PRIMER LUNES DE SEPTIEMBRE, DÍA DEL TRABAJO

Por DR. J. ANTONIO MEDINA

(Foto: La Asamblea de California aprobó el Proyecto de Ley AB 1066 que prohibirá que los campesinos trabajen horas indefinidas sin recibir un pago por horas extras. La medida establecería una jornada laboral de un máximo de 8 horas al día, y de excederse a 12 horas, los trabajadores agrícolas serán compensados con el doble del salario regular. El siguiente paso es que el Gobernador Jerry Brown la autorice y firme. / VICTOR ALEMÁN).

Una de las preguntas más frecuentes entre los inmigrantes hispanos es: ¿por qué el Día del Trabajo se celebra en Estados Unidos en septiembre y en los países latinoamericanos el 1 de mayo? La respuesta es muy compleja porque hay muchas circunstancias históricas y culturales implicadas en este asunto. Veamos algunos hechos históricos que nos ayuden a entender el tema.

La celebración del primero de mayo tiene su origen en las huelgas de trabajadores que se iniciaron en Chicago en 1886. Chicago era una de las ciudades con más desarrollo industrial en esa época y atrajo mucha mano de obra, pues la extensión del ferrocarril y la expansión industrial así lo requerían. El motivo de las huelgas era la lucha por jornadas de 8 horas de trabajo. La verdad es que en ese tiempo las injusticias contra los trabajadores eran muy frecuentes, pero lo que los unió fue la jornada de 8 horas. El 3 de mayo de 1866, un grupo de trabajadores a quienes se identificó como “revolucionarios anarquistas” realizaron una manifestación en el Parque “Haymarquet”. Justo al terminar la manifestación, la policía rodeó a los manifestantes y alguien arrojó una bomba que mató a varios policías. Los trabajadores considerados “anarquistas” entonces fueron perseguidos, juzgados y condenados. A estos perseguidos se le conoce como los “mártires de Chicago”.

Por otra parte, también a finales del siglo XIX en el área de Nueva York se inició un movimiento conocido como los “Caballeros de Trabajo” que también buscaban mejorar la vida de los trabajadores. Ellos convocaron a una gran manifestación en septiembre de 1882, por los derechos de los trabajadores. Aunque las autoridades no reconocieron el éxito de la manifestación, que para los organizadores alcanzó la cifra 250 mil personas, ciertamente causó un impacto en la sociedad. La Federación Laboral de los Trabajadores volvió a convocarla al año siguiente, y en el año 1884 la fijaron para el primer lunes de septiembre. En 1887 el Presidente Grover Cleveland estableció esta fecha para celebrar El Día del Trabajo.

Quizás por el hecho que el movimiento de Chicago fue identificado con movimientos anarquistas o incluso comunistas, los sindicatos norteamericanos optaron por celebrar esta fiesta en septiembre y ni entonces ni ahora parece haber ninguna razón para que se cambie esta fecha.
‘La Iglesia Católica tiene una tradición de defensa de los trabajadores’

El derecho a formar sindicatos para defender a los trabajadores es un derecho civil que ha sido reconocido por todas las organizaciones internaciones de Derechos Humanos y por la Iglesia desde “Rerum Novarum” del Papa León XIII. Muchas de las luchas sindicales han sido luchas para promover los Derechos Humanos. Sin duda las conquistas laborales como la jornada de 8 horas, el salario mínimo, el derecho a las vacaciones, el derecho a descanso por maternidad etc., han sido conquistas sindicales y por eso hay que agradecer al movimiento sindical su aporte al mejoramiento de la sociedad. La mayor parte de la legislación para proteger estos derechos no se logró por la buena voluntad de los que han tenido el poder político y económico sino por la lucha de los trabajadores.

El problema para la población inmigrante proveniente de Latinoamérica al celebrar este día es que se vincula todo movimiento sindical con la corrupción, y se piensa que todo líder sindical es por naturaleza corrupto y millonario. Y no sólo eso, sino que se asocia a los sindicatos con la defensa de privilegios de grupos o partidos políticos. En la historia reciente de México hay tantos casos probados que fortalecen esta imagen que es muy difícil apartarla del imaginario colectivo de los mexicanos en USA. Y parece ser que en otras democracias latinoamericanas la percepción de los sindicatos no es muy diferente.

Lo que no debemos olvidar es que el Día del Trabajo nos recuerda que la lucha por los derechos de los trabajadores en EE.UU. está vigente, que nuevas formas de explotación de los más débiles siguen siendo el pan de cada día, el drama del tráfico de personas es una nueva lacra social que tiene que ver con la explotación laboral de gente indefensa. Al terminarse los programas de trabajadores del campo, miles ahora no tienen lugares para dormir o asearse después de largas jornadas; la muerte de campesinos por falta de agua o de tiempos a la sombra aún es una tragedia que se puede documentar. Quizás el grito de dolor más grande de los trabajadores inmigrantes es la cuestión migratoria que les impide trabajar en paz, especialmente en estos últimos días con la retórica política de las elecciones.

La Iglesia Católica tiene una tradición de defensa de los trabajadores, incluso eminentes sindicalistas deben su vocación al Evangelio que escucharon en la Iglesia Católica. Uno de los más famosos para el pueblo hispano en Estados Unidos es Cesar Chávez, quien en uno de sus discursos pidió a la Iglesia que acompañara a los trabajadores, que se hiciera presente, que mostrara solidaridad con sus luchas.

La mayor parte de los que leerán este artículo son trabajadores que desean una vida mejor para sus familias. Unámonos en oración para que nuestro Dios los bendiga a todos y haga prósperas las obras de sus manos, y que esta hermosa nación siga buscando el respeto a los derechos de todos, especialmente los derechos de los trabajadores. VN

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