TRABAJADORES CAMPESINOS: ESENCIALES PARA EL ABASTECIMIENTO DE NUESTROS ALIMENTOS PERO CON MUY POCAS PROTECCIONES

TRABAJADORES CAMPESINOS: ESENCIALES PARA EL ABASTECIMIENTO DE NUESTROS ALIMENTOS PERO CON MUY POCAS PROTECCIONES

(Imagen referencial. Trabajador campesino laborando en la cosecha de la uva de mesa, en el Valle Imperial de California. / Cortesía de la colección de 2mun-dos Communication. © Fotografía de victor alemán).

Por Pilar Marrero | vida-nueva.com

José Ramos, hondureño de 41 años y padre de cuatro hijos, trabaja en una planta empacadora de brócoli en Santa María, California y a diario está muy cerca de otros trabajadores que cortan y empacan en una máquina. “Hay un metro de distancia entre nosotros, como mucho”, dice. “Trato de no pensar en ello, me concentro en el trabajo y en moverme rápido”.

Su empleador no ofreció ninguna orientación sobre la seguridad en relación con el Coronavirus, pero él personalmente se ocupó en comprar un gel desinfectante y traer una mascarilla de su casa ya que se informó de esas medidas gracias a las noticias en español. Ya era mediados de abril cuando su jefe le dio una pañoleta de tela con las instrucciones de cubrirse la nariz y la boca. Eso fue un mes después de que las medidas de emergencia de California comenzaran.

Francisco Machuca, en cambio, trabaja en una empresa de tamaño mediano en los campos de fresas de la misma ciudad. Su patrón ha instituido un recordatorio diario de las medidas de prevención, la desinfección de las áreas comunes y la recomendación de mantener una distancia de 6 pies entre los trabajadores. También sugiere usar máscaras cuando sea posible, aunque no las ofrecen.

“Pero no siempre es posible mantener la distancia”, dice el mexicano de 45 años, padre de cuatro hijos. “La mayoría de los trabajadores del campo no tienen carro y lo comparten o usan “raiteros”, donde cuatro o cinco personas viajan en el mismo vehículo”.

Los trabajadores campesinos están exentos de las órdenes de “quedarse en casa” emitidas por muchos gobiernos estatales y locales para evitar la propagación de COVID-19 porque se les considera empleados esenciales, pero el “distanciamiento social” y otras medidas preventivas, como el uso de máscaras o el repetido lavado de manos no han llegado a todas las granjas o trabajadores agrícolas.

La información en los campos para los cientos de miles de trabajadores campesinos en California ha sido desigual. En Santa María, donde el Padre Rolando Sierra es pastor asociado en St. John Newman (y también en Nuestra Señora de Guadalupe en la cercana ciudad de Guadalupe), “algunos empleadores han transmitido información y prácticas de seguridad, y otros no”, dijo el sacerdote.

“Hay pocos casos (oficiales) en Santa María”, dijo el sacerdote. “Creo que esa es una de las razones por las que no hay suficiente conciencia sobre la pandemia. Pero nos preocupa que cuando los nuevos trabajadores agrícolas con el programa de visas para la temporada, que traigan más infecciones con ellos. Me pregunto si se les hará una prueba antes de llegar”.

La iglesia ha estado repartiendo máscaras a los trabajadores y ayudando con el banco de alimentos de Santa Bárbara, entregando comida a los que la necesitan.

Se está preparando la temporada de cocecha, que requiere más mano de obra, y muchos se preocupan por lo que esto significa para la propagación de la pandemia a las zonas agrícolas, donde los números se mantienen algo bajos al no tener demasiados visitantes del exterior, y probablemente debido a la falta de pruebas generalizadas.

A unas 400 millas de distancia, en Fresno, en medio de otro de los centros agrícolas del estado, Genoveva Islas, directora de defensa de la salud pública de la organización Cultiva la Salud se dice preocupada por la salud y seguridad de los trabajadores campesinos no estén seguros. También se teme que si el Covid-19 se extiende por los campos, el abastecimiento de alimentos podría verse afectado.

“En el Valle Central tenemos el 1% de las tierras agrícolas y producimos el 25% de toda la comida de mesa para los Estados Unidos… cualquier cosa que perjudique nuestra capacidad sería catastrófico para California y la nación”, dijo. “No tenemos muchos vuelos internacionales o turismo aquí, pero necesitamos proteger la seguridad de nuestros trabajadores”.

El arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez, expresó recientemente su preocupación al respecto.

“Los trabajadores campesinos de nuestra nación son absolutamente esenciales para nuestra economía. Estoy profundamente preocupado por su salud y seguridad y sus condiciones de trabajo durante esta pandemia. Es una cuestión de dignidad humana y de seguridad del sistema alimentario de nuestra nación. Insto a los funcionarios del gobierno y a los empleadores agrícolas a que hagan todo lo posible para asegurar que estos hombres y mujeres reciban la protección adecuada”.

Los campesinos a menudo trabajan en condiciones que les hacen muy difícil mantener esa seguridad, dijo Arcenio López, director del Proyecto Organizador Mixteco/Indígena (MICOP) en Oxnard, Condado de Ventura, donde el sesenta por ciento de la fuerza laboral es indígena. “Somos 24 mil indígenas mixtecos, zapotecos, otomíes, náhuatl, purépecha, amuzgos, entre otros”, dice.

“Seguimos yendo a trabajar ahora mismo, principalmente a los campos de fresa”, dice. “Es difícil mantener una distancia segura, no hay suficientes máscaras. La MICOP distribuyó muchas pero se nos acabaron. Las escuelas están cerradas, así que normalmente la madre tiene que dejar de trabajar para cuidar de los niños”.

Algunos agricultores están haciendo lo correcto, proporcionando equipo de protección e información, añadió, pero muchos contratistas independientes o pequeñas empresas se están resistiendo a cualquier nuevo gasto e ignorando el tema, dice.

El Secretario Tesorero de la Unión de Campesinos de América (UFW), Armando Elenes, dijo que el sindicato realizó una encuesta entre los trabajadores campesinos y el 77% dijo que su patrón no les había informado ni aplicado prácticas para prevenir la infección.

Eso llevó al sindicato a enviar una carta a los agricultores. “Muchos nos dijeron que, como mucho, se les dijo que firmaran un papel en el que se les informaba de las medidas y eso era todo”, dijo Elenes. “Los trabajadores están acostumbrados a trabajar en cualquier tipo de condición, se arriesgan porque la mayoría no tiene ninguna opción o beneficio”.

En un reciente artículo publicado en la sección de Opinión de Los Ángeles Times, la Cónsul General de México en Los Ángeles Marcela Celorio hizo un llamado para que estos trabajadores esenciales tengan más equipo de protección y “sean considerados como un grupo prioritario para la prueba del coronavirus”.

En una entrevista posterior a la publicación del artículo, Celorio dijo que su oficina ha estado trabajando para informar y educar a la gran comunidad de trabajadores agrícolas mexicanos bajo su jurisdicción, que incluye un consulado en la comunidad agrícola de Oxnard, a una hora al noroeste de Los Ángeles.

La mayoría de los trabajadores campesinos que son inmigrantes en California son nacidos en México, dijo. “El consulado trabaja para construir puentes y alianzas, lo hacemos con funcionarios públicos, el sector privado, agricultores, ganaderos, federaciones agrícolas para que puedan facilitarnos la supervisión de las condiciones de los trabajadores y nos permitan realizar talleres y conversaciones, en las que reunimos a los trabajadores para informarles de sus derechos”.

“Nuestra principal preocupación en este momento, además de utilizar el consulado móvil para ir a las zonas agrícolas y ofrecer documentación, pasaportes, etc. es cómo podemos contribuir a educar a estos trabajadores y garantizar que estén seguros y saludables”, dijo. “También es bueno recordar que nuestra Embajada en Washington presiona al Congreso de los Estados Unidos para que reconozca el trabajo de los trabajadores, y hacemos lo mismo con la legislatura de California aquí en Sacramento”.

Muchos ven esto como un recordatorio de la necesidad de incluir a los trabajadores campesinos en cualquier legislación futura en respuesta a la pandemia del coronavirus y la reforma de la inmigración. El Caucus Hispano del Congreso escribió una carta en abril a los líderes de las dos cámaras del Congreso, recordándoles que “los trabajadores agrícolas necesitan nuestro apoyo, no deben vivir con miedo”.

“La seguridad alimentaria de nuestra nación depende de la capacidad de los trabajadores agrícolas para continuar trabajando con seguridad para producir los alimentos de nuestra nación”, dice la carta, firmada por los 36 congresistas latinos, que enumeraba la asistencia financiera, el apoyo a las necesidades de cuidado infantil y la financiación adicional para los centros de salud comunitarios, así como la asistencia financiera directa a los trabajadores campesinos.

Expertos, incluyendo la Organización Mundial de la Salud y la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA), han dicho oficialmente que hasta el momento no hay evidencia de que los alimentos o los envases de alimentos estén asociados con la transmisión del Covid-19. Una viróloga especializada en seguridad alimentaria comunitaria de la Universidad de California en Davis, la Doctora Erin DiCaprio, dijo recientemente en una entrevista que el virus no se transmite por los alimentos sino por el aire, y que, por lo general, basta con lavar los productos y lavarse las manos al tocarlos.

Las estimaciones indican que la mitad de los trabajadores agrícolas de la nación son indocumentados, y no son elegibles para muchos beneficios, incluyendo el desempleo, así como el pago de 1,200 dólares por impacto económico federal.

Pero la administración Trump ha estado hasta ahora más interesada en ayudar a los agricultores que a los trabajadores campsinos. El 15 de abril, el gobierno federal anunció reglas temporales que facilitan la contratación de trabajadores migrantes que ya están en los EE.UU. y que trabajan en diferentes granjas si sus visas H-2A están a punto de expirar. Estos constituyen alrededor del 10% de los trabajadores agrícolas y son traídos a medida que el trabajo aumenta desde abril a julio.

En la misma semana, se filtró a la prensa un plan para permitir un cambio salarial que reduciría el salario mínimo de los trabajadores campsinos, y aunque todavía no se ha implementado, los defensores dicen que algunos empleadores en los campos ya están reduciendo los pagos. Las granjas argumentan que tienen problemas económicos ya que el mercado de ciertos productos se interrumpe.

A mediados de abril, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva para detener la emisión de tarjetas de residencia para las personas que buscan emigrar a los EE.UU., pero eso no incluye a los trabajadores temporales, los cónyuges y los hijos menores de los ciudadanos estadounidenses o los profesionales de la salud, entre otras excepciones. Una coalición de derechos civiles ha presentado una demanda para una orden de restricción temporal de esta prohibición. VN

 

Share