
¿QUIÉN ERA CÉSAR CHÁVEZ?
Esta es la historia de César Chávez. Les contará a los lectores quién fue, en qué creía y qué hizo con y por los demás, todo lo que lo ha convertido en un nombre reconocido dentro y fuera de los Estados Unidos.
Durante la misa para su funeral, el Cardenal Rogelio Mahony expresó: “César Chávez fue un profeta especial para su gente”.
César Chávez nació destinado a ser especial, pero no fue fácil saberlo al principio. Se convirtió en alguien que desarrolló muchas características complejas que lo hacen difícil de marcar. Este hombre pequeño de estatura pero poderoso, con una educación de 8to. grado, se volvió un gigante en la historia. Los papeles que interpretó fueron muchos.
Fue al mismo tiempo un fuerte líder laboral y un incansable defensor de los derechos civiles y humanos. Un pacifista, como sus héroes San Francisco de Asís, Gandhi y el Dr. Martin Luther King Jr. César fue tambien un economista, contador, fotógrafo, vegetariano, activista por los derechos de los animales, cultivador orgánico, conocedor de vinos, un as del billar, amante y entrenador de perros pastor alemán, cursillista y aficionado al jazz.
Su círculo de buenos amigos incluyó a Bobby y Ethel Kennedy; la fundadora de Trabajadores Católicos Dorothy Day; Bill Soltero, de Arizona; Bill Kircher, del AFL-CIO; Paul Schrade, de la UAW; Paul Hall, de Seafarers; Pete Velasco; el padre Víctor Salandini; Anthony Quinn; Martin Sheen; Joan Báez; John Maher, de Delancey Street, y muchas monjas, rabinos, ministros y sacerdotes. Algunos decían que no era un gran orador, pero únicamente grandes oradores como él hacen llorar a su audiencia y consigue que miles de personas ofrezcan voluntariamente su tiempo y cientos de ellos se vuelvan voluntarios de tiempo completo por $5 dólares a la semana, más casa y comida para trabajar con él.
César Chávez nació en Yuma, Arizona, el 31 de marzo de 1927, hijo de Librado Chávez y Juana Estrada. Creció en el rancho donde sus padres se establecieron en 1889. Sus padres le enseñaron los valores significativos por los que más tarde el mundo lo identificaría: amar al prójimo, la no violencia, dar de comer a los pobres, visitar a los enfermos y a los prisioneros (esencialmente, Mateo: 25).
Durante la Depresión en este país perdieron su rancho y se convirtieron en trabajadores migrantes. César decía con frecuencia que él y su familia “recogieron todo lo que había bajo el sol, excepto dinero ajeno”.
Al igual que muchos otros trabajadores migrantes, asistió a 28 diferentes escuelas, abandonando los estudios en el 8to. grado para ir a trabajar a los campos agrícolas y ayudar a su familia. Más adelante, César aprendió a disfrutar de la lectura, y su curiosidad por todas las cosas de la vida lo llevó a leer cientos de libros. Su familia se unió a todas las huelgas de trabajadores del campo que encontraron y él recordaba las dificultades y la diversión que vivió en los campos laborales. Su recreación favorita de muchacho era jugar al billar en las salas de billar de su familia. Fue una habilidad que nunca perdió.
También disfrutaba de la música de las grandes orquestas de este país, y él y Helen, con quien César se casó en 1948, adoraban bailar el acrobático jitterbug. Se vistió con trajes “zoot suits” y los otros estilos de moda en su época. A los 18 años de edad se reclutó en la Marina de Estados Unidos, sirviendo por dos años durante la Segunda Guerra Mundial.
Al terminar su servicio militar, regresó a Delano y contrajo matrimonio con Helen Fabela Chávez. Allí fue arrestado una vez por no obedecer las reglas de las salas de cine que indicaban que debía sentarse en la Sección Mexicana. Durante varios años posteriores, él y Helen, junto con sus hermanos Richard y Manuel y sus esposas, viajaron por California trabajando en la agricultura y plantas industriales. En 1950, mientras vivía en San José, cerca de sus padres, la vida de César iba a cambiar para siempre. Como católico devoto, se ofreció de voluntario en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. Asistió al padre Donald McDonnell, quien lo introdujo a los escritos del Papa Leo XII, “Rerum Novarum” y las enseñanzas sociales de la Iglesia Católica.
En 1952, conoció a Fred Ross, quien reclutó a César como organizador comunitario. Fred fue su amigo y maestro de toda la vida. César se convirtió así en director estatal de la Organización de Servicios Comunitarios (CSO) y viajó con su familia a través del estado, organizando sucursales urbanas y rurales que ayudaron a los mexicoamericanos y los registró para votar en las elecciones.
Luego fundó la Unión de Campesinos de América con Dolores Huerta, Gilbert Padilla, su esposa Helen y sus ocho hijos: Fernando, Silvia, Linda, Elouise, Anna, Paul, Elizabeth y Anthony. César reconoció el aporte de los trabajadores filipinos, que empezaron en 1965 la Huelga de la Uva, una semana antes de que su sindicato mexicano se les uniera. Más tarde construiría la “Paulo Agbayani Village” como hogar de retiro para sus compañeros filipinos que tanto amaban él y su familia. La Unión (UFW) se convirtió en el primer sindicato campesino que se estableció exitosamente en la historia laboral de los Estados Unidos. Aunque él llegaría luego a ser un gran líder laboral y defensor de los derechos humanos, su papel más confortable fue como esposo, padre y abuelo de su familia.
Para conocer a César Chávez, uno debe conocer a su primo hermano Manuel Chávez, su amigo más cercano y confidente. Antes de su fallecimiento en 1999, le preguntaron a Manuel cuándo fue que a César se le ocurrió la idea de hacer lo que harían y conseguirían luego en la vida. Manuel contestó: “Eramos unos adolescentes trabajando en los campos y viviendo en campamentos laborales. Teníamos frío, hambre, furia y no nos habían pagado. Dijimos: “algún día, si podemos, cambiaremos cómo funciona todo esto”. Al preguntarle por qué César creía que podría tener éxito cuando ya todos los demás habían fallado en formar un sindicato, respondió sonriendo: “No teníamos nada que perder”.
“Sí se puede”, el dicho que hizo popular, nació durante su Ayuno por la Justicia de 1972, en Arizona. El gobernador había firmado una ley que les impedía a los campesinos formar sindicatos. Muchos decían que no se podían cambiar las cosas en Arizona: “No se puede” era lo que se escuchaba en la comunidad. Los 24 días de ayuno de César terminaron con 10,000 personas en la marcha y manifestación, vigorizada por Joe Kennedy, hijo del Senador Robert Kennedy, gritando “¡Sí se puede! ¡Viva César Chávez!”.
César nunca dejó de progresar. Cuando le preguntaron qué era lo más brillante que encontraba en César, su biógrafo principal, Jacques Levy (autor del auténtico libro sobre Chávez: “Autobiografía de la Causa”) dijo: “¡Su curiosidad! El se ponía a leer y a aprender de cualquier tema que le llamara la atención. Ya fuera historia, arquitectura, finanzas, gerencia, cooperativas, trabajo, recursos naturales, religiones orientales y occidentales, etc”.
César fue un hombre serio y disciplinado que enfrentaba la presión con calma, paciencia y coraje. Como líder, nunca abandonó su humildad y con el ejemplo les demostró a quienes lo apoyaban y lo seguían, el poder de encontrar el valor para superar el miedo. Era apasionado sobre cualquier cosa que hiciera: organizar, hacer campaña, jugar pelota, yoga, vegetarianismo y derechos de los animales. Confortaba a las familias en su dolor y tenía la costumbre de detenerse en la carretera para ayudar a quienes se les descomponía el auto.
LA FILOSOFÍA
Yo creo que Dios nos prepara a todos con una capacidad básica. En el caso de César Chávez, le otorgó una porción extra. A medida que César crecía como líder y como persona, fue formando una inusual, gentil y poderosa mezcla filosófica. Una vez respondió a la pregunta de un diplomático europeo que lo visitaba acerca de cómo describiría él sus creencias políticas, de forma simple: “Católico radical”. El coraje y el valor bajo presión eran parte de su ser.
La filosofía de César Chávez podría categorizarse como una fina mezcla de Catolicismo, Judaísmo, trabajadores del sindicato automotrices (UAW / Reuther) y yoga, con un toque de pensamiento Gandhiano, de San Francisco y de Martin Luther King, Jr. Él aprendió de cada uno de ellos para crear su propia filosofía. Sus grandes maestros fueron sus padres, Librado –quien le mostró una buena ética de trabajo y habilidades de la vida– y Juana, quien fue su guía espiritual y ejemplo modelo.
Él sentía que “Tratar a la gente como gente” era una de las lecciones más difíciles de aprender para los seres humanos. Lo señaló como la base de las diferencias y dificultades de nuestro mundo, que a la gente no se le enseñara cómo tratar y respetar a los demás. Una de sus citas favoritas era: “Hay más tiempo que vida”. El explicaba que la verdad siempre triunfa y que las cosas buenas pasan a su debido tiempo. Su dirección siempre fue simple y directa. Trataba a todos con dignidad y respeto. Se mantenía cerca de los campesinos a los que servía y disfrutaba del tiempo y las enseñanzas que compartía con ellos.
COMO PERSONA
De cerca, este hombre de baja estatura (metro y medio) era lo que parecía. Era un visionario, un luchador valeroso e incansable, fiel a sus creencias y con la disciplina de un gran atleta profesional. Era brillante y tenía una insaciable curiosidad por la vida y el funcionamiento de las cosas. Para él, una tarde entretenida implicaba hojear lentamente libro tras libro en los estantes de una biblioteca de libros usados de cualquier ciudad. Los temas que disfrutaba leer iban de los clásicos a la historia, de las biografías a la arquitectura y de los cultivos orgánicos a los estudios religiosos. Si lo leía, podía llegar a dominar cualquier tema y enlazarlo a algo que quería enseñar o hacer. César tenía una seriedad serena, reforzada por un rápido sentido del humor. Estaba siempre listo para reír –y si encontraba algo realmente gracioso, se partía al medio con una carcajada contagiosa–. Podía hacer tonterías y bromear sobre sí mismo y con regularidad incluía chistecitos cursis en sus discursos.
EL LÍDER
Su influencia y liderazgo se mantienen vivos y nos acompañarán por siempre. Él es como Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Pancho Villa, Emiliano Zapata, Simón Bolívar y otras leyendas latinas. César guió con el ejemplo y le brindó a la gente las técnicas para llegar al éxito. Él era extremadamente sensato y al igual que muchos de su generación, le preocupaban los presupuestos y los gastos. Su pasado y las lecciones aprendidas de otros grupos le enseñaron que las organizaciones –y especialmente los ‘movimientos’– podían ser destruidos debido al mal manejo de los fondos o por gastar de más. Aunque a veces fue criticado por ser demasiado ahorrativo y controlador en temas de dinero, su legado incluye el nunca haber sido acusado de malgastar un centavo de los fondos de la organización con el fin de enriquecerse él mismo o alguien más. Habiendo reunido millones y millones de dólares en donaciones, de fondos específicos e instituciones no lucrativas para mantener viva su organización, esto constituye una poderosa piedra fundamental de su legado.
Cientos de sus ex colegas y voluntarios llegaron a ser líderes que impactan nuestra sociedad, tanto como cualquier ‘grupo’ de movimientos norteamericanos. César fue un entrenador de líderes, alguien cuyo estilo y compromiso influenció a aquéllos que entrenó y les dio oportunidades de avanzar sus propias contribuciones a la vida. Mayormente, disfrutaba de las interacciones con los pobres y las familias trabajadoras a las que servía. Su cariño y respeto hacia él, así como sus sacrificios y coraje, mantuvo a César humilde, honesto e inspirado. Él fue un líder leal que representó a muchos trabajadores indocumentados. Durante las huelgas, tanto él como ellos se opusieron a todos los rompehuelgas, ya fuera con o sin documentos.
UN ESTUDIANTE DE LA VIDA – SUS ENSEÑANZAS
César Chávez aprendió el valor y la importancia de “tratar a la gente como gente”. Eso llevó a que su movimiento recibiera apoyo de una amplia colección de personas y niveles sociales, permitiéndole a su movimiento volverse una fortaleza de la diversidad. Su ejemplo fue una influencia clave para miles de voluntarios que apoyaron su movimiento en los campos y las ciudades. Él alentó y respaldó a las mujeres como líderes mucho antes de que eso se pusiera de moda.
La inspiración de César causó que muchos norteamericanos se unieran a su causa y se volvieran líderes dentro de ella. Sus contribuciones deberían ser destacadas. En lo que se refiere a líderes claves y agudos estrategas que ayudaron a hacer de César Chávez una figura nacional y una leyenda, no faltan las superestrellas de todos los rincones, especialmente anglosajones y de la comunidad judía. Sus esfuerzos fueron sólidos y la ejecución estelar. Sin ellos no hubiera existido el boicot de la uva, el movimiento de campesinos o César Chávez. Su movimiento incluyó a campesinos de variados orígenes. Mientras que la mayoría eran inmigrantes mexicanos, los filipinos, afroamericanos, nativos americanos, salvadoreños, portugueses, árabes, haitianos, hindúes, cubanos, migrantes de Oaklahoma, de Arkansas, jugaron un importante papel. Él valoraba a cada grupo. César ensambló una mini Naciones Unidas a su alrededor.
César inspiró a una generación de latinos a que no abandonaran los estudios, a que se graduaran de la universidad y se volvieran profesionales. El semestre en que enseñó estudios laborales en la Universidad de California en Santa Bárbara, el mayor salón de clases fue desbordado con más de 800 alumnos asistiendo a cada una de sus conferencias. César se preparaba larga y duramente cada semana, y durante su estadía allá tuvo una habitación en la misión de Santa Bárbara con los Franciscanos, quienes lo veían como a uno de ellos.
UN HOMBRE ESPIRITUAL
Además de su rol familiar, su espiritualidad fue el aspecto más central de su vida. Pese a ser un católico devoto que representaba con orgullo a su iglesia, los primeros respaldos a César vinieron de las iglesias protestantes, los templos y sinagogas judíos. En su mayoría, la Iglesia Católica, los sacerdotes y las monjas se acercaron más tarde e hicieron grandes contribuciones. Ellos tuvieron mayores dificultades, debido a que muchos oponentes de las condiciones de los campesinos también eran católicos.
César era popular con las iglesias y los grupos religiosos en los Estados Unidos, Canadá y Europa. Su labor lo llevó a recorrer cada iglesia o enclave y servicio religioso imaginable. Fue bienvenido por cada denominación religiosa importante en sus convenciones regionales, nacionales e internacionales. Presbiterianos, Lutheranos, Metodistas, de la Iglesia de Cristo, Judíos Ortodoxos y Reformistas, Concilios Mundiales de Iglesias, Anglicanos, Baptistas –incluso Krishnas– y otras denominaciones lo invitaban a dar discursos. De ellos recibió aliento y fortaleza. Los boicoteadores y huelguistas formaron el ejército voluntario que luchó por los “derechos de los trabajadores campesinos”, mientras que las iglesias, sindicatos laborales y los estudiantes impulsaban la lucha por el alma y la conciencia del pueblo norteamericano.
LA DISCIPLINA
César siempre estuvo enfocado y fue directo al plantear metas y hábitos personales. Cuidó su salud de todas formas imaginables (con la excepción de sus muchos ayunos y de no buscar atención médica antes de su repentina e inesperada muerte). Su dieta vegetariana era muy limpia. Hacía ejercicios y era un competente estudiante de yoga.
Él estableció una rutina que se ajustara a su exigente horario laboral de siete días a la semana. Se levantaba temprano, hacía ejercicios temprano, comía saludablemente, asistía a reunión tras reunión, luego algo para apaciguar la mente y el espíritu, como una larga caminata, un vaso de jugo de zanahoria, cultivar su huerto orgánico, escuchar música de jazz y de mariachi, y esos libros que leía hasta bien entrada la noche, fueron las cosas que mantuvieron agudos su mente y su cuerpo.
Él era una especie de curandero también, y todos aquéllos que lo conocían bien estaban familiarizados con sus remedios y métodos de curación a mano, que empleaba para apaciguar el dolor de los demás. Se frotaba rápidamente las manos para calentarlas y luego las colocaba en puntos opuestos del cuerpo dolorido, sin que sus palmas tocaran el cuerpo de la persona. En pocos minutos, uno sentía el calor sobre la lesion y oía su voz calma preguntar si había alguna diferencia, frecuentemente notando un tratamiento exitoso. Esto no era algo muy publicitado o conocido acerca de él.
EL ECONOMISTA
César Chavez pasó de ser un muchacho campesino del desierto a líder por los derechos humanos. Estudió economía, desarrollo económico, recursos financieros, fondos, servicios y beneficios para los trabajadores del campo y la demás gente pobre. Experimentó y probó trabajar en desarrollo económico. Desde sus primeros días recaudando fondos para CSO –en los cuales montaba una feria de diversiones que involucraba a su familia, incluso poniendo a su padre a manejar la pequeña Rueda Gigante–, hasta los fondos multimillonarios y las organizaciones no lucrativas que desarrolló a lo largo de su vida.
César fundó y dirigió para la Unión servicios funerarios, una unión de créditos, una red estatal de clínicas, programas legales pre-pagados, clínicas de salud, de cuidado infantil, una villa de retiro, un programa multimillonario de servicio médico para las familias de los trabajadores del campo a ambos lados de la frontera, centros de cuidado infantil, centros de retiro, entrenamiento para empleos en imprentas, mecánicas de auto/diesel y procesamiento de datos, una compañía privada de autobuses, escuelas de inglés y negociación, una red estatal de radio de microondas, la publicación de dos periódicos, vivienda accesible y un plan de pensión para sus miembros. Tenía otros experimentos en mente que nunca llegó a explorar.
En 1979, declaró que su meta a largo plazo era dejar la UFW en manos de otros y recorrer las ciudades del país entero formando la “Unión de Gente Pobre”. Pensaba unir a la gente pobre trabajadora para negociar fondos y conseguir más bienes y servicios. Estudió las cooperativas alrededor del mundo y halló que el sistema Mondragón de España era el mejor modelo. Enseñó que los pobres, especialmente los inmigrantes, necesitaban formar cooperativas económicas y negocios para proveerse a sí mismos a tarifas más bajas y volverse así autosuficientes. Estos incluían granjas, áreas de cultivo en las ciudades, seguros, clínicas médicas a la par de centros de servicio social para servir a los pobres y a las familias trabajadoras inmigrantes.
Él creía que habría gran necesidad de servicios para los inmigrantes, por muchos años. Queda ahora para la gente que vive hoy y las generaciones siguientes el apropiarse de este sueño y de organizarse para realizar las cosas que él enseñó: ¿Se puede? ¡Sí Se Puede!
LA FAMILIA
Padre de ocho hijos, abuelo de 31, César fue admirado, amado y respetado. Fue un esposo que respetó y amó a su esposa Helen. Fue un padre cuya causa lo llevó lejos de sus hijos. Trató de compensarlos por ello, con el cariño y tiempo dedicado a sus nietos. Su más grande papel fue el de abuelo.
Su manera de convencer a otros de que siguieran su liderazgo y sus ideas, sin importar cuán imposible parecieran, fue practicada en su familia. Se preocupaba profundamente por ellos pero nunca mostró favoritismos cuando se trataba de los escasos recursos financieros del movimiento, dejando claro que ellos eran los últimos y los menos beneficiados. Cuando sus hijos pedían bicicletas o muñecas, decía: “Cuando vuele el águila” (Cuando gane la Unión). Al pasar los años, llegaron a pensar que “esa vieja águila nunca iba a volar”. De una manera poética, esa vieja águila finalmente voló el 23 de abril de 1993 –el día de su fallecimiento, cuando 50,000 personas llegaron a ofrecer sus respetos en el servicio fúnebre celebrado en Delano, California. Se las arregló incluso para organizar que su entierro fuera 29 días después de su cumpleaños.
Tras su muerte, Helen hizo honor al deseo de César de ser sepultado en el Jardín de Rosas de La Paz junto a sus dos perros ovejero alemán, Boicot y Huelga. VN
Acerca del autor: RICHARD YBARRA trabajó como organizador sindical, escritor/editor del periódico de César Chávez, asistente personal, escritor de discursos, hombre de avanzada, jefe de seguridad y amigo. Viajó y trabajó día y noche junto a Chávez por tres años y medio desde 1972 hasta finales de 1975. En 1981 recibió una maestría en Administración Pública de la Escuela de Gobierno JFK de la Universidad de Harvard. Su esposa Anna Chávez es la hija de César. Tienen cuatro hijos quienes comparten con su padre una curiosidad por todo lo humano y una variedad de intereses.
- César Chávez en una de las muchas marchas que dirigió en defensa de los derechos de los trabajadores campesinos en el Valle de San Joaquín en California. (Fotografia: VICTOR ALEMAN; Diseño: JOSE VELASQUEZ)
- César Chávez asistiendo a Misa con su madre, Juana Estrada Chávez, en la sede de la Unión en La Paz, California. (Fotografía de VICTOR ALEMAN)
- César Chávez se dirige a más de 90,000 personas en una manifestación en contra de armas nucleares en el Rose Bowl de Pasadena. (Fotografía de VICTOR ALEMAN)
- César admirando la arquitectura de la Basílica de Notre-Dame en Montreal, Canadá. (Fotografía de VICTOR ALEMAN)
- César Chávez con “Huelga”, uno de sus muchos perros pastor alemán que tuvo y amaestró en La Paz, California. (Fotografía de VICTOR ALEMAN)
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