
SESENTA AÑOS DE CONGRESO DE EDUCACIÓN RELIGIOSA
(El ‘Día de los Jóvenes’ inaugura el Congreso de Educación Religiosa, celebrando su aporte a la fe católica, ya que son el futuro de la Iglesia. Este 2016 asistieron alrededor de 15 mil. Fotografía de Víctor alemán / vida-nueva.com)..
Con el lema ‘Misericordia Inagotable’, más de 40 mil asistentes celebraron seis décadas de formación de fe, espiritualidad, Liturgia, servicio, música, Sacramentos, convivio y justicia social
Por ERNESTO VEGA
“Misericordia Inagotable” marcó el lema del Congreso de Educación Religiosa 2016, en honor y reflexión al Año de la Misericordia convocado por el Papa Francisco. Por lo tanto, todo el fin de semana del 25 al 28 de febrero giró alrededor de la cultura de la misericordia, la cual alcanzó a todos los asistentes del Congreso con dos movimientos. Un movimiento interno que nos lleva a reflexionar sobre la importancia de ser testigos de la misericordia, aceptando el amor de Dios en nuestras vidas. Y el otro movimiento es compartir con los demás la misericordia de Dios en una acción concreta para favorecer a los más necesitados.
En el Rito de apertura vimos el movimiento de personas vestidas con trajes típicos representativos de muchas culturas, danzando alrededor del altar como una imagen microcósmica de la Iglesia. Esto representa que el corazón de Cristo atrae a todas las naciones con su fuerza misericordiosa que inspira a convivir y amar al prójimo.
El convivir cristiano es compartir respeto y buenas obras con los demás, por eso necesitamos -como la Samaritana- beber de la fuente de agua viva que es Jesucristo. De este modo, nos podemos compartir con los demás en amor. Así lo recordamos en el Evangelio proclamado y también en el canto-lema oficial del Congreso, que tenía una frase muy pegadiza en español: “Señor, danos tu amor para amar como tú” – la cual sembró y vibró en la arena del Anaheim Convention Center, y también en los corazones de los asistentes.
Este año el Congreso celebró su décimo sexto aniversario, conmemorando toda una trayectoria de formación en la fe, espiritualidad, Liturgia, servicio, música, Sacramentos, convivio, teología, justicia social en todos los aspectos y áreas de la vida humana, desde la tradición católica; desde la roca de salvación que es Jesús.
Espacio sagrado
Este sitio del Congreso, llamado “espacio sagrado”, estaba condecorado con luces. Un silencio envolvía a los presentes para entrar en oración con Jesús sacramentado. Allí se encontraban muchos sacerdotes que estaban disponibles para escuchar con espíritu atento al creyente en busca de reconciliación. En este espacio también se presentó una exposición sobre el drama del tráfico humano que vive el mundo de hoy. Esto nos ayudó a reflexionar sobre esta realidad que nos afecta a todos, y que podemos contribuir a hacer un cambio edificante y sanador en nuestra sociedad.
Ambos, el Arzobispo José Gomez y el Padre Chris Bazyouros, el nuevo Director de la Oficina de Educación Religiosa, nos recordaron de la importancia de empaparnos de la misericordia para “ser testigos” de ella y llevarla al mundo, a las familias, a las calles, a los ámbitos donde nos encontremos. Existe mucha necesidad de no descuidar nuestra vida espiritual, y de encontrar maneras nuevas de proclamar el Evangelio no solamente en su metodología, sino también en los lugares donde se presenta. Necesitamos ir más allá de las barreras del confort para alcanzar a los que están en las periferias sociales, no sólo marginados socialmente, sino también emocional y espiritualmente.
Los asistentes pedían más
El Congreso 2016 fue todo un éxito por la nutrida asistencia y los mensajes que se impartieron. Después de los talleres de formación, de las oraciones y la Eucaristía, en las tardes la arena del Anaheim Convention Center literalmente se encendía de alegría y de un espíritu festivo acompañando los cantos de Mariachi.
La gente no se quería ir y pedía más. Lo mismo pasó en la Liturgia de Clausura, donde la concurrencia no quería poner fin a la algarabía. Pero el Arzobispo Gomez nos animó a regresar a nuestras casas y compartir lo que Jesús hizo el fin de semana en el Congreso. Definitivamente, miles de personas de todo Estados Unidos y el mundo nos encontramos con la misericordia viva de Jesús. VN
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