
SE REVIVE UNA TRADICIÓN EN EL CORAZÓN DEL ESTE DE LOS ÁNGELES
Celebración del Día de los Muertos en el Cementerio Católico del Calvario reúne música, color, comida y recuerdos
Por PAULINA HERRERA
“Es obvio que tenemos una nueva tradición en el Calvario”, afirma Monseñor John Moretta, párroco de la Iglesia de la Resurrección del Este de Los Ángeles, al referirse al éxito de la segunda Celebración del Día de Muertos en el Cementerio Católico del Calvario realizada el pasado domingo 1 de noviembre.
“La gente entiende que la muerte es algo a lo que no tiene que temer y es obvio que la cultura pre-hispánica tiene una gran influencia en la cultura americana”, afirma Monseñor Moretta muy satisfecho de los resultados de la celebración que reunió a más de dos mil personas que disfrutaron de un programa muy completo de casi ocho horas de duración.
Iniciando con danza azteca, el programa arrancó a las 12:30 del mediodía. Una misa oficiada por el Obispo David O’Connell reunió a todos los fieles que llegaron a visitar a sus seres queridos a su última morada, así como visitantes que por primera vez experimentaban la tradición mexicana en estas tierras californianas.
“Tenemos que realizar nuestro mejor esfuerzo para ser Santos como los seres queridos que nos han precedido”, dijo el Obispo O’Connell a cientos de personas que se reunieron en el jardín del mausoleo del Cementerio, cuando comenzó la Misa de los Difuntos. “Debemos seguir confiando en el amor y perdón de Jesús”, dijo el obispo, recordándole a la asamblea que hay que descansarse en Dios cuando uno se siente triste o solo debido a la ausencia de un ser querido que ha fallecido.
Al finalizar la misa, una procesión por el campo santo, encabezada por los Caballeros de Colón y seguida por el Obispo O’Connell y Monseñor Moretta, dio paso a la bendición de altares u ofrendas a los muertos: los jardines del Calvario se llenaron de flores amarillas, figuritas de risueñas calacas vestidas con prendas multicolores, pan, agua, frutas, mole y uno que otro tequila en honor de los difuntos.
Los altares son una tradición muy remota con la cual se rinde homenaje a los familiares, amigos o ídolos que ya han pasado a mejor vida. Es una forma de recordarlos para “revivir” su presencia durante este día tan especial.
La familia Hernández, por ejemplo, colocó un altar en memoria de uno de sus integrantes que cayó en una guerra defendiendo a los Estados Unidos; la familia Gutiérrez edificó su altar en memoria de todos sus seres queridos, desde la mamá de todos ellos que murió a los 90 años de edad el pasado mes de agosto, hasta un joven de 22 años que murió en un accidente automovilístico.
En esta Celebración del Día de los Muertos en el Calvario se rindió homenaje a la vida, y en la extensión de la palabra se cubrió todos los sentidos de vivos y muertos.
Música de mariachi para alegrar las penas, mole poblado para olvidar las amarguras, café negro para despertar las ganas de vivir y bailables para darle buena cara al mal paso.
La celebración en el Calvario fue para los vivos, una gran oportunidad para ver de frente a la muerte, pero sin miedo y sin rencores, sino de una manera amable y reflexiva que sin duda les brinda la oportunidad del consuelo de que seguirán presentes en el corazón de sus seres queridos cuando hayan despertado a la vida eterna.
“Escuché a uno de los niños hablar sin parar de todo lo que vio en la celebración en el Calvario y me sentí muy contento porque este evento es para eso, para que los pequeños tengan la oportunidad de educarse sobre la muerte, sobre lo que es un campo santo, y que desde pequeños comprendan porqué es importante ser un hombre o una mujer de fe”, comentó Monseñor.
La siguiente misión de Monseñor Moretta es la procesión de la Virgen de Guadalupe el próximo domingo 6 de diciembre que llevará por nombre “Procesión María Madre de Misericordia”, tema a propósito del Año de la Misericordia que el Papa Francisco declarará a partir del 8 de diciembre en Roma. VN
Redes Sociales