
UNA NUEVA VIDA PARA AMAR Y CUIDAR
(fOTO: BIENVENIDO AL MUNDO- Los padres de familia que verdaderamente valoran la vida humana, cuidan, protegen y guían a esa criatura vulnerable que llega al hogar para quedarse. / PAUL HARING / CNS).
La llegada de un bebé a la familia llena de alegría a todos sus miembros. Pero al mismo tiempo viene acompañada de interrogantes sobre el mejor cuidado y crianza de esa criatura. Vida Nueva recogió recomendaciones para los flamantes progenitores
Por ALICIA MORANDI
Una vida que inicia necesita de cuidados amorosos y responsables que la preserven y protejan durante todo su desarrollo. Lamentablemente todavía no existe una escuela que enseñe a ser madre o padre, así que cuando nace un bebé aparecen muchas preguntas sobre cuál sería la mejor manera de atender a ese ser humano que llega al mundo.
Un punto clave es la alimentación desde la más tierna edad. De acuerdo con la nutrióloga Ana Montero, hasta los cuatro o seis meses la dieta consiste exclusivamente en leche materna o fórmula. “La primera es mucho mejor que la segunda. Por lo general todas las mujeres son capaces de dar pecho. La leche materna provee una completa nutrición y es más fácil de digerir. Además protege de infecciones y el bebé tendrá menos problemas con alergias, diarrea, estreñimiento y cólicos”, dice.
Añade que de los seis meses en adelante, esta leche o fórmula deja de ser suficiente y entonces se empiezan a incluir uno a uno los alimentos sólidos. Primero los cereales, después las verduras y luego las frutas; finalmente las proteínas, hasta tener una dieta variada con todos los grupos de alimentos.
Paro cuando cumple un año, se marca un cambio en la alimentación: los sólidos aumentan y la cantidad de leche materna o la fórmula disminuye. “En esta etapa necesita muchas calorías, porque hay un crecimiento muy rápido”, indica.
La experta recalca que para evitar la formación de caries en su futura dentadura, no le ofrezca un biberón de jugo o leche durante la noche. Uno de agua no crea problemas dentales. “El cuidado que reciba el bebé antes de que le empiecen a salir los primeros dientes de leche determinará cómo tendrá su dentadura cuando sea más grande”.
Cómo saber si está enfermo
El pediatra jubilado Horst Weinberg, M.D., autor del libro “Manual pediátrico para los dueños del nuevo bebé”, explica que hay ciertos síntomas para saber si el niño está enfermo. Por ejemplo, si está soñoliento, si le cuesta mantenerse despierto, se muestra aburrido, con ansiedad, molesto, está pálido o azulado, respira forzadamente o ronca un poquito con cada respiración, o si tiene la piel seca y los ojos hundidos. Si presenta estos síntomas, Weinberg recomienda llamar al doctor de inmediato. “Si su médico no está disponible, vaya al servicio de emergencia más cercano”.
Weinberg dice que hay que pedirle al niño que le señale dónde le duele y cuanto más cerca del ombligo sea el dolor, menos las probabilidades de que se trate de algo serio.
El especialista añade que entre los problemas comunes de salud se encuentra el asma. Los bronquiolos por los cuales respiramos, se inflaman o bloquean temporalmente debido a varias causas. Las alergias pueden predisponer para un ataque de asma, así como las infecciones por virus o bacterias, el humo del tabaco, el olor a pintura, el perfume y el aire frío. Los tratamientos suelen ser complicados y el primer paso es aislar la causa para así aliviar el bronquio-espasmo y la inflamación. Hay bronquio-dilatadores que se imparten bajo receta médica y ayudan a relajar los espasmos musculares alrededor de los bronquiolos. El asma puede tratarse éxitosamente con medicamentos.
El dolor abdominal es también muy común en los niños, asegura Weinberg. Alguno se debe a enfermedades serias como la apendicitis o a una infección de vejiga o riñón. El dolor puede presentar pérdida de peso, vómitos, diarrea, necesidad de orinar frecuentemente con dolor y pérdida de apetito. En estos casos debe consultar de inmediato a un médico. Si el dolor abdominal perdura -que no es fuerte pero molesto- es un problema diferente. A esta condición se le llama “colitis espástica y aflicción del funcionamiento estomacal”. Aún se desconoce su causa, pero los niños que lo padecen llevan una vida normal. Si tiene un dolor abdominal que no cesa, el médico debe someterle a un examen de sangre, orina y materia fecal, y son escasas las probabilidades de que sea algo grave.
Disciplina desde chiquito
De la salud pasamos al comportamiento, y de acuerdo al doctor Weinberg, si a temprana edad no se le enseña que existen comportamientos aceptables y otros que no lo son, se corre el riesgo de que el menor se convierta en un joven desdichado y desagradable, con posibilidad de ser un adulto frustrado y hasta criminal.
“Todos los niños se portan mal ocasionalmente. Como padres tenemos el deber de corregir el comportamiento inaceptable para que no vuelva a suceder”, dice el experto, y sostiene que a partir de los nueve meses, los padres deben mostrar desaprobación por un mal comportamiento del hijo. Aconseja que se comience a aplicar reglas sencillas, tales como quedarse sentado en el asiento del automóvil, no morder ni pegarle a nadie, irse a la cama cuando se le ordena, y enfatiza que no hay que “negociar” esto con el niño, y permitirle que llore pero no tolerarle berrinches. “Sea persistente y no se sienta culpable. Ocasionalmente un ‘no’ hace bien; su niño le seguirá queriendo”, puntualiza.
Por su parte, la doctora Gloria G. Rodríguez -fundadora de AVANCE, una organización de apoyo y educación dirigida a padres hispanos, y autora de “Criando a nuestros niños”- dice que los padres deben distraer la atención de un pequeño cuando va a meterse en problemas. Cita como ejemplo llevarle afuera a jugar, leerle un libro, etc. También asegura que se le puede quitar el objeto que está causando el conflicto, y explicarle por qué está haciendo eso.
Rodríguez recomienda que otra forma de disciplinarlo es separando
al pequeño que se está portando mal, de la persona o actividad que ha provocado su frustración.
“Mande a su hijo a la recámara hasta que pueda calmarse. Mírele directamente a los ojos de una manera que muestre su disgusto, y dígale firmemente ‘¡no!’, y niegue también con la cabeza. De este modo captará su atención y le hará entender que usted está hablando en serio”.
La experta sostiene que los padres deben tener la paciencia de enseñar nuevos valores, costumbres, reglas y modales a sus hijos. “Evite criticarle utilizando palabras como ‘tonto’, ‘estúpido’, etc. Asegúrese que cuando tenga una confrontación con él o ella, sea por asuntos que valgan la pena discutir. Cuando son menos importantes, usted puede ser flexible y ceder”.
Según la experta, la disciplina debe ser una enseñanza diaria. “Es mejor alentar que forzar, para que sea responsable e independiente, necesitamos ayudarle a aprender de sus errores y siempre alentarle a ser perseverante e intentar de nuevo”. Y esto se aplica desde muy temprana edad. VN
Impida que sea obeso
- La nutrióloga Ana Montero aconseja tener en cuenta que es el niño/a quien indica cuando hay que alimentarlo.
- Deben darle de comer de manera informada y responsable para que en el futuro no sea obeso. En Estados Unidos se calcula que la mitad de los menores de 4 años presentan exceso de peso.
- La obesidad no siempre es consecuencia de comer mucho, sino de hacerlo inapropiadamente. Además la falta de ejercicio físico perjudica notablemente.
- El sobrepeso trae complicaciones. Si desde chiquito es obeso, conservará esas células grasas durante toda su vida. Al perder peso disminuye el tamaño de esas células, pero no la cantidad.
La moderación y el balance son muy importantes para la buena salud. Lo ideal es que se alimente seis veces al día en porciones adecuadas: tres comidas grandes y unos “antojitos” saludables entre horas.
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