flujos migratorios en Estados Unidos, si de forma temporal a través de un programa de trabajadores huéspedes, o de forma permanente mediante uno en el que los indocumentados “se ganen el derecho” a la legalización.

La Casa Blanca ha insistido en que la reforma tiene que incluir el fortalecimiento de la seguridad fronteriza, un programa de trabajadores temporales, y una vía para la legalización de buena parte de la población indocumentada en EEUU, que ronda los doce millones de inmigrantes.

Sin embargo, Bush afronta la resistencia de muchos legisladores de su propio partido, quienes continúan equiparando la reforma con una “amnistía” inmerecida.

Uno de los funcionarios que participan en las negociaciones con el Congreso es el secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, quien ofrecerá un discurso mañana, martes, ante empresarios al detalle para hablar del avance y de los retos de las negociaciones en curso.

Gutiérrez, que antes de asumir su cargo actual fue empresario de la empresa Kellogg, hablará también de los aspectos económicos de la inmigración, y del impacto que tendría una eventual reforma migratoria.

No es la primera vez -y probablemente no será la última- que Gutiérrez aproveche un foro público para presionar al Congreso a que apruebe una reforma migratoria, ya que es una de las prioridades del Gobierno de Bush.

Según algunos observadores, la reforma de las leyes de inmigración de EEUU figura entre los pocos proyectos de Bush que tienen alguna posibilidad de ser aprobadas por el Congreso antes de la época electoral en el país el próximo año.

De ahí la premura tanto del Gobierno como de los grupos pro-inmigrantes para que la reforma sea aprobada por el Congreso, y promulgada por Bush, antes de fines de 2007.

En paralelo a la campaña del Gobierno de Bush, el Centro para el Cambio Comunitario (“Center for Community Change”) ha lanzado una campaña publicitaria dirigida a los senadores clave en el debate migratorio, como los republicanos Arlen Specter, de Pensilvania, y Pete Domenici, de Nuevo México.

En declaraciones a Efe, Cristina López, portavoz del Centro, explicó que el grupo ha pagado anuncios esta semana en los diarios “Philadelphia Enquirer” y “Daily News”, así como en diarios de Nuevo México.

También pagará anuncios, a partir de mañana, en el diario “Roll Call” del Legislativo, y hará visitas al Capitolio en Washington para denunciar la serie de redadas en contra de la comunidad inmigrante.

El grupo no descarta lanzar una campaña de anuncios en la radio y televisión de habla hispana.

El debate en el Senado debía comenzar hoy pero el líder de la mayoría demócrata en esa Cámara, Harry Reid, decidió postergarlo para este miércoles, para dar más tiempo a las negociaciones.

Los demócratas tienen una exigua mayoría en el Senado y no está claro si los republicanos cumplirán con su amenaza de bloquear el debate migratorio.

El senador demócrata Edward Kennedy, otro de los involucrados en las negociaciones a tres bandas, ha dicho que será una semana decisiva para la reforma migratoria y que los senadores tendrán la oportunidad de “defender nuestros principios…y proveer soluciones reales”

El senador republicano Jon Kyl, otro de los negociadores, se confiesa “cautelosamente optimista” de que el Senado logrará un proyecto consensuado que responda simultáneamente al problema de la inmigración ilegal y a las necesidades del mercado laboral estadounidense. VN

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